Del Potro cayó dando buenas señales y jugará en Roma

Entre los extremos de un partido, perder feo o ganar muy bien, existen muchos escalones tenísticos y en cada uno de ellos descansa un objetivo intermedio. Así, son muchas las ocasiones en las que se puede perder un juego y, al mismo tiempo, sentir conformidad y satisfacción porque una derrota significa un avance.

El concepto aplica, cientos de veces, a jugadores que se miden a otros que son mejores. Y, en menor medida y en determinadas situaciones, también a los cracks.

Es el caso de Juan Martín Del Potro y su debut en el cuadro de single del Masters 1000 de Madrid. La caída contra el serbio Laslo Djere, levantó un match point y lo venció 6-3, 2-6 y 7-5, no puede separarse de un contexto tristemente frecuente: “Delpo” está volviendo de una lesión.

Pasados 75 días, apenas encontramos tres encuentros si rebobinamos el calendario hasta Shanghai 2018, en octubre pasado, cuando la mala suerte convirtió un resbalón en fractura de rotula derecha. El tandilense, como nadie en el tour, sabe de qué se trata este cuento que conjuga paciencia, resignación, motivación, objetivos reseteados, trabajo, dudas, médicos, diagnóstico, kinesiólogos. Y preguntas, claro, de parte del público, de la prensa y de cada uno de los actores del ATP Tour.

La actuación de Juan Martín, entonces, dejó respuestas para todos. Una gran predisposición para el esfuerzo de 2h30’ de partido, movimientos fluidos y coordinados, apoyos sin dolor en la pierna de la fractura, golpes mayoritariamente limpios, y una postura mental sin ecos del ruido de la última lesión. A su juego le faltó algo de timming general pero estuvo muy lejos de parecer el de alguien inactivo y, sin duda alguna, se expresó considerablemente mejor que durante la última vez, en febrero pasado, en Delray Beach.

Queda sí, para cuando bajen el cansancio del partido y la adrenalina del regreso, la incógnita sobre el horizonte cercano de fines de mayo. ¿Irá a Roland Garros, a competir en formato y exigencia a 5 sets? Parece sencillo concluir en que todo dependerá de lo que ocurra en Roma, en donde ya en estas horas del miércoles prepara su próxima actuación.