El paso de Macri por Salta evidenció grietas políticas y religiosas

Nadie quiso quedar pegado a la figura del presidente, que recibió fuertes críticas incluso de la misma Iglesia.

15 Sep 2019
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Macri en Salta. Foto Marcelo Miller, para La Gaceta

Si la historia se escribiera solamente con las fotos oficiales, que tanto el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, como el intendente, Gustavo Sáenz, eligieron publicar en sus redes sociales sobre la misa a la que asistieron el domingo a la Catedral, casi no quedaría ninguna prueba de la visita del presidente a la provincia.  

No hubo reunión oficial. A Mauricio Macri ni siquiera lo esperó una autoridad provincial o municipal en el Aeropuerto: la recepción quedó a cargo de Martín de los Ríos, máxima autoridad del PRO en Salta y de Martín Grande, diputado nacional y uno de los pocos que mantiene su fidelidad con el partido.

Y eso que fue un hecho histórico: Salta no contaba con la participación de un presidente, para la festividad del Milagro, desde 1979, año en que Jorge Rafael Videla formó parte de la procesión.

Urtubey fue uno de los primeros en tomar distancia. Recalcó a La Nación, que no mantendría una reunión, porque "no dan los tiempos".

Gustavo Sáenz, el viernes, se preocupó en aclarar que él no era el autor de unos afiches, en los que aparecía su foto, junto al presidente, bajo las palabras “Bienvenido presidente: sí se puede”.

La iglesia, más dura que de costumbre

De manera inesperada, las críticas más severas contra Mauricio Macri no tuvieron su origen en funcionarios kirchneristas (que optaron por un silencio estratégico o respetuoso por la festividad), sino de miembros de la Iglesia.

Antes de la llegada del presidente, el padre Raúl Méndez salió con los tapones de punta en un comunicado: “Junto con otros miembros del clero manifiesto mi oposición a tan inoportuna visita. En estas circunstancias su presencia será una provocación, que provocará la lógica reacción. No tiene sentido venir a empañar la fiesta de los salteños. Lo más razonable es que suspenda semejante previsión y nos deje tranquilos. Más bien que se ocupe de resolver los graves problemas en que embarcó al país".

El estado público de estas declaraciones generó que el Monseñor Mario Cargnello hiciera pública la invitación que le había realizado a Macri.

"Su presencia nos honraría, por eso me atrevo a invitarlo", se puede leer en la misiva.

Eso no impidió que el domingo, cuando Macri ya estaba sentado frente a la Catedral, Cargnello le recordara su promesa de “pobreza cero”. El tono de Cargnello de todos modos fue afable e hizo más hincapié en la dignidad de la pobreza, a tal punto que el presidente recibió sus palabras con cierto alivio: podría haber sido peor.

El monseñor Dante Bernacki fue quien profirió las palabras más duras: “Me da la impresión de que no le dio resultado la Pachamama y viene a ver si el Señor del Milagro le tira un votito más”. La frase, que el monseñor emitió en una entrevista de Aries Fm, sirvieron para sacarle en cara al presidente que su cierre de campaña, en las PASO, lo había realizado en Jujuy, en un homenaje a la Pachamama.

No todo fue castigo para el presidente. En una provincia donde sólo recibió 2 de cada 10 votos, Macri fue recibido con fuertes aplausos y respeto por quienes habían concurrido a inmediaciones de la Catedral a rezar. Muchos de los presentes pueden no haberlo votado, muchos tampoco lo harán el octubre; pero aceptaron su visita como una muestra de respeto o de Fe. Y eso, en Salta, siempre es bienvenido.  



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