Nushi Muntaabski: "con esta obra me hice salteña"

Una mujer de ocho metros, cortada como por una sierra de carnicero o desmembrada, pero completa, desplegada sobre la tierra y en circulación permanente. "Los viajes de Nushi", como tituló su autora a la obra que se inaugurará mañana, a las 18.30, en el Parque Industrial, es una invitación a pensar, jugar, hacerse preguntas y cambiar la escala.

"La obra empezó hace casi dos años. Había empezado a releer Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, y por esto de haber hecho tantas cosas, de viajar y vivir, sentí mi vida como un largo viaje", cuenta Nushi Muntaabski en diálogo con LA GACETA. "Hacía poco me había ido a vivir de capital a la provincia y me empecé a conectar con eso. En la casa donde estoy se había caído un árbol, al día siguiente de que había estado abrazándolo, lo cortaron en muchas rodajas, era invierno, tenía el fuego, la soledad. Me fui de esa cosa de los porteños que te devoran la cabeza, tuve un momento de silencio y reflexión, me sentí ese Gulliver con todos los liliputienses que lo ataban y le comían el cerebro, no porque sean menores sino que ante el miedo de algo diferente se lo quieren comer", relata la artista.



"Los viajes de Nushi" iba a inaugurarse el domingo en el Parque del Bicentenario, pero horas antes quedó atrapada en el predio de Cerámica Alberdi durante el conflicto de un grupo de operarios que tomaron el ingreso a la planta. "Siempre cuando hay un conflicto de este tipo, lo primero que pienso es que la razón la tiene el trabajador y que los reclamos son justos y hay que escucharlos. Me cuesta en todas las medidas de fuerza, cuando se involucra a gente que quiere seguir trabajando, que reconoce lo que pide el sindicato pero se ve afectada por estas tomas, donde no puede entrar ni salir nadie. Muchas veces son justos los reclamos pero injustas las medidas. Parar una producción es mucha gente que no puede trabajar ni cobrar. Mi escultura que no podía salir del predio y en mi cabeza se cruzaron muchas cosas, como que de golpe la cultura se mezcla con el laburo y el sindicato", dice, a propósito de la situación, que terminó destrabándose el mismo domingo.

Arte en movimiento

"¿Nushi es Gulliver travestido o una versión libre del texto original? ¿El cuerpo desmembrado es un acto de violencia o una muestra de generosidad que derrama felicidad, renunciando a ser uno y vanidoso?", se pregunta Marcelo Pacheco en el texto que acompaña la obra. Sin intentar responder a nada, Nushi partió del árbol caído y construyó la posibilidad de itinerar con ese cuerpo que dice que es el suyo. "Quise hacer mi cuerpo como ese árbol centenario que tiró el viento en un día de sol. Empecé a dibujarlo. Después hablé con la gente de Weber, con los que hago trabajos sociales con cursos y capacitaciones, y les hablé del proyecto, les pedí que me lo compren antes de hacerla, me dijeron que sí, y enseguida pensé en la cerámica Alberdi para construirla. Ellos me dieron el material y el Museo Fortabat me cedió el lugar para mostrarla por primera vez", cuenta, en lo que fuera la primera escala de la trashumancia que planeó para la pieza. "Me gusta hacer obras de grandes dimensiones, creo en el arte público de acceso gratuito y mi obra empieza a activarse cuando hay gente, jugando por dentro, tocándola", agrega.



"En esta obra me hice salteña", dice, sobre la constitución de la pieza con materiales, tierra, arcilla y colores de la geografía. "Es mi tercer viaje a Salta y encontré un montón de afinidades con la ciudad, algo de la arquitectura, y el vino seguramente, me sentí muy a gusto", cuenta. Entre las acciones que tiene previstas para su escala local, artista y obra serán parte de un programa de capacitación sobre la técnica de trencadís, que dará en Ciudad del Milagro y con el proyecto de un mural que comenzará a realizarse el mes que viene. "Es una técnica que a la gente le encanta hacer porque tiene una lógica de rompecabezas, a los chicos les gusta mucho. Se puede hacer sobre cualquier superficie y trabajamos con material que en general se desecha porque se rompe", cuenta.

Iniciada en la técnica del mosaico veneciano durante su estadía en Brasil, en la década del '90, Nushi se involucró además con las posibilidades que abría para su compromiso con el medio ambiente. "En mi casa reciclo todo y llego casi a basura cero. Estoy trabajando con una cooperativa que me enseñó a hacer ladrillos con botellas, con los sachets de leche hacemos capitas de lluvia, la comida que sobra va a los perros, lo orgánico a la tierra, el papel y la madera a los chicos que reciclan o lo quemo en mi chimenea y me queda el placer que es tirar nada.Con los corchos hago alfombras, con los culos de botellas hago ventanitas. Me divierte, y me siento mejor, mi hija lo hace, mis amigos también".

Para agendar

Los viajes de Nushi. Inauguración jueves 28 de mayo, a las 18.30, en Planta Industrial Allpa, avenida Durañona 16. Entrada libre y gratuita.