El sacerdote acusado de abuso dio su versión

“Mi vida siempre ha sido hacer el bien”, dijo Agustín Rosa.

20 Dic 2016
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Recluido en una casona de campo de la misma Iglesia, a 30 kilómetros de la capital salteña, el Sacerdote Agustín Rosa respondió a las acusaciones que pesan en su contra, por abuso sexual. - ¿Es verdad que le decía que el tamaño del pene podía influir en tener sueños impuros?, fue una de las preguntas que la periodista de TN le realizó en la puerta de ingreso a la casona. Rosa negó de manera sistemática esos cargos. “el superior no tiene contacto directo con ellos”, dijo.

Aseguró, además, que nunca recibió el comentario sobre que alguien en la congregación abusara de un interno, por lo que él nunca pudo ni ocultar ni favorecer a persona acusada de algo así. “Mi vida siempre ha sido hacer el bien”.

Destacó, por otra parte, que “el señor comisario (del Vaticano) es el que sabe cómo está la causa. “Incluso no estoy removido del cargo, estoy suspendido, tanto de párroco como de servidor mayor”

Sostuvo, incluso, que nunca había escuchado esa acusación.

En el video de TN, también se puede escuchar el siguiente fragmento de diálogo

Periodista: -“¿El nombre de Yair le dice algo?

Rosas: - Recuerdo, era miembro de un instituto

Periodista: ¿qué pasó?

Rosas: Nada, se fue a su casa

Cuando fue suspendido de sus funciones el sacerdote, en todo momento se dio a entender que se trataba de un delito económico. El mismo Monseñor Mario Cargnello lamentó el hecho, pero en ningún momento dio a entender que se podría tratar de delito de carácter sexual.  Y Rosa tuvo, además, el total respaldo de los vecinos y feligreses.

Pero el informe principal de TN presenta el testimonio de Yair, un joven que actualmente tiene 21 años y vive en La Plata, pero que, cuando tenía 16, fue abusado en la provincia de Santa Cruz por un sacerdote de esa feligresía y no tuvo ningún respaldo de Rosa, pese a que Yair le había contado el accionar de ese hombre. Yair volivó a Salta, con su familia. Inesperadamente recibió el llamado de Rosas. Para él fue toda una sorpresa: para sus padres, la palabra del cura era la palabra de Dios. Lo invitó a regresar al Instituto pero en su sede, en Salta. El joven asegura que allí fue abusado al menos otras cinco veces por el fundador de la orden.

“Me volvió a pedir que nunca dijera nada de lo ocurrido y que cuidara el nombre del padre Felipe”, dice Yair. Rosa le pidió que perdonara la debilidad de su colega y empezó a acercarse más a él. También hay un testimonio de una entonces monja, en contra del sacerdote.

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