Es posible que el yoga sea bueno para el cerebro
Estudios demostraron que la concentración y el baile incrementan sustancias químicas asociadas a una mejor salud.
FILOSOFIA ORIENTAL. Se demostró que el yoga y los ejercicios mentales mejoran la concentración y el pensamiento y retrasan el envejecimiento mental.
Gretchen Reynolds / The New York Times
Una rutina semanal de yoga y meditación puede fortalecer las habilidades para pensar y ayudar a prevenir el deterioro mental relacionado con la edad, según un nuevo estudio en adultos mayores con signos prematuros de problemas de memoria.
La mayoría de nosotros, pasados los 40 años, estamos conscientes de nuestra mente y, en particular, de la memoria que comienza a renquear conforme pasan los años. Ya no saltan de inmediato a la mente los nombres y las palabras conocidos, y las llaves del coche adquieren el poder de teletransportarse a los bolsillos del saco donde no hay forma de que pudiéramos haberlas dejado.
Pareciera que cierto debilitamiento en la función mental es inevitable con la edad. Sin embargo, la ciencia emergente indica que podríamos poder desacelerar y mitigar el debilitamiento con la forma en la que vivimos y, en particular, si movemos el cuerpo y cómo lo hacemos. Investigaciones anteriores encontraron que las personas que corren, entrenan con pesas, bailan, practican Tai chi o hacen jardinería con regularidad tienen un menor riesgo de desarrollar demencia que las personas que no están para nada activas físicamente.
Una buena dupla
También hay evidencia creciente de que combinar la actividad física con la meditación podría intensificar los beneficios de ambos objetivos. En un estudio interesante sobre el cual escribí hace poco, por ejemplo, la gente deprimida que medita antes de salir a correr mostró una mayor mejoría en el ánimo que la que solo hacía una de las dos actividades.
Sin embargo, muchas personas no tienen la capacidad física para correr, ni el gusto por hacerlo, ni tampoco para otras actividades similarmente vigorosas.
Así es que para el nuevo estudio, el que se publicó en abril, en la Journal of Alzheimer, los investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, y otras instituciones decidieron probar si el yoga, una actividad relativamente suave y meditativa, podría alterar el cerebro de las personas y fortalecer su capacidad para pensar.
Empezaron por reclutar a 29 adultos de edades medias y avanzadas del área de Los Ángeles, que les dijeron a los investigadores que estaban ansiosos por el estado de su memoria y que se encontró, durante las evaluaciones en la universidad, que padecían una discapacidad cognitiva moderada, una condición mental que puede ser un precursor de una eventual demencia.
Experimento grupal
Los voluntarios también se sometieron a un sofisticado tipo de encefalograma con el que se registra cómo las distintas partes del cerebro se comunican unas con otras. Después, se los dividió en dos grupos. Uno empezó con un programa de entrenamiento cerebral bien establecido que implica una hora a la semana en un salón de clases y una serie de ejercicios mentales diseñados para reforzar la memoria, los mismos que se les pidió que practicaran en su casa durante unos 15 minutos al día.
Los otros tomaron yoga. Por una hora cada semana, fueron al campus de la UCLA para aprender Kundalini yoga, que consiste de ejercicios de respiración y meditación, así como movimientos y posturas. Los investigadores escogieron esta forma de yoga, en gran medida, porque la gente que no está en buena condición física o es nueva en el yoga, encuentra que le resulta más fácil completar las clases, en lo general.
Al grupo de yoga también se le enseñó el tipo de meditación conocida como Krtan Kriya, que implica repetir una serie de sonidos _ un mantra _, mientras que, simultáneamente, se “danza” con movimientos repetitivos de las manos. Se les pidió que meditaran en esta forma durante 15 minutos cada día, para que el tiempo total comprometido fuera equivalente en ambos grupos.
Pruebas cognitivas
Los voluntarios practicaron sus programas durante 12 semanas.
Luego, retornaron al laboratorio de la universidad para hacer otra ronda de pruebas cognitivas y un segundo electroencefalograma.
Para este momento, todos los hombres y mujeres pudieron desempeñarse significativamente mejor en la mayoría de las pruebas sobre su pensamiento.
Sin embargo, solo quienes practicaron yoga y meditación mostraron mejoría en el ánimo -y se desempeñaron mucho mejor en una prueba de memoria visuoespacial, una forma de recordar que es importante para el equilibrio, la percepción de la profundidad y la habilidad para reconocer objetos y transitar por el mundo.
Mayor concentración
Los encefalogramas en ambos grupos presentaron mayor comunicación ahora entre partes del cerebro implicadas en la memoria y las habilidades del lenguaje. Los que habían practicado yoga, no obstante, también habían desarrollado más comunicación entre partes del cerebro que controlan la atención, lo que sugiere una mayor habilidad ahora para concentrarse y realizar tareas múltiples.
En efecto, el yoga y la meditación habían igualado y, luego, superado los beneficios de 12 semanas de entrenamiento cerebral.
“Estábamos un poco sorprendidos por la magnitud” de los efectos en el cerebro, dijo la doctora Helen Lavretsky, una profesora de psiquiatría en la UCLA que supervisó la investigación.
Es imposible saber cómo es que la meditación y el yoga habían cambiado fisiológicamente en forma única al cerebro de los voluntarios, a partir de esta investigación, aunque es posible que las reducciones en las hormonas del estrés y la ansiedad jueguen un papel importante, comentó. “Se trataba de personas que estaban preocupadas por el estado de su mente”, señaló. El movimiento también incrementa los niveles de varios bioquímicos en los músculos y el cerebro, los mismos que se asocian a una mejor salud cerebral, comentó.
Si otras formas de yoga y meditación o cualquiera de estas actividades por sí sola pudieran reforzar al cerebro de la misma forma sigue siendo un misterio, añadió. Sin embargo, podría haber algo especialmente potente, notó, sobre la combinación del yoga con el tipo de meditación que se practicó en este estudio, durante el cual la gente no estuvo completamente quieta. La Fundación para la Investigación y la Prevención del Alzheimer, que financió parcialmente este estudio, proporciona información en su sitio web sobre cómo empezar a meditar en este estilo, si a usted le interesara probarlo.