¿El trabajo en casa es cosa de mujeres?

Desde 1958 se celebra el Dïa de la Ama de Casa en todo el mundo, y la fecha recuerda una discusión que suele ser cotidiana en la convivencia familiar: ¿a quién le toca hacerse cargo del trabajo doméstico? Con los roles de hombres y mujeres en plena transformación social, aquello de que los platos son cosa de chicas hace rato que prescribió en los mandatos de las nuevas sociedades vinculares.

Sin embargo, la tarea sigue conjugándose en femenino. Desde la Liga Salteña de Amas de Casa, Lidia Oliva de Soraire, asegura que "todas somos amas de casa cuando agarramos el haragán" y que las mujeres "somos amas de casa por naturaleza", con un discurso que desde la vereda feminista podría poner en marcha un nuevo encuentro mundial de mujeres. Los principios que promulga la presidenta de la liga local son sin embargo los que comparten miles de personas, a pesar de que la posición no confronta con las conquistas de las mujeres para las libertades del género. 

"A una la criaron así, dándonos una muñequita a las nenas que ya desde ahí son mamás. Si se les enseña también a cocinar, limpiar, arreglar la casa, después es algo natural y si además trabajan afuera, es una doble función", agrega y subraya que ahí está lo "maravilloso y el orgullo" de la tarea. "Es algo extraordinario el poder que tenemos. Las amas de casa tienen un valor extraordinario, peleamos los precios, cuidamos la economía. Las mujeres no somos el sexo débil como nos trataban en mi época. La mujer es la fuerte, que no sabe de descanso, que ordena, lava, cocina, limpia, los tiene limpios a los hijos, es un valor extraordinario. Con orgullo tenemos que decirlo. Es una profesión maravillosa", concluye.

Con otra voz, la crítica del mandato se levanta como un himno para millones de mujeres que en el Día de la Ama de Casa están más cerca de Mafalda que del mandato ortodoxo.

Ellos también

Si se logra correr del foco a la mujer, el rol de ama/amo de casa se convierte en una profesión que no distingue de géneros. Desde hace varios años y cada vez con mayor frecuencia, los hogares con padres a cargo de las tareas domésticas y mujeres que trabajan son una variable por la que optan muchas familias. Para ellos se ha creado incluso un mercado que los contempla y al que se dirigen cada vez más empresas, y hasta sitios de asistencia, como el de Pedro Caballero, un español que prefiere quedarse en casa y ocuparse de tres hijos y hogar, mientras su mujer sale a trabajar.

En Salta también los hay, como Santiago, 30 años, profesional, que vive solo hace casi cuatro años y desde su propia experiencia invita a repensar el rol. "Hace 200 años tenía sentido decir que había amas de casas mujeres que se quedaban en casa mientras el hombre salia a trabajar. Hoy en día, debido a las necesidades sociales tanto el hombre como la mujer trabajan, por lo tanto hay que pensar que las tareas de la casa deben ser realizadas de manera compartida".  

Para Santiago, lavar platos y hacer las compras son las tareas que menos le cuesta hacer, aunque no se anima a declarar que las disfruta, mientras que limpiar el baño es lo que más trabajo le da. Según su punto de vista, lo que siempre debe hacer un buen amo de casa es "mantener la casa limpia y en orden y la alacena llena".

Según Martín, de 36 años y casado desde hace cuatro, el rol de ama/amo de casa es "un trabajo mutuo entre las personas que conviven" y asegura que lo que más le gusta hacer es cocinar, lo que menos le gusta es planchar y reconoce que necesita de su mujer para cumplir con todo lo necesario de la tarea.

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