Drogas, alcohol y violencia: ¿que ocasionó el asesinato en Villa Lavalle?
“No es sorpresa que pase esto”, relata un vecino de las 18 viviendas, el lugar donde encontraron a una mujer muerta esta mañana. La naturalización de la violencia terminó en muerte.
“No es sorpresa que pase esto”, cuenta un vecino de las 18 viviendas de Villa Lavalle a LA GACETA. Es que muchos de los habitantes de esta zona veían como probable que un hecho como este suceda en cualquier momento.
Esta mañana el ruido de las sirenas de la Policía llamó la atención de los vecinos de la calle Río Piedras y de las 18 viviendas, un núcleo habitacional entregado por la Municipalidad hace 25 años.
Allí viven unas 20 familias, la mayoría de ellas trabajadoras. Pero también conviven con la droga y la delincuencia, ya que sus viviendas se encuentran en la entrada a un enorme descampado.
En ese lugar, que funciona como basurero, aguantadero y escondite de malvivientes hallaron el cuerpo de una mujer joven con el rostro desfigurado.
Aun no se sabe de quién es el cadáver, ya que en el momento de su hallazgo no tenía ningún elemento que facilite su identificación, según informaron desde el Ministerio Público Fiscal.
El baldío
El lugar donde encontraron el cuerpo de la mujer es un enorme baldío de unos 100 por 150 metros en donde se tira basura, y que dirige al canal que atraviesa la barriada de la zona sudeste de la ciudad.
Varios árboles sirven de refugio a jóvenes adictos o barras que se juntan a tomar alcohol por las noches. “Hasta la semana pasada vivían ahí tres chiquitos”, contó un vecino de la calle Río Piedras al 200, en donde hay dos ingresos al baldío.
El otro de los accesos es por un estrecho pasaje que rodean las viviendas del núcleo habitacional antes mencionado.
Según el testimonio de los vecinos, el terreno privado fue rellenado y emparejado este año, ya que anteriormente era una zona húmeda en donde se formaba una laguna.
“Anoche llegué a las 1:30 y no vi a los changos que se juntan en la esquina, y eso me pareció raro”, afirmó el vecino de la calle Río Piedras, quien luego dijo que comenzó a escuchar las sirenas de la policía a las 9 de la mañana y en ese momento se enteró de lo sucedido.
“Si publicás mi nombre me prenden fuego todo”
La violencia y la inseguridad conviven a diario con los vecinos de las 18 viviendas, y no todos tienen acceso al lugar, ni siquiera la policía.
Algunas horas después de encontrado el cadáver de la mujer, dos efectivos policiales se ubican del otro lado del descampado, lejos de las 18 viviendas, desde donde algunos chicos gritan cosas o les hacen señas.
“Ayer entró la policía persiguiendo a unos chicos pero después se fueron cuando salieron las madres a insultarlos”, manifestó el vecino del lugar, que no quiso que su identidad sea revelada. “Si publicás mi nombre me prenden fuego todo”, expresó el vecino a este medio.
Las 18 viviendas
Un angosto pasillo de 100 metros termina en el baldío. A pocos metros de este lugar encontraron el cuerpo de la joven.
Varios niños corriendo y jugando se ven en horas de la tarde, algunos de ellos fueron quienes descubrieron el cadáver de la muchacha. Como todas las mañana, los chicos habían salido a jugar y andaban por el baldío cuando vieron lo que parecía un cuerpo sin vida. Horrorizados avisaron en sus casas y una de las vecinas llamó a la policía que pronto se dirigió al lugar y lo cercó con cintas. No duró mucho el cerco policial, ya que los mismos chicos arrancaron las cintas medio en juego medio en serio.
En este pasillo viven unas 20 familias que cuentan con todos los servicios, excepto red de gas natural. No es raro para ellos ver situaciones de violencia, escuchar sirenas de policía o ver pasar a jóvenes adictos hacia el baldío por las noches. “Hay un basural donde se juntan chicos jóvenes, se drogan”, dijo un vecino.
Las tierras están en litigio pero fue la municipalidad quien hizo entrega de estos pequeños terrenos a algunas familias. No les sorprende un hecho como este a los vecinos cuando la violencia llega a un estado de naturalización alarmante.