¿Cómo ve y muestra Hollywood a la Argentina?
Las alusiones a nuestro país incluyen fallas en los paisajes autóctonos, tonadas extrañas y estereotipos.
REGISTRO. Sumada a esta escena de “X-Men: Primera generación”, en YouTube hay videos que recopilan hasta 125 fallas cinematográficas.
“La calle más larga, el río más ancho. Las minas más lindas del mundo...”. ¿Y qué más? “El dulce de leche, el gran colectivo. Alpargatas, soda y alfajores…”. Al palo, seguimos. “Las huellas digitales, los dibujos animados. Las jeringas descartables, la birome…”. ¿Falta algo?
Hay veces en que el orgullo nacional galopa en el pecho. O ronronea como embrague nuevo durante las fechas patrias, los mundiales y los viajes al extranjero. En cambio, otras veces, lo que hace bullir el ADN argento es la bronca. Especialmente en momentos inesperados, como cuando vas al cine y -de repente- notás que en la película se menciona a nuestro país… Sin que sea nuestro país.
Hollywood no escapa a los desatinos y, al contrario, los errores en la recreación de paisajes y de costumbres nacionales son recurrentes. ¿Por qué ocurre esto en la meca del cine? Francisco Pancho Casagrande es productor audiovisual y trabaja en la industria desde hace 25 años; según afirma la justificación es multicausal.
“Algunas veces es una decisión del director. Otras veces es desinterés de tener una rigurosidad a la hora de mencionar o de mostrar un lugar. Y puede haber una cuota de soberbia por parte de quien decide mantener el error a pesar de ser avisado”, comenta el location manager.
También puede que, en otras adaptaciones, lo que prime es la licencia artística.
“Puede ocurrir que por un motivo estético se decida cometer ese error. Finalmente está el caso de obedecer a los estereotipos con que conocen a la Argentina en el mundo (el gaucho, el tango, el asado, la Patagonia, etcétera) y que se mezcla con lo sudamericano. Entonces pueden mostrarnos medio brasileños, muy indígenas o incluso casi caribeños”, agrega el especialista.
Los sabios dirán que “el infierno también está lleno de buenas intenciones”. “Por lo general no hay una rigurosidad en mostrarnos tal cual somos; ni un interés por hacerlo. Especialmente en proyectos de televisión, series o reality shows. Además cargamos con un estereotipo de país sudamericano, pero sería similar si nosotros tuviéramos que opinar y ser rigurosos con lugares como Turkmenistán y Tayikistán”, interpela Casagrande.
He aquí una lista de confusiones para que arranquen con el zapping furioso y saquen sus propias conclusiones.
Netflix tampoco se salva
Hay atentados contra el mate y la historia
La miniserie “El espía” fue en 2019 -fecha de estreno en la plataforma de streaming- un ejemplo del entretejido del espionaje internacional, basado en un hecho verídico. La trama involucra al israelí Eli Cohen, quien se convierte en agente secreto del Mossad para espiar el accionar de Siria. En el proceso, el personaje tiene su incursión en Argentina y acá es cuando el diseño de producción asalta contra la realidad. Ambientada -en parte- en el Buenos aires de los años 60, el Cementerio de la Recoleta aparece con las tumbas pegadas al suelo; sin mausoleos. Ergo, adiós a la bóveda del escritor José Hernández, al cenotafio de Juan Bautista Alberdi y a los mausoleos de Domingo Faustino Sarmiento y de Bartolomé Mitre. En otras instancias, Netflix supo hacer del icónico mate un copón para cocktail.
En el capítulo ocho de la primera temporada de “Grace and Frankie”, Frankie (una divorciada de más de 70 años y con conciencia eco-friendly) invita a Jacob (su agricultor orgánico) a tomar unos mates. Lo inconcebible, antes de la covid-19: cada quien tiene su recipiente y la bombilla se usa para revolver la bebida (foto). Tampoco hay yerba.
Latin lovers y regateos
Lo que dejan las series
Puede que los coleccionistas de clásicos y de bucles televisivos, no sientan siquiera enojo ante esta mención. Por el contrario, el fanatismo nos lleva a hacer la vista gorda cada tanto. Por ejemplo, ¿acaso podemos culpar a “Friends”? En “The one with Rachel’s Dream” (novena temporada, capítulo 19, por Warner) Phoebe Buffay “canta”: “Hay un país llamado Argentina. Es un lugar al que nunca fui. Pero me dijeron que por $50 podes comprar un brazo humano”. Para sumar, el remate del tema es un olé. Lo bueno es que cuando estamos exhaustos de traficar órganos, podemos descansar en alguna cabaña (hecha de caña), a la sombra de muchísimas palmeras y cocos. O al menos eso fue lo que vivieron Robin Scherbatsky y su novio argentino Gael (interpretado por Enrique Iglesias), al vacacionar ficticiamente en nuestro país (foto). La estética hawaiana nos deja irreconocibles en la veinteava temporada de “How I met your mother” (por Sony). “Al hablar de Latinoamérica, los productos de consumo suelen marcarnos con un tinte erótico. Sin distinciones, somos una tierra exótica, en la que los cuerpos (quemados y exhuberantes) están expuestos. Esta imagen también remite al poco control para contener nuestros deseos carnales. Es pensar que en América Latina hay alegría, fiestas y desenfreno constante”, evalúa el cinéfilo Santiago Nicolau.
Nazis y postales imposibles
Los superpoderes no evitan los desaciertos
Es 2011 y los estudios Marvel lanza a la pantalla grande su nueva película: “X-Men: Primera generación”. En síntesis, un filme que muestra el inicio de los mutantes, su marginación social y anhelos personales. Ajenos a las críticas del guión, lo que importa es la escena de un joven Erik Lehnsherr (Magneto) que camina -con paso firme- hasta una taberna de Villa Gesell. Mientras, las montañas nevadas, los frondosos árboles y las casas estilo alpino acompañan su sed de venganza. Un ambiente bastante patagónico, que remite a Bariloche. “¿Eh?, pero Gesell es un balneario. Ahí vamos en verano”, podrá reflexionar con total razón el lector.
Mucho antes, en 1975, la Mujer Maravilla también pisó suelo nacional. Ocurrió en el capítulo “Fórmula 407”, de la serie homónima. Tal parece, ella podría haber estado delirando porque el avión que desciende hacia Buenos Aires muestra una panorámica all inclusive. Junto al militar Steve Trevor, la ex amazona Diana Prince (revivida por la actriz y cantante Lynda Carter) observa el mar, acantilados, una cadena montañosa, la tierra anaranjada y cientos de plantas que hacen del aeropuerto internacional un jardín.
¿Cuál es la similitud entre ambas piezas culturales? Los nazis. “Es veraz que hubo en Argentina una fuerte inmigración de alemanes y de aliados del Tercer Reich al concluir la Segunda Guerra Mundial. Lo reprochable es la perspectiva hegemónica yankee. El cine de EEUU sigue usando al nazismo para mostrar su concepción de héroes. Y allí, Argentina es un refugio irracional, que está en el lado equivocado de la política”, comenta el estudiante de cine, Pablo Manuel Frías.