Medellín se viste de fiesta para conocer al ganador del premio Gabriel García Márquez
Cada año, la fundación creada por el escritor colombiano premia a las mejores historias de Iberoamérica.
MEDELLÍN, Colombia.- En la plaza mayor de Medellín, y a toda hora, se forman círculos de gente,
como si fuesen enjambres de abejas alborotadas. Son periodistas,
estudiantes y aspirantes al oficio en plena charla informal. Cada uno con
su smartphone en la mano. No es extraño verlos conversar y, a la vez,
chequear las pantallas deslizando el pulgar o el índice una y otra vez.
Como en cualquier reunión entre periodistas, lo más preciado, lo que se
busca sin descanso hasta encontrarlo es nada más y nada menos que un
enchufe. La remota posibilidad de quedar sin batería en el smartphone
arruinaría el día.
Los saben los jóvenes, lo toman en cuenta los veteranos: un enchufe cerca
es la garantía de un día muy productivo. Con tantas actividades programadas
(9 coloquios, 7 talleres, exposiciones fotográficas y más de 80 invitados
de 18 países), puede sobrar café, pero no deben faltar enchufes. Entre los
salones y el auditorio central hay gente en los pasillos, en las galerías,
en los patios. Todos llegan dispuestos a prestar atención a los nuevos
vientos que señalan los referentes del oficio.
El Festival Gabriel García Márquez de Periodismo comenzó el martes con una
maratón de las mejores historias de Iberoamérica. Siguió con coloquios en
universidades y exposiciones fotográficas al aire libre.
Esta edición congrega a los maestros del oficio como Jon Lee Anderson
(Estados Unidos), Miguel Bastenier (España), Rosental Alves (Brasil),
Gumersindo Lafuente (España), Carmen Aristegui (México), entre otros
notables. Todos se mueven comandados por la batuta del incansable
"Emperador" Jaime Abello Banfi, director ejecutivo de la Fundación Nuevo
Periodismo Iberoamericano (FNPI).
Por tercer año consecutivo, la sede del festival es Medellín. En esta
ciudad, el verde de las montañas atropella los ojos. Con más de 3 millones
de habitantes, la urbe presume de sus colores naturales cargados de paisaje
selváticos y montañosos. El ruido urbano se hace oír durante el día por el
ritmo de vida de los paisas, tal como le llaman a los nativos de Medellín.
El clima húmedo es parecido al de Tucumán y el paisaje, repleto de verde,
se asemeja a la zona de San Javier y Yerba Buena, pero en dimensiones
gigantescas.
La ciudad que otrora encumbró el imperio narco de Pablo Escobar Gaviria
dejó atrás la violencia y mutó para dar paso a una metrópolis con agenda de
desarrollo cultural, educativo y tecnológico.
Aquí se premiará esta noche a los mejores trabajos en las categorías Texto,
Imagen, Cobertura e Innovación. Además se entregará la distinción de
Periodismo de Excelencia a Dorrit Harazim, una reportera brasileña de
reconocida trayectoria.
Mientras avanza la agenda del festival, durante el día, las figuras del
periodismo se pasean entre salones. Este festival acerca a los famosos con
los aspirantes al oficio. Los ubica en un mismo escenario para que fusionen
la experiencia y la curiosidad sin protocolos ni grandes formalismos.
Así como Rosental Alves pasea su eterna sonrisa de estudiante, también es
posible ver a Jon Lee Anderson sentado en una tribuna, mezclado con el
público, y dispuesto a presenciar la apertura de una muestra fotográfica
sobre las víctimas del Plan Condor (Joao Pina es el autor) y otra sobre los
tiempos violentos de Colombia (de Albeiro Lopera Hoyos, más conocido como
"El 9").
A una de las salas de plaza mayor llega el maestro de periodismo Miguel
Ángel Bastenier. Vestido con guayabera blanca y fresca al estilo de los
costeños parece más colombiano que español.
Antes de abrir su clásico taller de periodismo, en una entrevista, recordó
su paso por Tucumán. Dijo que la forma como lo trataron aquella vez (en
2012), fue tan amable y gentil que se sintió en el cielo. "No quiero sonar
cursi -dijo-, pero ir a las provincias es maravilloso".
-¿Qué destaca de aquel tiempo en Tucumán?
Contrariamente a lo que muchos piensan, Buenos Aires a mi simpre me ha
tratado muy bien. Pero estuve en Mendoza, en Salta y en Tucumán y lo que
destaco en las provincias es el trato humano. Tucumán para mi es el sitio
más entrañable. Aquella vez que llegué, los federicos (por Federico van
Mameren y Federico Türpe) me llevaron a cenar en las afueras de la ciudad.
Era un sitio muy bonito y a los cinco minutos era como si fuéramos primos
hermanos de toda la vida. El interés que yo veo con que escuchabais el
debate que hubo; eso es lo que hace que me guste más.
-¿O sea que volvería a Tucumán?
