Ni besos ni abrazos, ni choques de codos: ¿cuáles son las formas correctas para saludarse?

La covid-19 ha modificado hasta la forma en la que nos decimos hola. No es fácil rechazar una mano tendida sin pasar por grosero. Consejos de expertos para ser cordiales.

17 Sep 2020
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Una mano tendida nos espera. Alguien acercó la mejilla esperando un saludo con beso incluido. En una fracción de segundos pensaste que eso está mal. Pero tampoco se siente bien el rechazo. Menos si viene de alguien que queremos.

En qué situación tan complicada nos ha puesto la pandemia. Los tucumanos somos efusivos, demostrativos, amigueros. Ni en pleno verano negamos un abrazo. Por eso los médicos infectólogos están haciendo más hincapié en el tema del saludo. Nada de besos ni de estrechar manos. Y si te habías acostumbrado a saludar con el codo, la mala noticia es que tampoco es recomendable según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Al saludar a las personas es mejor evitar golpes en el codo porque te sitúan a menos de un metro de la otra persona”, señaló la OMS. Según esta premisa, tampoco podemos recurrir al choque de pies, que había popularizado en varios países como el “Wuhan Shake”, por la ciudad donde se originó el coronavirus. ¿Quién tiene las piernas tan largas como para respetar el metro de distancia?

El choque de puños tampoco es aconsejable. En marzo, la Liga Española de Fútbol recomendó a los jugadores que saludaran chocando los puños, en lugar de hacerlo con la palma abierta para evitar contagios. El problema es que este saludo también supone cercanía y contribuye a la propagación del coronavirus, aclaran los infectólogos. Y en una provincia donde cada día aumentan los casos de esta enfermedad conviene mantener la distancia de dos metros y buscar nuevas formas de saludar.

¿Cómo decir hola?

“La covid-19 ha modificado hasta la forma en la que nos decimos hola. En tiempos de barbijo y de distancia social, esta palabra no siempre se escucha bien. Además, tampoco podés ver si la persona que te saluda está sonriendo. Perdemos mucha información de la expresión facial”, explica Patricia Jurado, especialista en gestión estratégica de protocolo, ceremonial, eventos y relaciones públicas.

Jurado nunca estuvo de acuerdo con el famoso choque de codos. Además de que no cumple con las normas de distanciamiento, le parece de mal gusto. “El saludo universal, el famoso apretón de manos que hoy está desaconsejado, está cargado de información. La forma en que te aprietan las manos, cómo te miran en ese momento, si te sonríen, si agregan un abrazo… todo nos dice algo”, explica la especialista. Por eso cree que tenemos que pensar, durante la “nueva normalidad”, una forma de saludarnos que transmita una buena cantidad de mensajes.

La experta piensa que lo ideal es incorporar a nuestra cotidianeidad para el saludo el lenguaje de señas. “Así tendremos un saludo inclusivo, elegante y respetuoso”, propone. Hay varias opciones: poner las palmas de la manos delante de la cara y abrirlas como una especie de abanico para decir buen día. También podemos optar por poner la mano en la frente y llevarla hacia adelante.

Hay quienes ya acostumbraron poner la mano en el corazón para saludar a alguien, desde una distancia de al menos un metro (recomendación de la OMS). Elena Gordillo, también especialista en ceremonial, protocolo y organización de eventos, aconseja apelar a los gestos: “podemos hacer una inclinación de cabeza al estilo oriental (un saludo casi formal y de respeto), abrir nuestros brazos para expresar la alegría del encuentro (más informal y amistoso), o juntar las manos a la altura del pecho , como en oriente, en un “Namaste” (mi divinidad interior reconoce a la tuya). Este podría ser un saludo, también formal y de mucho respeto y estima”, especifica. “Por otro lado, para algunos casos, creo que nunca hay que menospreciar el valor de una mirada. Todo aquel que se haya enamorado sólo con una mirada sabe de lo que hablo”, propone.

Las opciones son varias. ¿Cuál se instaurará? Nadie tiene la respuesta. El protocolo va de la mano con los cambios sociales, es flexible y se adapta a las nuevas circunstancias. Cuando pase todo esto y el barbijo sea parte de la historia, ¿volveremos a estrecharnos las manos? Sólo el tiempo lo dirá, respondieron las expertas.

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