"Me siento seguro con la vacuna que prepara Oxford"
La experiencia del primer argentino en recibir la inoculación.
A Pablo Andrés Berra le cuesta dimensionar que, de un modo u otro, es una pieza fundamental dentro del atareado camino que la comunidad científica mundial emprende hacia una vacuna eficaz y segura contra el coronavirus. “Creo que no he tomado conciencia de todo esto. Cargo como una pequeña presión; lo único que sé es que me siento seguro con esta vacuna”, reflexiona en diálogo con LA GACETA. Él es, hasta donde le consta, el primer y único argentino en recibir la preparación que la Universidad de Oxford desarrolla en busca de generar la tan ansiada inmunidad contra la covid-19.
Berra reside en Sudáfrica desde hace 12 años y forma parte del grupo de 2.020 voluntarios que han sido inyectados en ese país con la vacuna experimental británica. La primera inoculación ocurrió el 20 de julio y recibirá una segunda el 17 de agosto. “Me explicaron que se necesitan dos dosis, separadas una de la otra por 29 días, para generar anticuerpos en un 100% -profundiza-. Todas las semanas me han realizado controles de sangre e hisopados. Estoy muy tranquilo”.
A diferencia de la vacuna que ayer autorizó Rusia -la primera que saldría al mercado mundial contra el coronavirus-, la preparación de Oxford cumple “minuciosamente” todas las fases que exigen los estándares internacionales. Por ello, su desarrollo lleva más tiempo. Así lo sostuvieron las principales organizaciones médicas mundiales, que han pedido cautela respecto de los anuncios que ayer hizo Vladimir Putin. “Recién ahora Oxford avanzará con más voluntarios en la India. Quieren demostrar que la vacuna es eficaz y segura en distintas etnias”, especifica Berra.
El proceso voluntario
Corría julio y el coronavirus avanzaba a pasos agigantados en Sudáfrica (hoy es quinto país con más casos en el mundo). “Vi en los medios una campaña de la Universidad de Oxford y la de Wits, de aquí, en busca de voluntarios. Analicé cómo estaba la situación y decidí inscribirme. Comenzamos con los chequeos de salud en Johannesburgo y en dos semanas recibí la primera dosis”, rememora este director de cine argentino.
Salvo unos pequeños síntomas gripales que duraron un día -y que se fueron con paracetamol-, Berra no ha percibido molestias mayores por la inyección. “Me siento muy contenido. He estado muy bien; con nosotros demuestran que no produce efectos secundarios”, sostiene. Y añade: “La mitad del grupo recibió un placebo. Yo sospecho que no fue mi caso por esos síntomas y, además, porque me darán la segunda dosis. Es un alivio sentir que tengo la vacuna”.
De todos modos, Berra es consciente de que aún debe esperar para generar los anticuerpos necesarios. “Ya pasé por 10 hisopados negativos. Es cuestión de seguir cuidándose”, puntualiza.
De Santiago a África
Berra nació hace 55 años en Lomas de Zamora, pero al poco tiempo su familia se mudó a Santiago del Estero. Vivió allí hasta completar sus estudios secundarios y, luego, emprendió un viaje laboral a Israel. Allí conoció a Savita, la sudafricana que terminaría siendo su esposa y compañera de patria. “Jamás lo hubiese pensado”, se sincera.
Tucumán está presente de una forma particular en la vida de Berra. “Estuve de visita en enero. Allí estudié escritura teatral con una beca; tengo muchos amigos tucumanos”, dice. En Sudáfrica, él es propietario de un colegio y se dedica a la agricultura familiar.