Nahir Galarza: "lloré lo que tenía que llorar y ya está, no quiero volver al pasado"
La joven condenada por el crimen de Fernando Pastorizzo negó tener una relación con el hijo de un líder narco.
Que no está de novia y que se inventan muchas cosas sobre ella. Eso le dijo Nahir Galarza a Infobae durante una entrevista que les concedió vía telefónica desde la Unidad Penal de Mujeres Número 6 de Paraná.
"Inventan tantas cosas que necesitaría un día entero para desmentirlas", afirmó la joven de 20 años, condenada a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, asesinado el 29 de diciembre en Gualeguaychú.
Luego se refirió a Matías Caudana, de 20 años, quien es juzgado por narcotráfico. "No tengo novio ni conozco a ese chico", aseguró Nahir. Sin emabrgo, el abogado del joven, Augusto Lafferriere, contó que fue él quien hizo un pedido para que pudiera visitarla. "La conoció cuando él visitó a su abuela detenida en el mismo penal que Nahir, y siguieron comunicándose y su idea es ahora profundizar la relación", aseguró el penalista.
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"No lo conozco, nunca hablé con él, no sé quién es", insistió Nahir. Caudana está imputado por narcotráfico en una causa en la que están involucradas otras 20 personas. Se sospecha que traficaban marihuana y cocaína fuera de Entre Ríos. "Como la noticia vende, inventan todo tipo de cosas. Que se peleó con una compañera, que amenazó a fulana, que discutió con mengana, ahora que tiene novio. Es todo falso", agregó un allegado de Nahir, que cumple condena en Paraná.
Nahir recibirá hoy la visita de sus padres y de su hermano para celebrar Navidad. Es probable que su madre le lleve libros de regalo. Ella quiere estar ocupada para evitar "malos pensamientos".
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—¿Qué tipo de pensamientos?
Creo que la parte más difícil ya la pasé en la comisaría, donde estaba sola. Al no tener nadie con quien hablar, nada para hacer, ocupaba mi tiempo pensando. En realidad los primeros dos meses, enero y febrero, directamente no pensaba, no sentía nada. Seguía en shock, no caía en la realidad. Después lo pude hacer cuando empecé a tener una contención psicológica, me fue a ver una psicóloga y ahí sí fue como que después de unos días de terapia caí en la realidad. Se me vino todo el mundo abajo de repente, volver a revivir todo, y pensar todo lo que me había pasado, no solamente en ese momento y en ese día, sino anteriormente. Los años anteriores; porque esto no viene de ese año o ese día, viene de años anteriores, desde hace mucho tiempo. Creo que la peor parte ya la pasé, porque estaba sola y no tenía a nadie, solo a mí misma, así que cambié mucho en mi forma de ser, en mis pensamientos, creo que estar solo te cambia, no tenés a nadie más que a vos mismo, y me tenía… creo que no me quedaba otra que revivir todo y… (hace una pausa, piensa) Ahora, por ejemplo, al tener compañeras es distinto, vos por ejemplo podés hablar con alguien y dar opinión o consejos, charlar de cualquier cosa, no necesariamente de por qué estás acá; es más, tratamos de evitar hablar de las causas por las que estamos.
—Hablás de "ese momento" y de "ese día". ¿Tratás de borrar de tu cabeza lo que pasó el 29 de diciembre de 2017?
— Siempre voy a llevar el dolor, toda mi vida. Me siento mal porque ese día que busco olvidar terminó muriendo una persona joven. Ese peso lo llevaré toda mi vida. Yo hice el duelo que tenía que hacer. Reviví todo, con todo me refiero del hecho para atrás y hasta ese día, lo que me acordaba, porque sinceramente había cosas que no me acuerdo. Declaré en el juicio porque lo tenía que hacer, dar una explicación, me pareció que tenía que desprenderme de todo eso. Además de asimilar todo lo que me estaba pasando ese día, que lo tuve que contar en el juicio, fue muy difícil. Los nervios de tener a la prensa detrás mío, gente desconocida que fue a presenciar el juicio, jueces, fiscales, abogados. Fue muy difícil porque no soy de contar mis cosas, no me gusta contar nada sobre mí en realidad, hacerlo delante de todos además de lo difícil y feo que fue lo que viví y pasó. Cuando terminé de declarar salí y fui a ver a mis padres, lloré lo que tenía que llorar y ya está, dije, nunca más me quiero acordar esto, y me desprendí, no quiero volver al pasado. No quiero estancarme ni quedarme en ese día horrible. Todo lo que debía decir ese día lo dije en el juicio. No quiero volver a hablar de este tema, además no quiero ser malinterpretada. Ya fui juzgada y condenada.