Trasplantes: con un cerdo salvan pulmones que habían descartado

Científicos de EE.UU. logran mantenerlos funcionales 24 horas. Un experto argentino explica por qué los pulmones son “difíciles”.

21 Jul 2020
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FUTURO. Buscan saber por qué funciona el cerdo como sostén y hallar las moléculas que lo hacen posible.

Posiblemente no lo sabías, pero, en promedio, sólo el 20% de los pulmones donados cumplen criterios médicos para el trasplante, lo que se traduce en muchos menos órganos que personas en lista de espera. E incluso en los viables, la ventana de espera es de sólo unas seis horas.

“En la Argentina, el porcentaje de viabilidad es aún más bajo, entre el 5 y el 10%, entre otras, por cuestiones tecnológicas; pero en todas partes las tasas de utilización son muy bajas”, explicó a LA GACETA el presidente de la Sociedad Argentina de Trasplante, Enrique Beveraggi, responsable además del área de Trasplante de Corazón-Pulmón del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Sucede que para que los órganos de los donantes se mantengan viables hay que conectar el cuerpo a máquinas que mantiene el oxígeno y los nutrientes fluyendo para mantener su viabilidad. “Hay varias razones para que los pulmones sean ‘órganos difíciles’; en primer lugar, están en contacto con el exterior, por medio del aire, y si sumamos el tuboendotraquial del respirador los riesgos de contaminación son altos”, explica. Pero hay también cuestiones mecánicas: “nosotros fisiológicamente hacemos ingresar el aire a los pulmones por presión negativa, pero el respirador lo mete -digamos- ‘a la fuerza’, y eso con el paso de las horas puede dañar los frágiles tejidos pulmonares”, agrega y sigue explicando: “también se produce en el cuerpo una reacción inflamatoria que se traduce en edema de pulmón, y muchas de las técnicas que permiten cuidar los otros órganos, se contraponen con las necesarias para los pulmones”.

“Si hubiera una manera de mantener los órganos en estado saludable fuera del cuerpo durante un día o varios, muchas cosas cambiarían en el trasplante”, comentó Robert Bartlett, un cirujano conocido por desarrollar otra máquina para mantener los órganos viables (un tipo de máquina corazón-pulmón llamada ECMO), al sitio de noticias médicas Statnews.com.

Pues resulta que dos investigadores, Matthew Bacchetta, de la Universidad de Vanderbilt, y Gordana Vunjak-Novakovic, de la Universidad de Columbia, (ambas en EE.UU.) dirigieron un equipo que probó que es posible ampliar la ventana de seis horas a 24, con la ayuda de cerdos.

Como informaron en su publicación en “Nature Medicine”, conectaron a un cerdo vivo cinco pulmones humanos que habían sido calificados como demasiado dañados para el trasplante. Y el resultado fue tan bueno que en una caso se logró incluso recuperar un pulmón que había seguido fallando después de sus seis horas de perfusión estándar. “Podría ser una combinación perfecta. Podrías tratar los órganos lesionados fuera del cuerpo hasta que funcionen bien. En eso están trabajando Bacchetta y su equipo. Y están haciendo un trabajo maravilloso”, resaltó Bartlett

Antecedentes

Bacchetta y Vunjak-Novakovic, que es profesor de ingeniería biomédica y medicina en Columbia, ya habían reahabilitado pulmones de cerdo dañados, conectándolos al sistema circulatorio de otro cerdo. Para los experimentos actuales, conectaron a los cerdos pulmones humanos con problemas que comunmente se producen después de la donación: hinchazón por exceso de líquido, lesión traumática, daño por fluidos gástricos inhalados... Todos los órganos habían pasado por seis horas de perfusión antes de ser rechazados para trasplante. Mientras estuvieron conectados al cerdo, se monitorearon las células y la función de los órganos. Después de 24 horas, los pulmones habían mejorado; y -dijeron los investigadores- probablemente hubieran seguido mejorando si se prolongaba la prueba.

Explicación

Bacchetta comparó la recuperación de los pulmones con lo que sucede después de torcerse un tobillo. “La inflamación y la curación toman tiempo -dijo-, y el cerdo funciona como un biorreactor natural para permitir la reparación. De repente, [los pulmones están] unidos a un hígado funcional, un intestino funcional. No tenemos que preocuparnos por la regulación de la glucosa, porque hay un páncreas. Todos los metabolitos que se forman se eliminan...”.

“Utilizamos un régimen inmunosupresor bastante estándar, y tomamos estos pulmones rechazados y demostramos que en realidad podríamos mantenerlos y mejorarlos”, remarcó.

El futuro

Bartlett está convencido de que traducir estos hallazgos en la clínica permitirá una comprensión más profunda de qué es lo que reacondiciona estos órganos. “Es algo en el plasma sanguíneo intercambiado entre el animal y los órganos -aseguró-, no glóbulos blancos. Una vez que sepamos por qué funciona, podremos aislar esas moléculas y lograr lo mismo. Por el trabajo en nuestro laboratorio y en otros, creemos que esto será posible dentro de un par de años”.

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