Hombre... cuándo digan; cuando manden, cuando lo decidan los fedes. Cuando
digan ellos por Dios, por Dios... dos personas estupendas a las que no he
vuelto a ver, pero que sigo en las redes y a veces intercambiamos puntos de
vista.
-Usted se lleva bien con Twitter. Tiene mucha actividad en esa red...
Bueno... es que lo uso para lo que yo quiero, que es para decir cosas de
periodismo. De algún modo también lo uso como sondeo para ver cómo
reacciona la gente. Por ejemplo digo: los periodistas se dividen en dos
clases: los que son rápidos y los que no son periodistas. Entonces hay
siempre alguien que se molesta con eso y otros muchos que lo entienden. Lo
uso como una tabla de resonancia para ver las reacciones a ciertas cosas
que caricaturizo un poco, porque para que te entiendan tienes que hablar en
caricatura. Si hablas muy fino, muy fino se pierde eso.
-Y supo entender el lenguaje de Twitter...
Bueno... a mi me parece un ejercicio estupendo los 140 caracteres. Yo no
quiero que lo cambien. Es una gimnasia periodística. Hay que aprender a
moverse en 140 caracteres y dar cosas que de entiendan y que tengan sentido.
-Sin embargo, no todos los periodistas lo usan
Pero hay que hacerlo y me parece una gimnasia periodística estupenda.
-Se habla de crisis del periodismo, pero aquí usted tiene más de 30 jóvenes
esperando escucharlo. Cada vez vienen más periodistas
Eso es lo maravilloso de todo esto. Yo aprendo de ellos también.
-Qué les recomienda?
Que hay que perderle el miedo a lo digital. Hay que dar el salto. No hay
otra opción. Deben apostar a multimedia y a la agenda propia. Por ejemplo,
soy enormemente escéptico del periodismo ciudadano. No digo que no exista.
Por supuesto que existe. Pero soy escéptico en el sentido de que lo que no
me dé una marca que yo reconozca, que yo sepa quién es, lo tomo con todas
las prudencias posibles. Qué sé yo si es verdad o no lo que me cuenta
Agapito González desde Tucumán sobre el día que hicieron trampa en las
elecciones y etcétera, etcétera. Me cuenta que él vio cómo quemaban una
urna con la esfigie de no sé quien... de Massa o del otro o de quien sea. O
sea, todo eso me lo tiene que decir LA GACETA para que yo le dé
credibilidad en principio. Lo que quiero decir es que el lector siempre
tiene razón. Si el lector abandona a los periódicos por las redes sociales
es culpa nuestra, no del lector.
Bastenier bebe agua fria y se sienta en el auditorio frente a los jóvenes.
Está listo para abrir el taller "Cómo se escribe el periódico impreso o
digital". Afuera, en otro espacio de plaza Mayor, se ajustan las luces para
la muestra de fotos que de estrenará a la noche, mientras Jaime Abello sube
al escenario del auditorio central para hablar del Festival.
"El Premio Gabriel García Márquez, en primer lugar, busca reconocer,
distinguir, resaltar. En segundo lugar, desde Medellín queremos celebrar
las mejores historias de Iberoamérica -dice Abello Banfi-; queremos hacerlo
porque sentimos que con las historias construimos una sociedad mejor.
Porque las historias nos divierten y nos ponen a volar. Porque las
historia, como Gabo lo explicó muy bien, le dan sentido a la vida. Y, en
tercer lugar, porque estamos creando escenarios para compartir nuevos
aprendizajes para difundirlos y avanzar en base a esos nuevos referentes y
modelos que emergen del periodismo".
El director de la FNPI baja del escenario y le da paso a la siguiente mesa
de debate titulada "Reconstruir el periodismo como un servicio, no como una
fábrica. Más gente entra al auditorio. Dos cámaras de video transmiten en
vivo por la web. El murmullo de la gente que se acomoda en la butaca cesa y
es el momento de presentar a Jeff Jarvis, director del centro de periodismo
emprendedor en la City University of New York. "Todavía seguimos con los
viejos modelos de negocios -plantea-. Lo nuevo es la eficiencia. Hay que
servirle a la gente de mejor manera. Google sabe más de mí, que el
periódico local donde yo vivo. Entonces tenemos que volver a recopilar
datos para reconstruir la confianza del público", advierte.
Pasan las horas, siguen los debates, llegan más invitados, se renuevan los
disertantes. El rostro de un Gabo joven y sonriente puede verse en las
paredes. Su nombre resuena en las conversaciones. En un pasillo encuentro a
Jaime García Márquez, hermano menor del Nobel colombiano. Como excelente
conversador se detiene unos minutos para charlar. "Además de bonita, esta
ciudad es muy emprendedora. Mira, la primera vez que se hizo este festival,
mi mujer le dijo al alcalde: ustedes están haciendo las cosas tan
organizadamente que yo te apuesto a que en dos años, Gabo nace en
Medellín... a lo que el alcalde le respondió: No, de ninguna manera. En dos
años no; en uno".