Morillo: el 34,61% de las embarazadas son menores de 19 años
Un informe de Auditoría revela la situación precaria en el hospital de la zona: la mayoría no recibe la atención básica.
En la Argentina hay 700 mil nacimientos por año. El 16% proviene de madres adolescentes de entre 15 y 19 años.
En algunas zonas del municipio salteño de Morillo, el 34,61% de las mujeres son menores de 19 años. El porcentaje más bajo en otras zonas ronda al 19.08%, aun así muy por encima de la media nacional.
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“El elevado porcentaje de adolescentes embarazadas pone en evidencia la ineficiencia del programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y el incumplimiento de las directrices desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud, para la prevención de los embarazos precoces. Mayores riesgos de vulnerabilidad socioeconómica y mayores riesgos del embarazo y parto”, dice el informe.
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Y esos no son los datos más preocupantes del trabajo de la Auditoría General de la Provincia, que estudió la situación del hospital “Coronel Juan Solá” de Morillo durante 2016.
El informe, que llegó a manos del Ministro de Salud, Roque Mascarello, también hace hincapié en los peligros del embarazo adolescente. “El embarazo en la adolescencia es de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza, constituyendo la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a 19 años en todo el mundo. La educación sexual y reproductiva son las principales herramientas para evitar embarazos no deseados, abortos ilegales y lograr reducir la mortalidad materna infantil en este grupo etareo. Los recién nacidos de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo”, se puede leer en el trabajo.
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Metas incumplidas
El hospital de Morillo tenía ciertas metas que nunca cumplió sobre control prenatal. Los profesionales médicos debían brindar contenido educativo para la salud de la madre, la familia y la crianza; prevenir, diagnosticar y tratar las complicaciones del embarazo; vigilar el crecimiento y vitalidad del feto; detectar y tratar enfermedades maternas clínicas y subclínicas; aliviar molestias y síntomas asociados al embarazo y preparar a la embarazada física y psíquicamente para el nacimiento.
El control prenatal es fundamental. Por esto los agentes sanitarios debían ocuparse de concretar los controles médicos, de enfermería, laboratorio, odontología y nutrición. El gran problema detectado en el informe es que el Estado deja totalmente solas a estas embarazadas: estos agentes están lejos de cumplir con sus objetivos.
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Los integrantes de la Auditoría analizaron en dos rondas la Atención Médica, de Enfermería y Laboratorio (MEL) y la Atención Médica, de Enfermería, Laboratorio, Odontología y Nutrición (MELON). El informe señala que “no cumplió con la meta propuesta de promover los controles prenatales MELON (debía llegar al 80 % de las embarazadas controladas) ni del MEL (que debía ser del 100 % de embarazadas controladas). Solo llegaron a cubrir a 5 de los 14 sectores relevados en la Ronda Nº 152 y 154. “Para el caso de MEL (la cobertura es menor, y los sectores cubren el 37,14 % para la Ronda Nº 152 y el 41,07 % para la Ronda Nº 154, alcanzando la cobertura propuesta en 2 de los 14 sectores relevados, en la primera ronda del año”, señala el trabajo.
Morillo ha llegado a ser noticia, en varias oportunidades, por niños con problemas de desnutrición. Durante los últimos 15 años se han registrado incluso muertes por desnutrición. Una de esas muertes se produjo, justamente, en el año relevado. Y en ese 2016 el área de Salud debía implementar programas especiales; pero no lo hizo: “Durante las Rondas del ejercicio 2016, en ninguna ronda de la muestra se cumplió con la meta propuesta de controles con Atención Médica, de Enfermería, Laboratorio y Nutricional (MELaN), a “Niños con Bajo Peso, Muy Bajo Peso y con Riesgo de Bajo Peso, no logrando superar el 20% durante las Rondas Nº 152 y 154. Se cumple esta meta solo en un sector durante la Ronda Nº 154”.
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Ni siquiera se realizó bien la cobertura de inmunización. Del total de 21 vacunas que deben aplicarse según calendario de vacunación y metas, se cumplieron las metas fijadas en solo una de las vacunas en la Ronda Nº 152 y, para dos vacunas, en la Ronda Nº 154. “La no aplicación de las vacunas obligatorias incrementa el riesgo de padecer enfermedades relacionadas”, resalta el informe.
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Papanicolau
El informe también puso bajo la lupa cómo trabajó el hospital con otras metas propuestas. Una fundamental debía ser el estudio de Papanicolau a mujeres en edad fértil. La meta era hacerle el estudio al 8,33% de las mujeres con edad fértil. Pero ese año no llegaron ni al 1%.
Los encargados de hacer el informe subrayan por qué ese estudio es importante: “Los agentes sanitarios deben ser facilitadores activos en la prevención del cáncer de cuello de útero mediante la promoción del PAP, entre aquellas mujeres con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. El cáncer de cuello de útero refleja con máxima crudeza la desigualdad social en salud y ocupa el segundo lugar entre los tipos de cáncer en mujeres entre 35 y 64 años, y puede prevenirse casi por completo. En Argentina se diagnostican alrededor de 3.000 casos nuevos de cáncer de cuello de útero y alrededor de 1.900 mujeres mueren a causa de la enfermedad. La alta cobertura de PAP es una de los componentes más importantes de un programa efectivo de prevención del cáncer de cuello de útero”.
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Situación edilicia del hospital
El hospital tiene serios problemas edilicios, algunos de los cuales ponen en riesgo la misma salud de los pacientes. No tiene estructura sismo-resistente, ni plan contra incendio. La observación N° 29 señala una falencia también detectada en la mayoría de los hospitales: “el edifico no dispone de un sistema de matafuegos, hidrantes ni detectores de humo”.