Entre el verde y la deuda
Por Regina Martínez Riekes. Asesora financiera.
“Para empezar, presionar cualquier tecla
¿Y dónde esta la tecla cualquiera?”
Los Simpson
Verde que te quiero verde
La gente no quiere pesos. Se desprende de ellos de forma desesperada. Los que acceden al dólar mep lo compran. No importa cuánto valga. Los que pueden adquirir insumos o maquinarias dolarizadas a valor oficial, lo hacen.
“Claro, la altísima brecha cambiaria genera subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones, con filtración a los precios por expectativas de devaluación en el dólar oficial”, resume quien tiene sobre sus espaldas la administración de un fondo de inversión de $20.000 millones.
Esta semana, la “brecha cambiaria” (diferencia entre dólar libre y oficial) alcanzó máximos históricos. Es preocupante si consideramos que, estacionalmente, este se trata de un período de acumulación de reservas debido a liquidación de divisas del agro. Los datos sin embargo, muestran lo contrario. El BCRA está vendiendo dólares en el mercado oficial, acumulando una caída de reservas netas de cerca de U$S 4.000 millones en lo que va del año.
BCRA: entre la política y la economía
La autoridad monetaria busca desesperadamente contener las expectativas de devaluación. Ante el fracaso del paquete de medidas anunciadas, resolvió el pasado jueves ir contra uno de los 10 mandamientos peronistas y subir la tasa de interés.
La medida busca sumar atractivo a los plazos fijos en pesos, al extender la tasa mínima del 26.6% a todo el sector privado no financiero.
Lo que hubiera sido un punto a favor del BCRA, se vio opacado tras conocerse el apartado 4 de la Comunicación A 7018: restringe el financiamiento “barato” en pesos a productores de trigo y soja con un acopio superior al 5% de su capacidad de cosecha anual.
Esta medida busca que la oferta de divisas venga del agro y no implique una mayor pérdida de reservas. Seguramente será efectiva en el corto plazo, generando perversos incentivos a un plazo mayor.
La vuelta del príncipe azul
“Tengo dos clientes que prestan servicios en el exterior. Uno a un laboratorio y el otro a un banco. ¿Pueden traer los dólares a través de bonos?”, pregunta un contador al salir de las oficinas de AFIP. Quiere evitar que sus clientes pesifiquen esos preciosos billetes a dólar oficial. La respuesta es negativa.
Todo lo que implique una exportación de bienes y/o servicios puede verse sometido a la ley penal cambiaria si no ingresa por el mercado oficial de cambios. Sin embargo, existen baches que permiten eludir esos controles.
Quienes eligen la vía de la formalidad, perciben parte de esos ingresos como un “bono en especie”, depositados en comitentes extranjeras. Los más sofisticados arman sociedades en el exterior evitando que parte de su facturación ingrese a dólar oficial.
Quienes eligen la vía informal obtienen sus dólares desde cuentas en el exterior no declaradas. La operación se efectúa entre contrapartes privadas que mueven dinero entre quienes buscan ingresarlo a Argentina y quienes buscan lo contrario.
Esta operatoria, bastante deprimida luego del blanqueo 2016-2017, hoy se encuentra en franco ascenso. Estados Unidos, al no adherirse al acuerdo de intercambio de información automático, es uno de los grandes concentradores de dinero sin declarar. Es paradójico: es el promotor de la lucha contra el dinero sucio para prevenir el narcotráfico y el terrorismo.
El tiempo, esa hoguera en la que ardemos
“Algunos acreedores aceptaron la oferta y otros no”, señaló el ministro de Economía, Martín Guzmán. Ante la ausencia de números oficiales, los rumores señalan una aceptación inferior al 15%. Un porcentaje lamentable, teniendo en cuenta el costo asociado a esta oferta: cinco meses de negociación, dedicación full time y U$S 5.000 millones desembolsados a acreedores. Esta lentitud dio tiempo a los tenedores de deuda para organizarse y hoy puedan esperar un mejor acuerdo.
El dogmático Guzmán, anteriormente duro e inflexible, hoy se muestra dispuesto a escuchar contraofertas, que de a poco van llegando.
Los mercados, lejos de cuestionar los principios guzmanianos, leen entrelíneas un triunfo de los bonistas. Rumores de un acuerdo con valor presente neto en torno a U$S 50, llevaron a la deuda argentina a mostrar jugosas ganancias esta semana. Por citar un ejemplo, el viernes pasado el bono discount subió 11% en dólares en tan solo una rueda.
Deuda: Problema de Flujo no de Stock
Ningún país del mundo paga su deuda al vencimiento, ya que la refinancia ¿Como explicar que Perú sea considerado “grado de inversión” con una deuda sobre PBI de casi dos veces su economía? ¿O que Chile haya conseguido recientemente U$S 1.500 millones de dólares a 10 años pagando 2,5% anual?
La Consultora de Alvarez Agis, ex viceministro de Kicillof, muestra datos alarmantes. La contracción de la economía argentina en estos dos meses de cuarentena equivaldría a la caída que tuvimos en los peores 18 meses de nuestra historia (diciembre 2000-junio 2002). La decisión de evitar un default por solo U$S 60.000 millones (15% PBI) es fundamental. Evitaría profundizar la depresión económica actual. El Presidente así lo entiende. Después de todo, es discípulo de Néstor Kirchner, quien proclamaba “miren lo que hago, no lo que digo”. Y sabemos que el kirchnerismo siempre estuvo entre los mejores pagadores de deuda.