LA GACETA SALTA
Se acerca el final y crece la incertidumbre
A dos días del vencimiento del plazo para entrar en default, no se sabe qué posición adoptará el Gobierno frente al fallo de Griesa. El juez neoyorquino no repuso la medida cautelar. Cristina habría ordenado programas para reactivar el consumo y el crédito.
28 Jul 2014
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EL FUTURO. Tanto Cristina Fernández como el ministro Kicillof deberán implementar medidas para atenuar los efectos de una posible cesación de pagos. L
BUENOS AIRES.- El país ingresó esta semana en la cuenta regresiva (faltan sólo dos días) para lograr un acuerdo con los holdouts que evite caer en un nuevo default de la deuda pública, pero reinaba la incertidumbre sobre los pasos que dará el Gobierno sobre si enviará una comitiva a Estados Unidos para seguir la negociación o si limitará el contacto a conversaciones telefónicas. El miércoles vencerá el período de gracia que tenía Argentina para evitar entrar en default, dado que no efectivizó el pago del vencimiento de intereses de la deuda a bonistas reestructurados que operó el 30 de junio, porque el juez Thomas Griesa ordenó devolver al país el dinero que la había depositado para ese fin el Gobierno en las cuentas que el Banco de Nueva York Mellon (BONY) tiene en el Banco Central.
Los dos encuentros mantenidos la semana pasada por el equipo encabezado por el secretario de Finanzas, Pablo López, con el abogado Daniel Pollack, designado por Griesa como mediador en el conflicto, fueron infructuosos, ya que el juez no repuso el stay (medida cautelar) para destrabar ese pago. La cautelar que reclama el Gobierno permite el pago a bonistas regulares y evita el default técnico, al dejar sin efecto momentáneamente el fallo de Griesa que ordenó abonarle a los holdouts 1.330 millones de dólares en un solo pago y en efectivo. Frente a este escenario la presidenta, Cristina Fernández, estudia diferentes estrategias para enfrentar la cesación de pagos, entre ellas la aplicación de medidas que alienten el consumo interno, sostengan los programas de créditos para la compra de viviendas y automóviles, pongan un freno al despido de trabajadores y garanticen el financiamiento a pequeñas empresas, según indicó el diario “La Nación”. A su vez, el diario “Clarín” indicó que en el Ministerio de Economía “creen que ‘el impacto sobre la economía no será de la magnitud del default de 2001’”, al que Argentina, sumida en una profunda crisis política y social, ingresó durante la breve gestión presidencial del actual diputado nacional Adolfo Rodríguez Saá. Al respecto, el matutino “Página/12” consideró que la situación económica derivada de un posible default no será “nada agradable, pero tampoco el abismo que vaticinan quienes precisan de él para imponer nuevas condiciones al país y a sus habitantes”. En desacuerdo con esa opinión se mostró el presidente de la UIA, Héctor Méndez, quien consideró que la situación económica es “angustiante y gravísima”, por lo que no debería estar en manos de dos personas solamente, en alusión a Cristina y el ministro de Economía, Axel Kicillof.
“Argentina no va a entrar en default por una razón esencial: porque en default entran los que no pagan y Argentina pagó. Van a tener que inventar un nombre nuevo”, había respondido la mandataria. (DyN-DPA)
Los dos encuentros mantenidos la semana pasada por el equipo encabezado por el secretario de Finanzas, Pablo López, con el abogado Daniel Pollack, designado por Griesa como mediador en el conflicto, fueron infructuosos, ya que el juez no repuso el stay (medida cautelar) para destrabar ese pago. La cautelar que reclama el Gobierno permite el pago a bonistas regulares y evita el default técnico, al dejar sin efecto momentáneamente el fallo de Griesa que ordenó abonarle a los holdouts 1.330 millones de dólares en un solo pago y en efectivo. Frente a este escenario la presidenta, Cristina Fernández, estudia diferentes estrategias para enfrentar la cesación de pagos, entre ellas la aplicación de medidas que alienten el consumo interno, sostengan los programas de créditos para la compra de viviendas y automóviles, pongan un freno al despido de trabajadores y garanticen el financiamiento a pequeñas empresas, según indicó el diario “La Nación”. A su vez, el diario “Clarín” indicó que en el Ministerio de Economía “creen que ‘el impacto sobre la economía no será de la magnitud del default de 2001’”, al que Argentina, sumida en una profunda crisis política y social, ingresó durante la breve gestión presidencial del actual diputado nacional Adolfo Rodríguez Saá. Al respecto, el matutino “Página/12” consideró que la situación económica derivada de un posible default no será “nada agradable, pero tampoco el abismo que vaticinan quienes precisan de él para imponer nuevas condiciones al país y a sus habitantes”. En desacuerdo con esa opinión se mostró el presidente de la UIA, Héctor Méndez, quien consideró que la situación económica es “angustiante y gravísima”, por lo que no debería estar en manos de dos personas solamente, en alusión a Cristina y el ministro de Economía, Axel Kicillof.
“Argentina no va a entrar en default por una razón esencial: porque en default entran los que no pagan y Argentina pagó. Van a tener que inventar un nombre nuevo”, había respondido la mandataria. (DyN-DPA)
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