La vida brinda a las abuelas una segunda oportunidad para ver
crecer, mimar y cuidar a un niño; con la diferencia de que ahora podrán
consentirlo y dejar en manos de la madre los límites y decisiones sobre su
crianza. Las abuelas de hoy son activas, independientes y mientras huyen de la
cocina, se animan a Facebook y a Instagram
Las
nuevas abuelas son muy distintas a las de antes. Ellas también evolucionaron.
Son mujeres que se preocupan por su apariencia, seductoras y dinámicas. Muchas
de ellas tienen un trabajo, una pareja y una vida social muy activa, pero no se
privan de pasar tiempo con sus nietos y disfrutar de las reuniones familiares.
Las
abuelitas de antes no se preocupaban por el peso, no estaban pendientes de la
moda y no salían de shopping con amigas. Se dedicaban por completo a la
familia, cocinaban y enseñaban a los nietos a jugar a la payana. Hoy las
abuelas tienen otros intereses. Muchas de ellas manejan Internet y las redes
sociales a la perfección. Esto es algo que puede facilitar la construcción del
vínculo con el nieto si se utiliza de manera correcta.
Establecer
tiempos para cada actividad puede ser de gran ayuda. Un rato para ver tele
juntos, otro para usar la compu y otro para contar un cuento, pintar, o salir de
paseo. Establecer un orden de prioridades ayuda inclusive a fortalecer ese lazo
afectivo tan necesario para el desarrollo del niño.
Siempre
se relacionó a la figura de la abuela con conceptos como hogar, refugio y
consuelo. Tenerla nos permite experimentar una sensación de protección y cariño
muy intensa. En tanto, para ellas tener un nieto se transforma en garantía de
su deseo de continuidad en el mundo. Es un pase libre para consentirlos y
mimarlos a pesar de las quejas de los padres. ¡No hay que olvidar que las
abuelas son mal criadoras por naturaleza!
Abuelita dime
tú
Para los chicos no hay nada más divertido que
jugar con los abuelos y aprender de su gran sabiduría. Compartir historias,
canciones y antiguos juegos permite a los abuelos recordar su infancia y volver
a experimentar la inocencia y alegría de
los primeros años.
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Con el asesoramiento de María Estela Giardina. Licenciada en Psicología.