El Papa Francisco pidió a los líderes musulmanes que condenen el terrorismo
En un discurso ante diplomáticos de todo el mundo, el líder católico criticó las interpretaciones extremistas de la religión.
CONCORDIA. "Es necesaria una respuesta unánime que, en el marco del derecho internacional, impida que se propague la violencia", dijo el Papa. REUTERS
ROMA, Italia.- El papa Francisco volvió a pedir hoy a los dirigentes religiosos, políticos e intelectuales, especialmente musulmanes que condenen "cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión que pretenda justificar" la violencia.
Bergoglio condenó el terrorismo de carácter fundamentalista y afirmó que el fundamentalismo religioso, "rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico".
El Papa pronunció estas palabras durante un encuentro que mantuvo en el Vaticano con miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, que mantiene relaciones con 180 países del mundo.
En un discurso de más de media hora, hizo un apasionado llamado a la paz, y volvió a recordar la "trágica masacre" de la semana pasada en París, que conmocionó al mundo.
"Este fenómeno es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios. De hecho, el fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico", dijo.
"Ante esta injusta agresión, que afecta también a los cristianos y a otros grupos étnicos de la región, es necesaria una respuesta unánime que, en el marco del derecho internacional, impida que se propague la violencia, restablezca la concordia y sane las profundas heridas que han provocado los incesantes conflictos", agregó.
Guerra mundial
En un discurso considerado una verdadera radiografía del mundo realizada por la Santa Sede, el Papa lamentó la constante proliferación de conflictos, "como una auténtica guerra mundial combatida por partes".
Si bien comenzó mencionando la guerra en Ucrania, enseguida manifestó su preocupación por Medio Oriente. Recordó su visita a Tierra Santa de mayo pasado y auspició que "se puedan retomar las negociaciones entre las dos partes, para que cese la violencia y se alcance una solución que permita, tanto al pueblo palestino como al israelí, vivir finalmente en paz, dentro de unas fronteras claramente establecidas y reconocidas internacionalmente".
Violencia contra las mujeres
El Pontífice también dedicó parte de su alocución para hablar contra la violencia hacia las mujeres. "No podemos olvidar que las guerras llevan consigo otro horrible crimen: la violación -dijo-. Se trata de una ofensa gravísima a la dignidad de la mujer, que no sólo es deshonrada en la intimidad de su cuerpo, sino también en su alma, con un trauma que difícilmente desaparecerá y cuyas consecuencias son también de carácter social".
"A la lista de las vidas descartadas a causa de las guerras y de las enfermedades, hay que añadir las de los numerosos desplazados y refugiados", recordó también el pontíifice que, como había dicho en Estrasburgo en noviembre pasado, sentenció: "No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio".