Roly Arias: “Simplicito no se siente cómodo con pensamientos absolutos”

Roly Arias es antes que nada, un artista. Pero fue en su tiempo de ocio o espera que comenzó a crear a su personaje Simplicito que hoy tiene más de 7.000 seguidores en su fan page de Facebook.

Previo a la presentación de su libro, esta noche a las 20 en Santiago del Estero 915, dialogó con LA GACETA y relató las intimidades detrás del personaje.

Mirá las mejores imágenes de Simplicito en el Museo de Arte Contemporáneo

¿Cómo surge Simplicito?

Simplicito nace en la costumbre de dibujar servilletas cuando uno espera en un café, es un gesto que tiene mucha gente y yo lo tuve como muchos, toda la vida. El origen próximo es este personaje que yo dibujaba dentro de mi obra como un personaje secundario que pasaba caminando detrás de otros dibujos. Era mudo y un día lo aislé, lo empecé a dibujar en servilletas y uní ese personaje pelado que caminaba a un pensamiento, reflexión o idea.

Todo fue muy casual, no usaba la letra de carta de hacía muchos años y este pensamiento surgió con esa letra que a mis ojos era muy infantil, detenida en el tiempo. Le saqué una foto con el celular y lo subí a las redes sociales y tuvo mucha repercusión. Al día siguiente, con temor, quise probar si no había sido una casualidad y a partir de allí seguí publicando una servilleta por día del personaje. Creé el personaje a la vista de la gente.

¿Las reflexiones del personaje están inspiradas en tus historias personales?

La fuente de esas reflexiones se da en cuestiones personales, historias que uno escucha, cosas que les pasan a los amigos, uno se nutre de todo. También hay una fuente autónoma que se da concretamente con el papel y el lápiz en la mano.

Vienen cuando uno prueba, utiliza las palabras y se relaciona mucho con la experiencia de dibujar el personaje. A veces, al dibujarlo de una manera uno detecta en la cara o en la expresión la clave de lo que va a decir. Lo más importante siempre surge del dibujo en la mesa.

Mirá las mejores "servilletas" de Simplicito

¿Cómo creas cada posteo que hoy son viñetas del libro?

Aparece mucho del oficio y la manera particular en la que uno trabaja. En mi caso tiene que ver con tener una birome a mano. Las claves pueden ser una o más palabras o un dibujo en particular que se puede hacer en un tiempo muerto. A veces llego corriendo a casa con ganas de terminar de dar forma a eso que se me ocurrió y otras veces me senté con la mente en blanco en la mesa de trabajo. Muchas veces la idea se corrige, se vuelve a dibujar, pero sin ese oficio no se tienen resultados.

¿Por qué lugares te lleva este personaje que son diferentes, o similares, al del arte?

Cuando trabajo para Simplicito siento que estoy en el terreno de la comunicación y pienso mucho en el receptor que es un público amplio, que sigue por redes sociales tiene diferentes edades, formaciones e intereses. Tengo muy en claro que eso debe ser leído o interpretado y disfrutado en un sentido amplio por alguien.

Cuando trabajo con mis obras de arte, no tengo en cuenta al receptor. Sé que lo que el trabajo estará centrado en cosas muy mías, poco cotejables y tiendo a la ambigüedad, a que los sentidos se confundan. Hay muchas interpretaciones de mis obras y cuantas más hay, más confusión ¡me siento más a gusto!.

Cuando trabajo con Simplicito reviso mucho las palabras porque quiero que quede claro el mensaje, que sea conciso y breve. Tengo menos libertades que a la hora de encarar una obra de arte.

Algo fascinante de Simplicito es que tiene un público más amplio, diverso, activo, hay una devolución de la gente que lo lee que se encarga de hacértela saber. Cuando uno cuelga una obra en el museo difícilmente la gente se comunique con uno para decirle cómo lo vio. El trabajo en redes con el personaje me dio una devolución necesaria y satisfactoria porque uno trabajo para eso.

¿Cuáles serían algunas de las cosas favoritas de Simplicito?

Le gusta pensar, conversar, aunque sea consigo mismo o su margarita. También le gusta pensar conversando, poner en palabras algunas sensaciones, sentimientos o ideas que le rondan. Tomar café, obviamente, la espera del café, estar solo en ese momento mientras espera un café. También le gusta observar la lluvia, la gente, creo que el personaje se siente muy cómodo. Si vamos a lo finito: le gusta cocinar y pasar el tiempo con su margartia, escucharla… porque él no solo habla con su margarita, sino que la escucha.

¿Con qué cosas no se sentiría cómodo Simplicito?

Simplicito es muy del “caso en particular” y de la diversidad. Creo que no se sentiría cómodo en esos lugares donde se dictan verdades o pensamientos absolutos, o que supuestamente engloban la verdad. A él le gustan esas verdades parciales y ese respeto por aquello que piensa el otro. Cada vez que él se expresa aclara que es algo cree él y no trata de agotar la ideas, sino que la deja abierta para que la gente la complete. No lo veo bien en lugares en donde alguien dictamine cuál es la verdad.

El libro Simplicito de Roly Arias se presenta hoy a las 20 en Appassionata, Santiago del Estero 915. Habrá música con Les Coso Comue.