Cómo evolucionó la imagen de Alberto Fernández
Temor de los argentinos a lo que se viene.
“Pareciera que, por fortuna, la grieta se está achicando. Que los argentinos, cuando tenemos problemas, somos más solidarios en la desgracia”. Desde ese punto de vista, Eduardo D´Alessio, presidente de la consultora D´Alessio IROL explica los resultados a los que arribó junto con el politólogo Sergio Berensztein: más del 80% de los consultados en su último reporte afirman que las medidas adoptadas por el Gobierno nacional para evitar la propagación del coronavirus en la Argentina son justas, razonables y oportunas, pero aclaran también que creen que se cumplirán parcialmente. Y, en una mirada política, también llegan a la conclusión que, a raíz de esta situación, la imagen del presidente Alberto Fernández ha crecido 10 puntos respecto de lo que venía evidenciándose hasta hace un mes.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio ha cumplido una semana de vigencia. Desde el viernes pasado, a partir del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que estableció el aislamiento hasta el 31 inclusive, se dispuso la permanencia en sus casas, con pocas excepciones como las de los trabajadores de la salud, de las fuerzas de seguridad, los transportistas de bienes esenciales y los proveedores de alimentos, entre otros.
Con esa premisa, que contempla para la gente la única posibilidad de salir a la calle para concurrir a almacenes, supermercados, farmacias o cajeros, se dispuso la suspensión por tiempo indeterminado de “todas las actividades ambulatorias”, especialmente en lugares cerrados.
“La circulación del coronavirus en el país acapara todas las preocupaciones entre los argentinos, liderando, especialmente, en cuanto al temor a las consecuencias económicas negativas”, señala el diagnóstico de D´Alessio IROL-Berensztein al que accedió LA GACETA. Y D´Alessio agrega: “por primera vez en años el tema de la pandemia ha superado a lo de la inflación”. Según el informe, más de la mitad de los ciudadanos se muestra optimista respecto a la posibilidad de contener el avance del virus en el país, sin llegar a las dramáticas situaciones vistas en otras partes del mundo. Esta creencia está más acentuada entre los menores de 55 años.
La aplicación de la cuarentena general cuenta con la total aprobación de la población, si bien hay cierto lugar para las críticas en cuanto a la demora para tomar cartas en el asunto. Contando con el respaldo de sus propios votantes, los cuestionamientos son más notorios entre opositores, acota el reporte.
Respecto del impacto de la cuarentena en la vida personal de la sociedad argentina, afecta en un promedio de dos aspectos a las personas de los distintos niveles socioeconómicos. Por un lado, señala el diagnóstico, aquellos de mayores ingresos observaron mayores repercusiones en cuanto a la imposibilidad de ver a sus seres queridos (hijos o padres), así como la alteración de un viaje o reunión importante. Los de nivel medio bajo, a su vez, se ven mayormente perjudicados, de manera esperable, en sus actividades informales de trabajo e incluso en cuanto a cirugías o tratamientos médicos no vitales.
¿Cuándo se normalizará la situación?, fue otra de las consultas efectuadas a 886 personas, mayores de 18 años de todo el país, entre el martes y el miércoles último. “Con opiniones divididas, se registra una porción de los argentinos que ve con mayor optimismo la situación, al señalar la vuelta a la normalidad en los próximos tres meses (con mayor inclinación entre millennials y aquellos de 35 a 54 años)”, sostiene. Por otro lado, otro sector considera que la espera será más larga, llegando a fines de año.
La emergencia sanitaria vivida en el país, junto con las consecuentes medidas para frenar el avance del coronavirus tomadas por el Presidente, han impactado notablemente en su imagen positiva, al registrarse un incremento respecto al mes anterior. Un 61% tiene una imagen positiva del jefe de Estado. Según D´Alessio, Alberto Fernández “está ejerciendo un liderazgo que a la población le resulta positivo. Es como cuando uno se sube a un avión y está más atento a las indicaciones del que maneja la aeronave que a lo que dice la azafata o los comisarios de a bordo”.