Se viene una forma más cómoda de vestir, con pantalones pijama y camisas sueltas

TUCUMÁN.- El tiempo que estuvimos confinados este año ha sido una oportunidad para redescubrir lo que teníamos en el armario, que no sabíamos valorar, y para revisar esas compras caprichosas que no sirvieron de nada. Pero hay otra cuestión de fondo: ¿será la hora de la nueva normalidad?

“Yo creo que sí cambiará nuestra forma de vestir. Personalmente esta pandemia me hizo valorar, por un lado, la comodidad, lo que dio como resultado que dejara de usar muchas prendas que consideraba lindas o cancheras y hoy ya no me las pongo porque son incómodas. Por otro lado, tomé conciencia de la cantidad de prendas que tenía guardadas en mi placard esperando una ‘ocasión’ especial para usarlas y que con la pandemia claramente nunca llegaron y se volvieron aún más imposibles de que sucedan”, confiesa Antonella Marchionni.

La entrevistada tiene 30 años, es arquitecta y lleva adelante el emprendimiento “Vecchia Vintage”, un espacio de moda sustentable en el cual le da una segunda oportunidad a las prendas usadas.

Ella se vio obligada a llevar su proyecto a la plataforma on line. De acuerdo a lo que vio en los últimos meses, Antonella piensa que el estilo “comfy” (pantalones pijama, camisas sueltas, prendas muy cómodas) vino para quedarse. “En parte creo que muchos anhelaban una moda que sea cómoda y canchera y que pueda ser usada para todas nuestras actividades, incluso para el trabajo”, sostiene.

Desde su lugar como militante a favor del cuidado del medio ambiente, la emprendedora cree que habrá un replanteo más profundo de la moda rápida. “En esta pandemia, donde la ropa no era prioridad, la gente comenzó a enfocarse en otras cosas más importantes y eso representa un cambio en nuestra manera de ver las prendas. Ojalá que todo esto también nos permita desprendernos de ella más fácilmente, dejar de guardarla por si acaso y centrarnos en usar todo lo que tenemos sin la necesidad de seguir comprando más y más, porque te aseguro que la mayoría no usa ni la mitad de las cosas que tiene en el placard”, remarca.

Antonella piensa que se valorizará mucho el trabajo que hay detrás de toda la industria de a moda, del cual se conoce muy poco y del que depende tanta gente. “Estamos muy acostumbrados a ver el producto final listo para comprar en cada nueva temporada. Que se haya parado el mundo, con todo lo que eso implicó (cierre de fábricas, empresas en quiebra, desempleo masivo, retrasos en las presentaciones de las nuevas colecciones, cancelación de los fashion week, etcétera) nos hizo ver de una forma muy cruda que no todo es tan lindo y simple como parece”, dice.

Al otro lado del océano, donde muchos países europeos están retomando la normalidad, se empiezan a ver cambios. Diseñadores, costureras y modelos se han visto muy afectados y obligados a examinar los procesos de la moda. Los nuevos diseños de temporada ya tienen el sello de la pandemia.

Tucumano en Valencia

“La covid-19 y la cuarentena nos puso en otro sitio frente a nuestra forma de vestir, de consumir y en el diseñar, en mi caso. En cuanto al vestir hoy se priorizan las prendas cómodas y de materiales agradables como el algodón o la lana. Por otro lado, ya se ve reflejada una forma de consumo consciente y más responsable. Sin duda la ropa deportiva y urbana son las elegidas por casi todo el mundo”, cuenta Gonzalo Villamax, un diseñador tucumano que tiene su tienda en Valencia, España.

Al momento de diseñar las nuevas temporadas, Villamax también dice que hay un replanteo sobre la cantidad de prendas en la colección (es menor ahora), en la producción y en la elección de los materiales. “Asimismo, hoy el cliente quiere conocer la trazabilidad del producto, de qué materia prima está hecha, el protocolo de cuidado”, remarca.

“Cambió la forma de producir, de mostrar, de consumir. La sostenibilidad y los materiales tecnológicos tienen un crecimiento mayor y más rápido desde la pandemia”, puntualiza.