Condenaron a cadena perpetua al asesino de Gabriela Surita

La defensa había solicitado 8 años de prisión y sostenía que no fue un femicidio.

10 Feb 2016
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La jueza Norma Beatriz Vera, vocal de la Sala IV del Tribunal de Juicio condenó hoy a Gustavo Adolfo Herrera Leañez a la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas como autor material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado por mediar relación de pareja y violencia de género.

Además la jueza rechazó el planteo de inconstitucionalidad del agravante intentado por la defensa. Para ello la jueza Vera se apoyó en los artículos 18 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, artículos 17, 20 y subsiguientes de la Constitución de Salta y la Convención Interamericana para Prevenir sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.

Gabriela Surita fue asesinada en julio de 2015 en una casa de Villa Lavalle, al recibir un golpe en la cabeza con un bloque de cemento. Gustavo Adolfo Herrera Leañez, quien por entonces era su pareja, está imputado por el homicidio agravado por la figura de femicidio, lo que permite que la pena pueda ser de prisión perpetua.

Esta mañana, el fiscal Pablo Paz solicitó la pena de prisión perpetua para el acusado del femicidio de Romina Gabriela Surita. 
En su alegato, el fiscal, dijo que de lo expuesto en el debate ha quedado debidamente acreditada la relación de pareja que mantenía la víctima con Herrera Leañes y la violencia que este ejercía sobre ella.
 
En un análisis pormenorizado de los testimonios que pasaron a lo largo del juicio, el fiscal señaló los del personal policial que se destacó desde un primer momento y durante la investigación y de cuyos dichos, se puede dejar sentado que el acusado fue el único agresor.
 
Tomando como base la confesión de Herrera Leañes como autor de los hechos, el fiscal destacó el aporte realizado por los profesionales del Cuerpo de Investigaciones Fiscales que dan por descartado un ataque inicial de Gabriela Surita dado su estado de indefensión.
 
Tomó además como un momento esclarecedor la exhibición de las fotografías de la víctima al momento de la autopsia, donde se observa claramente la violencia ejercida sobre su cuerpo, plasmada en las lesiones que se pudo apreciar y que ilustró el médico Daniel Chirife. 

Cabe recordar que durante las audiencias celebradas la semana pasada, el acusado confesó el crimen pero adujo que fue consecuencia de una pelea originada por la víctima. Con este argumento, la defensa pretende evitar la consideración de la figura del femicidio.


Una muerte que pudo evitarse

El 10 de junio del año pasado Gabriela Surita había denunciado en la comisaría de Villa Lavalle a Gustavo Herrera por violencia de género, después de varios hechos en los que el violento golpeó a la mujer. 

Los golpes y maltratos tuvieron su punto más alto la noche del 1° de Julio, cuando luego de una ingesta de alcohol y en medio de una discusión, Herrera – según él mismo confesó- tomó un bloque de cemento que estampó sobre la cabeza de la víctima en presencia de sus tres hijos. Luego de esto, salió corriendo a la calle dejando a los niños llorando y dando gritos de auxilio.

Los vecinos al escuchar los gritos llamaron a la policía y encontraron a Surita tirada en el piso en medio de un charco de sangre. Inmediatamente fue llevada al hospital San Bernardo en donde falleció 45 minutos después de ingresar.

Dos días después del hecho, la policía encontró a Herrera refugiado en la casa de un familiar en Villa Mitre y lo llevaron detenido. El imputado ya había cumplido una condena en el penal de Villa Las Rosas por varios hechos delictivos y había recuperado la libertad meses antes del asesinato de Surita.

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