Virgen que llora sangre: Mateo y Rosana cuentan su historia
La casa de este matrimonio se convirtió en un Santuario al que llegan cientos de personas de diferentes lugares de la provincia. En este video cuentan cómo comenzó todo.
A 160 kilómetros al sur de la capital salteña se encuentra la ciudad de San José de Metán, convulsionada en los últimos días por una imagen de la Virgen María que llora sangre.
Desde el miércoles que llegan a la casa de Mateo Frías y Rosana Mendoza miles de personas que buscan ver, tocar, pedirle y agradecer a la Virgen de la Rosa Mística, que tienen en un pequeño altar de su hogar.
Casi de forma accidental llegó esta imagen a manos de Mateo, hace unos siete años, como regalo de un vecino.
“En el momento en que me la regalaron me hice devoto” recuerda el hombre, quien desde que recibió la imagen todos los 13 de febrero saca en procesión a su Virgen junto a otras dos que “son las únicas que hay en el pueblo” según afirma Frías.
La vida de Rosana y Mateo dio un giro cuando la mujer se encontraba limpiando la casa, como todas las mañanas, luego de que su marido se fuera a trabajar, y descubrió unas lágrimas rojas que brotaban de los ojos de la Virgen.
La imagen de la Santa Madre siguió llorando durante ese día ante la mirada de cientos de personas que ya se congregaban en la casa de familia.
Llantos, emoción, asombro, y muchos rezos se convirtieron en parte de la cotidianeidad de la familia Frías Mendoza.
El jueves la Virgen siguió llorando según el testimonio de los habitantes de la casa y de los vecinos.
Y la última vez que lloró fue el viernes, pero las lágrimas ya no fueron de sangre.
Dos sacerdotes visitaron el hogar pero “no supieron darnos respuesta” afirma Mateo, quien se muestra dispuesto a recibir a todos los que se acercan a su casa.
El matrimonio se esfuerza en repetir que no desean dinero, que no reciben plata ni ningún tipo de beneficio que se les quiera dar.
Tampoco quieren trasladar la imagen a otro lugar, aunque si sigue llorando afirman que construirán una capillita para que la gente pueda verla y rezarle, y al mismo tiempo conservar la intimidad de su hogar.
Visitantes de lugares como Tartagal, General Pizarro, Salta Capital, El Tala y hasta Tucumán y Córdoba llegaron a ver la imagen de la Virgen que llora sangre.
El barrio Marcos Avellaneda, el más antiguo de la localidad del sur salteño, se vio conmocionado por esta historia y a partir de este suceso sus calles son testigos de peregrinaciones, rezos y otras manifestaciones de Fe.
Conocé la historia de la Virgen que llora sangre contada por sus propios protagonistas en este video.