Educación religiosa: encuestarán a los padres para conocer si quieren que se imparta fuera de horario
La materia ya no se dicta en ninguna escuela pública de la provincia, pero sigue siendo una opción disponible para quienes la elijan.
El ciclo lectivo en Salta tiene por primera vez la marca de la educación laica en las escuelas públicas y el fallo de la Suprema Corte dio lugar a un reclamo largamente postergado para quienes optan por enviar a sus hijos a una escuela sin signos religiosos. A partir de 2018, de manera inapelable, toda la educación pública deberá estar libre de contenidos religiosos, en reconocimiento de la libertad de culto y también por haberse comprobado que en la provincia la enseñanza de este tipo resultaba discriminatoria para quienes no practicaban la religión católica, que era la que acaparaba la totalidad de las currículas.
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Sin embargo, el fallo no indica la prohibición de estos contenidos sino que no deberán incluirse dentro de las materias obligatorias y que además podrán ser optavivos, aunque fuera del horario de las clases regulares.
Con el nivel inicial y primario ya en plena actividad, LA GACETA consultó al Ministerio de Educación y a escuelas salteñas cuáles han sido las repercusiones de la nueva modalidad y, hasta el momento, la salida de la religión de las aulas no movió demasiado el termómetro del entusiasmo o del desinterés.
"Hasta ahora nadie nos consultó ni se acercó ningún padre para pedir la materia", cuenta Marta Cayo Santander, directora suplente de la Escuela Urquiza. "Antes teníamos un formulario que entregábamos a los padres cuando inscribían a los chicos y en el que consultábamos si estaban de acuerdo con la educación religiosa. Este año como no se dicta, no les preguntamos más, pero tampoco nadie la pidió", agrega.
Por otro lado, la docente comenta que el cambio está en que ya no hay más prácticas religiosas ni rezos en las aulas, que la religión salió definitivamente de las escuelas y que en los próximos días se comenzará con una encuesta escrita a los padres para comenzar a organizar las clases fuera de horario.
"Los padres no manifestaron ninguna inquietud ni se acercaron a preguntar. Las docentes están trabajando en tareas administrativas y haciendo talleres, pero ningún papá preguntó", agrega y dice que, en caso de que se implementen los cursos, los contenidos serán muy diferentes a lo que se daba hasta el año pasado y que ya no se tratará de religión católica.
Una invitación polémica
En los últimos días, un escándalo se instaló en la escena de la escuela pública luego de que una de las docentes de religión, ahora reasignada a otras tareas en la Escuela N°4025 Miguel Ortiz, escribió en el pizarrón del cuarto grado una invitación a la marcha Pro Vida del 25 de marzo próximo y en contra de la legalización del aborto.
Desde esa institución, la directora Carmen Martínez minimizó el episodio y dijo que se trató de un error de la docente, que se trató de un comentario verbal de la maestra pero que no fue una nota enviada a los padres como trascendió en las redes sociales. "La profesora pasó por las salas y les comentó y los invitó a una marcha para la vida, para que fueran los padres. Los niños no lo interpretaron. Con la señora vamos a tomar los recaudos para que no vuelva a ocurrir", dijo.
Desde el Ministerio, sin embargo, la lectura fue otra y se consideró el caso como una falta grave para la cual se labró un acta y se tomarán medidas con la docente involucrada.
Religiones, en plural
Parte de las aspiraciones de quienes se ubican en el punto intermedio entre la exclusión definitiva de la religión de las aulas y los que siguen militando para que regrese, es la posibilidad de que los contenidos religiosos extracurriculares se diseñen con la mirada puesta en la diversidad de los credos antes que en el adoctrinamiento en solo uno de ellos.
Martínez asegura que en su escuela no son pocos los padres que preguntan por la apertura del espacio, pero que todavía se está trabajando en un proceso organizativo del mecanismo de implementación. "Se va a hacer un relevamiento, estamos armando una planilla y organizaremos los talleres en un horario consensuado", agrega, pero sin dar precisiones sobre cómo y qué se impartirá en ellos.
Sin definiciones a la vista
A dos semanas del comienzo de las clases, la religión está más cerca de desaparecer por completo que de regresar con otras formas y modos. Desde el Ministerio de Educación no dan precisiones sobre cuáles serán los lineamientos curriculares y en las escuelas esperan que desde allí lleguen las directivas sobre cómo seguir con el tema.
Lo cierto es que, por ahora, la pelota está en territorio desconocido, a mitad de camino entre la construcción de una encuesta que tome la temperatura de las ganas de las familias para que los chicos aprendan sobre religiones -en plural- o no.
Como primera medida, la circulación de la encuesta propone que los padres elijan horarios posibles de dictado, pero los padres tampoco tienen a su disposición la información suficiente para decidir si quieren o no que los chicos asistan a las clases.
Así las cosas, el asunto quedó en el limbo de las indefiniciones, sin abordajes profundos sobre qué quiere decir la escuela pública cuando habla de religiones y a punto de dejar que sea un territorio liberado para que la religión que se da en la escuela sea, solamente y otra vez, la católica.