Los “menús de almohadas” son cada vez más frecuentes en los hoteles

08 Ago 2015
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VARIADAS. De agua, con aromas o para el cuello, la oferta de almohadas se agranda para atender el sueño. aerostar.ru

Por Alexandra Witze / The New York Times

Jeremy Jones se considera un experimentado huésped de hoteles. Viaja frecuentemente por su trabajo como ingeniero químico y ya recorrió el planeta con su esposa, Angie; todo documentado en su blog de viajes. Pero fue durante una estadía de dos noches en el Conrad Hotel de Indianápolis que probó algo por primera vez: un menú de almohadas.


El hotel en cuestión le ofrecía una insólita variedad de almohadas para descansar: con diferentes firmezas, de distintas formas y para todas las manera de dormir. Jones se decidió por la almohada de agua; su esposa, por una de apoyo. Para su sorpresa, durmieron bien. Y lo mismo sucedió la noche siguiente. Finalmente, cuando regresaron a su casa en Pittsburgh, compraron almohadas similares a las que habían usado en el Conrad.

Es cierto que los “menús de almohadas” no son nuevos en la industria de los hoteles de lujo. Pero demuestra que los hoteles están atendiendo cada vez más la calidad del sueño de sus huéspedes.

Revitalización nocturna

JW Marriott Hotels empezó su Programa de Revitalización Nocturna en 2013, para ayudar a los huéspedes a relajarse y dormir más profundamente cuando llegaran. El servicio fue más allá de la cama, con una mezcla de aceites aromáticos y una selección de chocolates de sabores destinados a relajar el cuerpo. El Peninsula Hotel en Manhattan ofrece, por ejemplo, colchones hechos a mano de Savoir Beds; una compañía de colchones de 110 años de antigüedad basada en Londres.

Ciertos hoteles en la cadena Starwood tienen un menú creado para ayudar a los huéspedes a dormir mejor. Las oficinas centrales de la compañía en Stamford, Connecticut, también tiene habitaciones concepto que prueban ideas como azulejos de piso iluminados para que sean visibles en la noche; un sistema operado con un smartphone que enciende las luces, el televisor y otros aparatos; e iluminación especializada para ayudar a reajustar los ritmos circadianos de los huéspedes después de viajes largos.

Incluso afuera de las cadenas de hoteles, el buen sueño nocturno también es una industria creciente. El centro turístico Mohonk Mountain House en New Paltz, Nueva York, un albergue de 145 años de antigüedad, ofrece desde hace tres años un servicio de tratamiento de spa destinado a los que sufren de insomnio.

Experta en sueño

El Benjamin Hotel en Manhattan ha llevado su servicio un paco más lejos: incorporó a una consultora del sueño. Rebecca Robbins ayuda a asesorar a los huéspedes sobre una variedad de temas relacionados con el buen dormir, incluidos cuál almohada seleccionar y qué comer antes de ir a la cama. Antes de su llegada al Benjamin, el menú de almohadas del hotel pasaba casi inadvertido. Pocos huéspedes lo usaban. Ni siquiera los empleados del hotel sabían cómo emparejar adecuadamente una cabeza con la mejor almohada para ella.

Ahora, Robbins, investigadora del sueño de la Universidad Cornell, ofrece charlas dos veces al año al personal del hotel -a todos, desde el gerente general hasta el personal de cocina- sobre cómo ayudar a crear un mejor sueño nocturno para cada huésped.

“Los huéspedes aprecian que los miembros del equipo del Benjamin estén capacitados y respondan a las preguntas sobre los beneficios del sueño”, dijo el gerente del hotel, Steve Sasso. Ahora, el Benjamin incluye varias almohadas, entre ellas la esponjosa Cloud, la almohada Lullaby que toca música y la almohada Maternity que da apoyo al vientre de las huéspedes embarazadas.

Menú a la carta

Pero la campaña para una buena noche de sueño no termina ahí. Los servicios incluyen un menú destinado a ayudar a relajar el cuerpo y el sistema digestivo para quienes llegan tarde en la noche, cortinas de bloqueo de luz en las habitaciones y un nuevo servicio de llamada de recordatorio para dejar de trabajar hecha desde la recepción en la cual se les dice a los clientes que empiecen a guardar sus cosas y se metan a la cama.

“De eso se trata la hospitalidad”, dijo Henry Harteveldt, un analista de viajes en el Atmosphere Research Group. “Se trata de ser considerados y tratar de anticipar y satisfacer las necesidades de los huéspedes. No sobre lo que se podría esperar, sino estas cosas no anticipadas e inesperadas que realmente complacen al huésped. Sería grandioso si viéramos más hoteles haciendo algo así”, agregó.

Ahí es donde la industria del buen dormir en los hoteles parece toparse con un obstáculo. Las comodidades para dormir se ofrecen en los hoteles de lujo, pero aún no se han filtrado a donde el huésped promedio reserva una habitación.

“Es algo que no había visto antes”, dijo Mark Moravits, de 32 años de edad, quien usó un menú de almohadas durante una reciente estadía en el hotel Conrad Chicago. “Es un lugar de cinco estrellas, así que uno espera cosas así”, señaló.

Moravits viajaba hasta tres veces al mes en su empleo anterior con un programa educativo sin fines de lucro y nunca había encontrado un menú de almohadas, un consultor del sueño o cualquier otro servicio personalizado para ayudarle a tener un mejor descanso nocturno.

Después de hospedarse en el Conrad, usar el menú para seleccionar una almohada con aromaterapia y dormir más cómodamente que en su propia cama, Moravits se preguntó porqué los hoteles donde regularmente se hospedaba no ofrecían el servicio. “Me encantaría que esta fuera una norma”, dijo Robbins, la investigadora del sueño. “En vez de hablar sobre añadir un dispositivo o el conector o cargador del iPod más reciente en la habitación, en la industria de la hospitalidad deberíamos estarnos enfocando más en el dormir”, finalizó.

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