Este año la Novena del Milagro tendrá una bendición apostólica
Las reliquias de los santos Felipe y Santiago, patronos fundacionales de Salta, llegan desde Roma y estarán a los pies del Señor del Milagro.
Este año la Novena del Milagro tendrá una especial bendición, ya que durante esos días se podrán venerar las reliquias de los santos Felipe y Santiago, apóstoles de Jesús.
Para los católicos, las reliquias son objetos físicos que tienen una asociación directa con Jesucristo o con los santos. En este caso llegarán a Salta partes de los restos de San Felipe y Santiago, patronos fundacionales de la ciudad.
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“Las reliquias van a estar expuestas para la devoción de la gente, la gente no las va a poder tocar porque los relicarios son frágiles pero van a estar a la vista y van a salir en la procesión en el cordón del Señor del Milagro”, explicó a LA GACETA el sacerdote Daniel Ochoa, vicario cooperador de la Catedral Basílica de Salta.
Las mismas son traídas desde Roma y durante el tiempo de rezo de la Novena serán expuestas a los pies de la imagen del Señor del Milagro, arriba del trono según indicó el sacerdote.
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Por otro lado, el presbítero recordó que la ciudad de Salta tiene cinco patronos, dos fundacionales y tres tutelares. Los fundacionales son San Felipe y Santiago, mientras que los tutelares son San Bernardo y el Señor y la Virgen del Milagro.
Sobre la importancia de estas reliquias, Ochoa manifestó que “es la bendición de los Apóstoles, no solo nos remiten a la historia de la fundación de Salta sino también que es la presencia misma de los Apóstoles, de aquellos que estuvieron con Jesús y son pilares de la Iglesia”.
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Patronos fundacionales
El año de la fundación de Salta se eligió a los santos patronos de la nueva ciudad a través de un Cabildo Abierto.
La misma se realizó echando a suerte varios santos y advocaciones para que no prevaleciera ningún criterio particular. En el mismo se determinó que San Bernardo fuera el patrono de la ciudad.
A pesar de esto, una celebración anterior por las calle de la ciudad que se realizó el mismo año pero en la fecha en que se realizaba la festividad de San Felipe y Santiago (el 1° de mayo) dio lugar a que se los considere patronos fundacionales de Salta.
Las imágenes de San Felipe y Santiago se encuentran en los laterales del altar de la Catedral Basílica de Salta. Foto Catedral de Salta
Quiénes fueron San Felipe y Santiago
San Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de San Juan el Bautista. Según la tradición bíblica fue uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús.
El libro sagrado del catolicismo indica que fue él quien preguntó a Jesús sobre la repartición de los panes: “¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?” (Jn 6, 5-7). Además, Felipe le pidió a Cristo en la última cena que le “muestre al Padre” (Jn 14, 8-11).
La Biblia relata que Felipe fue quien pidió permiso a Jesús para ir a enterrar a su padre. “Sígueme y deja a los muertos sepultar a sus muertos” (Mt 8,21).
La tradición católica sostiene que después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió para evangelizar la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia.
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San Felipe fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles. El martirologio de la Edad Media celebraba su fiesta el 1 de mayo pero se cambió la fecha para el 3 de mayo.
Por su parte, según la Iglesia Católica Santiago es llamado el “Hijo de Alfeo” y también se le conoce como “El primo del Señor” porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica que está en la Biblia. Una de sus frases más profundas y famosas es: “La fe sin obras, está muerta”.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles se señala que Santiago era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban “el Obispo de Jerusalén”. San Pablo lo considera en su carta a los Gálatas, junto con San Pedro y San Juan, una de las principales columnas de la Iglesia.
La tradición cuenta que Santiago fue asesinado en el año 62, por un disturbio instigado contra él por el sumo sacerdote del Sanedrín, Hanan, durante