Un último adiós en privado para Goldy

Por prescripción médica, Mirtha no pudo asistir a la inhumación de los restos de su hermana gemela.

03 May 2020
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MUY CERCANAS. Mirtha y Goldy Legrand se hablaban todos los días.

Su adiós fue tan reservado como sus últimas décadas de vida. Los restos de Silvia Goldy Legrand fueron inhumados ayer pasado el mediodía en el cementerio de Pilar casi sin acompañantes. Las prescripciones médicas por la pandemia de coronavirus impidieron que su hermana melliza Mirtha Legrand se despidiese en persona, e incluso que su hija Gloria pudiese concurrir a la necrópolis. De su entorno más íntimo sólo estaba su yerno, Alfredo Solari, y su nieto Santiago; su otra hija Mónica, vive en Paraguay y no pudo viajar por las restricciones sanitarias. No hubo cortejo fúnebre, corona de flores, familiares ni amigos como Susana Giménez, una de las más allegadas afectivamente.

La ceremonia fue seguida por una videollamada que Solari realizó para que se sigan las últimas instancias del entierro. Casi al mismo tiempo, Juana Viale grababa la emisión de ayer de “La noche de Mirtha Legrand”, entrega que comenzó entre lágrimas recordando a su tía abuela. Luego solicitó que se proyectase un video editado especialmente con imágenes de las películas que las gemelas protagonizaron en la época de oro del cine nacional. En la consola estaba su hermano, Nacho Viale.

Mirtha pidió permiso para concurrir al velorio y sepelio e insistió en conseguirlo, pero su médico Guillermo Semeniuk fue terminante en negárselo y la convenció de no salir de su casa porteña, donde está acompañada por su hija Marcela Tinayre desde que se supo del deceso ocurrido el viernes, por un infarto fulminante mientras dormía una siesta. “Ella es una persona de riesgo, está haciendo la cuarentena desde que comenzó y no puede salir. Está entera por un lado pero totalmente dolorida porque no nos olvidemos de que hace ocho meses murió su hermano José (Martínez Suárez)”, explicó el productor teatral Carlos Rottemberg. Las hermanas Legrand no pudieron concurrir a ese entierro por un enfrentamiento con las hijas del fallecido.

Entre 1940 y 1944, Silvia filmó una docena de películas, pero luego se casó con el militar Eduardo Lopina y se alejó de los sets. Retornó entre 1959 y 1974, y volvió a participar en películas y series de TV hasta su retiro definitivo.

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