Así terminaba la vida del narco Pablo Escobar: en un techo y con una bala en el corazón

Los policías que lo mataron se tomaron fotos con enormes sonrisas cerca del cuerpo. Fue el principal narcotraficante del mundo.

27 Nov 2018

Buena parte de la historia violenta de Colombia se cerró hace 25 años en el tejado de una casa de un barrio de clase media de Medellín. Allí, tendido de medio lado, terminó Pablo Escobar.

Los policías que lo abatieron aquel 2 de diciembre de 1993 se tomaron fotos con enormes sonrisas cerca del cuerpo de quien fuera el principal narcotraficante del mundo. Varios hicieron con los dedos la "V" de la victoria y en el país se vivió entonces por varios días un ambiente de fiesta.

Pero en una parte de Medellín, principalmente en los barrios marginales en los que "El Patrón" demostraba el porqué era llamado con ese apodo, lo lloraron. Su sepelio fue multitudinario y con muestras de dolor de quienes lo admiraban.

La muerte de Pablo Emilio Escobar Gaviria, considerado sin vacilar por los organismos de seguridad como "el enemigo público número uno de Colombia", puso punto final a una ola de ataques terroristas ejecutados por el cartel de Medellín desde comienzos de los años 80.

Comienzos

Escobar, que nació el 1 de diciembre de 1949 en Rionegro, un municipio próximo a Medellín, empezó su vida delictiva en los años 60 como contrabandista y en los 80 incursionó en el mundo del narcotráfico, que a la postre se convirtió en un delito que financia en buena parte el conflicto armado colombiano.

Con un espíritu empresarial, Escobar vio una oportunidad de ganar dinero enviando cocaína a Estados Unidos y para eso buscó contactos para comprar la materia prima, la pasta de coca, en Bolivia y Perú.

Pero el crecimiento de sus ganancias tenía que ser justificado de alguna forma y entonces buscó poder político, para lo cual se incorporó al Partido Liberal, a nombre del cual alcanzó a ocupar un escaño en la Cámara de Representantes.

Dueño de un discurso anti-imperialista y hasta con cierto tinte izquierdista, aunque su banda financió a grupos paramilitares ultraderechistas, Escobar fue desenmascarado en el Congreso por el entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara, que militaba en un sector político que enarbolaba la lucha contra la corrupción.

Las acusaciones de Lara marcaron un antes y un después de Escobar, quien salió del Congreso y pasó abiertamente a la clandestinidad como jefe del cartel de Medellín y líder de centenares de jóvenes pistoleros amantes del dinero fácil.

Atentados y muertes

Su primer desafío al Estado fue en abril de 1984, cuando el ministro Lara fue acribillado en Bogotá. Para Colombia fue el inicio de una época marcada por el terrorismo con innumerables coches bomba en las principales ciudades.

El cartel de Medellín destruyó la sede del servicio de inteligencia y la edificación del diario "El Espectador", cuyo director, Guillermo Cano, también murió por los disparos de la mafia. Su osadía no tenía límites y hasta llegó a derribar un avión comercial en pleno vuelo.

Según Jhon Jairo Velásquez, alias "Popeye", quien fue jefe de pistoleros de la banda, unas 6.000 personas murieron en esa época en los atentados ordenados por "El Patrón".

Uno de los magnicidios que más conmoción produjo fue el de Luis Carlos Galán, cometido en agosto de 1989, cuando era el favorito para ganar las elecciones presidenciales de 1990.

La caída

Escobar se entregó durante el Gobierno de César Gaviria (1990-1994) tras el ofrecimiento de beneficios judiciales, como el de no ser extraditado a Estados Unidos. Pero se fugó en 1992 después de pasar un corto tiempo en "La Catedral" una prisión que permitieron acondicionar a los propios narcotraficantes con grandes comodidades en unos terrenos que pertenecían al propio Escobar.

Ingenioso para burlar la persecución de un grupo de élite policial y militar que lo persiguió por años, llamado Bloque de Búsqueda, Escobar cayó por un error que cometió aquel 2 de diciembre de 1993, cuando una charla telefónica con su hijo le proporcionó a las autoridades su ubicación exacta en una casa de Medellín, la segunda ciudad más grande del país..

El hombre más buscado del país trató de huir por el tejado, pero los relatos oficiales dicen que uno de los comandantes del Bloque de Búsqueda, el entonces mayor de la Policía Hugo Aguilar, fue quien le hizo un disparo certero que le atravesó el corazón.

Aguilar, ahora coronel retirado y quien años después fue condenado por haber tenido nexos con grupos paramilitares, dice que alcanzó al capo con un disparo por la espalda. Un teniente, según el relato, le hizo otro tiro que le salió por el oído. Escobar tenía 44 años cuando murió. (DPA)

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