El espíritu de un poeta jujeño vuelve a los lugares que amó
Se estrena hoy un documental de Fabián Soberón sobre Néstor Groppa. Testimonios de quienes lo conocieron.
EN TILCARA. Una escuela de la pequeña localidad tuvo a Néstor Groppa como maestro, años antes de que se radicara en San Salvador de Jujuy.
Por las calles de San Salvador de Jujuy, por sus arrabales, se deslizaba la figura de Néstor Groppa, que iba llenando su mirada con la vida cotidiana de los barrios y de sus pobladores. Muchas veces llevaba una libreta de anotaciones o un grabador para registrar las voces de seres anónimos que encontraba en su camino. “Era callado, sabía observar, sabía querer a la gente. Andaba por su barrio de Gorriti, donde están los ‘viboreros’ (vendedores ambulantes), los sangucheros, observaba, era amigo de todo el mundo”, cuenta la periodista y escritora Susana Quiroga en el documental “Groppa, un poeta en la ciudad”, que se estrenará hoy por el canal de YouTube y la página de Facebook del Ente Cultural Tucumán.
La película de Fabián Soberón sobre el poeta jujeño es una docuficción, ya que incluye un actor en el papel del fantasma del escritor, que regresa y recorre los lugares donde vivió: su casa y otros ámbitos de la ciudad de Jujuy, lugares de Tilcara, la escuela donde enseñó, las calles, el Museo Pantoja y el cementerio. Los testimonios de Elena Bossi, Meliza Ortiz, Reynaldo Castro, Susana Quiroga y Alejandra Nallim, docentes y escritores que lo conocieron, ayudan a recrear el perfil del poeta.
“La poesía de Groppa me interesa porque no tiene que ver con la geografía, con el paisaje, sino porque va en contra de la idea folclorista de un poeta del norte -explicó Soberón, también escritor-. Me interesa su mirada diversa sobre la ciudad de Jujuy. Groppa inaugura la poesía moderna en Jujuy. Y además de escribir una voluminosa obra poética fue un gran cronista. No sólo a través del verso, sino también a través de las crónicas que publicaba los domingos en la página cultural que dirigía en el diario El Pregón. Le hacía entrevistas, por ejemplo, a una señora que vendía artesanías o a otra que cocinaba en La Quiaca, y a un poeta, a un pintor o a un escritor del lugar. A través de esos textos dio cuenta de la fisonomía del espacio urbano de Jujuy”.
El autor agregó que Groppa, en sus últimos años, escribió una serie de libros donde incorpora a su mundo literario las modalidades y expresiones de la modernidad periférica, marginal, como la del barrio Alto Comedero, al sur de la capital. “Me interesa esa construcción de una modernidad extraña, que combina el piquete, la protesta social, con elementos líricos -señaló Soberón-. Aparecen elementos tan prosaicos como los bonos provinciales, los Tiprofi (títulos provinciales de financiamiento), e incluso tiene un libro sobre el tema”.
La poesía de Groppa, según destacó Soberón, da cuenta de los barrios, de los almacenes, de las esquinas, de los puentes, de las deficiencias y de las virtudes de esa urbanidad marginal. “Quise retratarlo a través del trabajo de Rubén ‘Chuña’ Iriarte, un actor que interpreta al fantasma del poeta recorriendo los lugares donde vivió”, dijo.
Es el tercer documental de una serie sobre poetas del norte argentino que ha realizado Soberón. El primero fue sobre la tucumana Inés Aráoz, “Luna en llamas”; el segundo sobre el salteño Jacobo Regen, “Alas”, y ahora el de Groppa, nacido en Córdoba pero radicado en Jujuy, donde desarrolló su obra.