Apuntes sobre Chop Suey, la revista cultural hecha por argentinos en China
En sus páginas se pueden encontrar crónicas, poemas, ensayos y reseñas. Es una forma de trazar un puente entre Oriente y Occidente.
Es más que atinado que el editorial del primer número de la revista Chop Suey comience explicando el origen de esa comida que nos suena inexorablemente China, aunque en ese país no exista. El chop suey vendría a ser algo así como una mezcla, cuyo contenido muta según el país donde se prepara. Y la revista editada por Lucila Carzoglio y el salteño Salvador Marinaro tiene ese espíritu: mezclar textos, ya sean crónicas, perfiles, reseñas y hasta poemas, como una forma de poner en diálogo culturas totalmente distintas.
“Mujer nacida en 1975. Altura 1,65. Licenciada en Finanzas de la Universidad de Fudan. Gerente de una de las quinientas empresas más importantes de China. Salario anual de quinientos mil yuanes. Tiene hukou en Shanghái y una vivienda sin préstamo. Soltera, comprensiva y tradicional busca un hombre nacido entre 1969 y 1975, de cualidades similares a las descriptas: responsable y de buen carácter”. La frase es de un cartel hecho a mano, que un hombre sostiene con la esperanza de encontrar un esposo para su hija. La frase también forma parte del arranque de la crónica en la que Lucila Carzoglio aborda la situación de “las mujeres sobrantes”, de los padres que buscan de manera pública, con carteles similares, esposos para sus hijas, por temor a que queden solteras.
La revista tiene una edición anual dedicada a un eje temático. El primer número se centró en las “relaciones”, siempre entendido de una manera amplia, es decir, relaciones entre personas, paisajes, géneros, edades y culturas. Ya estamos trabajando en la segunda edición, cuyo tema será “territorios”.
Lucila Carzoglio aborda este conflicto social mostrando posturas emergentes, que contradicen los mandatos sociales. “La casa es vista como un microestado y en esta concepción la mujer soltera resulta desestabilizante”, dice una de las entrevistadas.
Otro artículo habla sólo de peluquerías y muestra la relación entre el corte de pelo y la política. Explicita cómo algo tan simple y cotidiano está atravesado por una tradición, al mismo tiempo que da cuenta que cortarse el pelo de una determinada manera puede ser un acto revolucionario.
Aunque estemos a fines del años 2019 y con la conexión a internet todo parece cercano y conocido, la revista alcanza a presentar, en profundidad, una cultura tan fascinante como extraña.
Los hacedores
“Chopsuey nace de una necesidad vital y concreta: leer y escribir en español sobre una realidad que, para los que vivimos en China, es cotidiana y al mismo tiempo distante. Surge de una búsqueda de posibles respuestas a los que nos pasa o vemos a diario. Por eso, hacemos hincapié en la no ficción, el ensayo y la crónica. China es un continente enorme y complejo, pero sobre todo radicalmente distinto a las culturas hispanoamericanas. Nuestro objetivo es hacerle preguntas al territorio. De hecho, todos los colaboradores tienen o tuvieron algún contacto de primera mano con el país”, explicaron Carzoglio y Marinaro a LA GACETA, quienes están momentáneamente en la Argentina, para presentar la revista en Buenos Aires.
La revista se consigue en Shanghái, Pekín y Chongqing, también en otros lugares más pequeños como Zoushan. Asimismo está en ferias, librerías y tiendas de diseño en Tokyo, Singapur, Chicago y Nueva York. Después de la presentación, quedarán algunos números en Buenos Aires.
“A la vez, nos interesa llevar esas preguntas a la estética. La revista, que por ahora solo está en papel, se plantea como un objeto de arte, en el que conviven ilustraciones y fotografías, todas hechas especialmente por un artista. En el primer número intervino un artista chileno, Sebastián Correa, que vive en Shanghái”, acotaron.