Una yarará mordió a un músico de Mi Karma
Carlos Aguilera vive en La Calderilla y la serpiente lo atacó en el jardín de su casa. Tuvieron que internarlo en terapia intensiva.
Una serpiente yarará mordió en la noche del viernes a Carlos Aguilera, el músico y bajista de la banda salteña Mi Karma González, que permanece internado en terapia intensiva en el Hospital del Milagro recuperándose del ataque.
Según contó a LA GACETA Miqueas López, tecladista de la banda, el episodio ocurrió en una zona oscura del jardín de la casa de Aguilera, en la localidad de La Calderilla, cuando uno de sus hijos tropezó en la oscuridad con el animal y reaccionó atacando al padre. "Fue una desgracia con suerte", dijo López, en coincidencia con Marcelo Flores, uno de los enfermeros de la guardia del hospital, que asegura que el veneno de esta clase de ofidio puede ser letal con mucha mayor velocidad en un niño o en una persona de menor peso que un hombre adulto, debido a la cantidad de dosis del veneno.
¿Qué hacer en caso de mordedura de una yarará?
Junto con el Hospital Materno Infantil y el San Bernardo, el Hospital del Milagro está preparado para atender picaduras de animales venenosos como serpientes, arañas o alacranes, con un tratamiento que incluye suero antiofídico y sueros para facilitar la eliminación del tóxico en la sangre. "Es un animal muy venenoso y provoca grandes daños a nivel neurotóxico, afecta el sistema de coagulación y sensorial, el estado neurocerebral y deben realizarse monitoreos constantes en los pacientes", agrega.
Enrique Derlindati explica que en ambientes como La Calderilla, La Caldera, Vaqueros, el Huaico, o en los barrios cercanos a los cerros no se puede hacer demasiado para evitar a las yararás, porque son serpientes muy comunes en la zona y que no son temerosas de las personas. "Los bichos van a buscar alimento y refugio y si consideran que el lugar les viene bien van a ir. El tema es cuando limpian los baldíos, que he observado que en lugar de prevenir favorece que las serpientes se desplacen a las viviendas cercanas. Mientras hay baldíos se quedan ahí. Lo que hay que hacer es tratar de no acercarse ni manipularlas o intentar matarlas porque son muy agresivas", agrega el biólogo e investigador.
Aunque no es habitual que ingresen a las casas, las yarará pueden hacerlo si encuentran espacios bajo las puertas, ya que no son una especie trepadora ni que suba por escalones o pircas de piedra. La yarará es una de las serpientes más comunes en todo el país y las que generan mayor cantidad de accidentes con seres humanos porque suelen ser bastante agresivas cuando las molestan. "En caso de una mordedura no hay que hacer torniquetes ni presión ni intentar extraer el veneno. Solamente dirigirse lo antes posible a un centro de atención médica", agrega Flores.
El diseño de su piel es carácterístico y le dio el nombre de víbora de la cruz, por semejarse a una lápida con una cruz dentro, y es la única especie que lo tiene.
Según Flores, el caso de Aguilera es el primero que se registra en el año y agrega que el verano y la época de lluvias es la temporada donde mayor cantidad de casos aparecen.