“Si no hay Justicia esto será una carnicería”, advirtió la madre del joven asesinado
Familiares de Sebastián Arteaga –apuñalado por una patota el sábado pasado- dijeron que no levantarán el corte hasta que la Policía “haga algo con los asesinos”.
EN LLAMAS. No solo las gomas arden en la avenida Delgadillo de Villa Floresta. Los vecinos también manifestaron su enojo por el accionar policial. FOTO LA GACETA/FACUNDO RODRÍGUEZ - FRANCISCO LAISECA.
Los enfrentamientos entre bandas antagónicas en Villa Floresta se cobraron el sábado una nueva víctima –la cuarta en dos años, lamentan los vecinos- y la familia del joven ultimado, Sebastián Arteaga (30), junto a sus amigos, cortaron la avenida Delgadillo exigiendo justicia.
La tensión viene creciendo desde el sábado. La familia denuncia que Arteaga fue asesinado al intervenir en una pelea entre patotas para resguardar a dos menores que estaban siendo brutalmente golpeados. “Mi hijo vino de visita a lo de su suegra y cuando escuchó los gritos de socorro hizo lo que le dictó su corazón, salió de la casa para querer parar la pelea y terminó apuñalado”, relató a LA GACETA Miriam Ibáñez, su madre.
Pero los violentos enfrentamientos no son ninguna novedad en la zona este de la ciudad. Karina Vega dice que están artos de las patotas y que por eso se solidarizó con la familia de Arteaga: “Yo quería acompañarlos porque en enero perdí a mi hermano, que tenía solo 18 años y lo mataron de una pedrada”.
Los más de 40 vecinos que se reunieron para cortar la transitada avenida acusan abiertamente a los integrantes de la patota “La 22” por la violencia en la zona y hasta les adjudican varios homicidios. Incluso, aseguran que el jefe de la banda –apodado “el semental”- es un hombre mayor que ya estuvo preso ocho años por un homicidio. “La Policía lo conoce y no hace nada”, se quejan.
Mucha bronca
Ibáñez dice que no levantarán la protesta hasta que la Policía no detenga a los miembros de la patota a la que adjudica la muerte de su hijo. “Si no hacen nada, acá va a haber una guerra. Yo no me voy a mover hasta que vea preso al asesino con mis propios ojos”, sentenció la mujer y adelantó que mantendrán el corte hasta que les den una respuesta: “no puede ser que todos sepan quiénes son los que mataron a mi hijo y la Policía tenga miedo de entrar, yo me ofrecí a llevarlos”.
José García, otro de los vecinos que se plegó a la protesta, se acercó hasta el corte en la avenida para solidarizarse con la familia del joven Arteaga, pero por sobre todo –asegura- “para que se acabe la violencia en el barrio de una vez por todas”.
“Esto va a ser una guerra. Si la Policía no hace nada, los propios vecinos van a empezar a vengarse de las patotas y esto será una cadena de violencia”, finalizó.