Se solidarizaron con un amigo que fue discriminado y terminaron expulsados del colegio
El colegio Santa María aplicó su “derecho de admisión” a cuatro chicos que se manifestaron en apoyo a un estudiante que fue hostigado por su sexualidad.
“El compañerismo está penado acá. La diversidad también. La homosexualidad también”. Así describe Martina al colegio por el que pasó su adolescencia y, hoy, allí asiste su hermano, un chico que por su sexualidad fue cuestionado y expuesto de tal manera que sus amigos salieron en su defensa, pero terminaron expulsados de la institución.
Se trata del colegio católico Santa María de Salta, que el pasado 30 de octubre aplicó su “derecho de admisión” a cuatro alumnos que se solidarizaron con Santiago, un compañero que vivió un episodio de discriminación. El caso salió recientemente a la luz, tras un descargo que hizo Martina en las redes sociales y al que se hicieron eco medios nacionales.
El Colegio Santa María envió un comunicado aclarando por qué no admiten en 2019 a cuatro alumnos
Meses atrás, en septiembre precisamente, un tutor del colegio le dijo a Santiago que debía quitarse una pulsera que tenía los colores de la bandera LGBT. Ante la resistencia, el estudiante fue convocado a la dirección del establecimiento. Los directivos expusieron de tal forma la intimidad del joven, que “salió muy mal de esa reunión”, contó Jorge Coraita, papá del adolescente. “Acá hubo violencia institucional porque lo indagaron sobre temas personalísimos”, señaló el padre del estudiante.
Los compañeros lo vieron y se solidarizaron con él, enviándole mensajes al celular y por redes sociales. Una de esas publicaciones se trató de una foto en la que tres chicos, con sus antebrazos pintados con los colores de la diversidad, hacen la señal de “fuck you”. Si bien los rostros no son fotografiados, se veía que ellos vestían el uniforme del colegio. Esto fue lo que aparentemente molestó a los directivos, según las fuentes consultadas. O por lo menos, eso fue lo que sirvió de argumento para ejercer el derecho de admisión para cuatro estudiantes (los fotografiados y quien hace el posteo).
¿Acciones legales?
“Para ellos (por los directivos), los chicos faltaron el respeto a los símbolos del colegio y al reglamento interno”, explicó a LA GACETA, Carlos Saravia, el abogado representante de uno de los chicos. Pero de esta manera “el derecho de admisión es una expulsión encubierta”, consideró el letrado, quien ya hizo un pedido a la Dirección General de Educación Privada del Ministerio de Educación de Salta para que se expida sobre este hecho y revierta la medida, considerando que su cliente es un alumno “con promedio 8.60 y sin ningún tipo de falta ni sanción en años anteriores”.
El abogado contó que los jóvenes pidieron disculpas en su momento y la foto fue eliminada de las redes sociales a las pocas horas de su publicación. No obstante, el 30 de octubre, la institución notificó a los padres de los estudiantes solidarizados con su compañero, que sus hijos estaban amonestados y se reservaba el derecho de admisión. Por lo tanto, ellos quedaron excluidos de poder matricularse para el último año de la secundaria, en 2019.
“Segregan de manera arbitraria –apuntó Saravia-. Lo que hizo el colegio es extender la discriminación a cuatro chicos que se han solidarizado con un compañero, en un marco de sana rebeldía de manifestar un repudio de discriminación”. Además dijo que espera que el Ministerio interceda lo antes posible y revierta la decisión, sino iniciará una acción judicial.
El Ministerio
Por su parte, el titular de la Dirección General de Educación Privada de Salta, Walter Raúl Benedicto, en diálogo con este medio pidió aclarar que el joven, víctima de discriminación, “no salió de la institución, se encuentra afuera del país, en un intercambio cultural, vuelve en enero y rendirá las materias que debe en febrero”.
A su entender, “el colegio evaluó, en base a su reglamento interno, como una falta grave” la actitud de los chicos y “aplicaron el derecho de admisión en fechas adecuadas, antes del 30 de octubre”.
Según Benedicto, no corresponde a su área evaluar si hubo aquí discriminación. “Para eso está el Inadi”, dijo. “Desde la Dirección, acompañamos a las instituciones desde lo administrativo pedagógico. Después está el régimen de convivencia, que cada tanto les pedimos para ir evaluando, para ver si no se tiene en cuenta alguna última normativa”, agregó.
Además, recodó que los colegios tienen “reglamentos internos que se dan a conocer a los padres y tutores cuando se inscriben y dan a saber cuáles son las reglas de juego”. “Pero aun así cuando deciden incorporarlos, siempre surge alguna valoración del actuar de los alumnos desde la institución y según ellos”, consideró. En estos casos, dijo que “es necesario dialogar para llegar a un acuerdo”.
Asímismo informó que, el viernes, recibió el pedido de la familia de uno de los alumnos para que se revierta la decisión, por lo que se solicitó al colegio cierta documentación y una respuesta a la solicitud.
En cuanto los demás chicos sancionados, aseguró que uno “se fue a otra provincia” y por los otros dos “se intercedió para que continúen en otras instituciones”.
La familia
“Acá nadie se traga la de que fue por haber hecho ‘un gesto obsceno al símbolo del colegio”, cuestionó Martina al colegio Santa María, a través de su extensa carta. “A mí no me engañan con esa defensa institucional, yo estudié ahí toda mi vida, y he visto faltas de respeto de todo tipo a todos los símbolos, a docentes, que no despertaban más que un comentario. Nunca vi que se entrometan en las redes. Entonces, no me queda más que decirles: retrógrados HOMOFÓBICOS”, defendió la joven a su hermano y a los chicos que salieron en solidaridad y hoy no saben dónde cursarán el último año de la secundaria.
Por último, el papá de Santiago dijo tener “sentimientos encontrados” ante la exposición que tuvo su hijo. “Por un lado estoy indignado ante la impunidad en que se mueven y por cómo tratan a los chicos; es un abuso de autoridad. Esto debería ser controlado, porque no creo que sea el único colegio que pasa”, manifestó.
“Pero por otra parte, me siento orgulloso de mi hijo. Él pudo resistir esa reunión en la dirección, argumentar y salir con la pulsera”, cerró.