Video: los Gauchos de Acero y la Orquesta Sinfónica llenaron la noche de rock
ASí empezó el homenaje al rock nacional
A sala llena y con repertorio de clásicos, el rock nacional tuvo cumpleaños de gala en la Casa de la Cultura.
El rock nacional está cumpliendo 50 años y una de las fiestas que lo celebran se vivió anoche en la Casa de la Cultura, con los Gauchos de Acero junto a la Orquesta Sinfónica, invitados especiales y repertorio de clásicos arreglados para brillar.
Público fervoroso llenó la sala y con mucha anticipación agotó las localidades disponibles para el concierto, que repasó en poco más de una hora versiones adaptadas especialmente para el ensamble. Para el arranque, una suite dedicada a Charly García, arreglada por Guillo Espel, el mismo que más tarde aparecería en las versiones de "Ella usó mi cabeza como un revólver", de Gustavo Cerati, "Ciudad de pobres corazones", de Fito Páez.
“A continuación vamos a hacer una serie de números que han sido especialmente escogidos para ustedes en esta noche” empezó diciendo Yeny Delgado, directora de la Orquesta al presentar el show, y contó el orgullo que le produjo conocer a los músicos de la banda, a los que definió por "su enorme sensibilidad".
La última noche de las Sesiones de Rock de LA GACETA, organizada junto a la Casa de la Cultura, presentó a la banda de los hermanos Jorge en frecuencia sinfónica, acompasados al volumen, la profundidad y contundencia de la formación que dirige Delgado y que se mostró en la gala como un organismo ágil y potente, capaz de fluir sin perder su propia forma en el registro del rocanrol.
Después de Charly llegaron Los abuelos de la nada con "Mil horas", después Cerati, y más tarde la primera invitada de la noche: Estefanía Niewolski en la voz de "Spaghetti del rock", de Divididos, con arreglos de Juan Raffo.
"La bestia pop" de Los Redondos, la emoción que acompañaron las palmas y coros desde la platea. "Esta canción la bailaban mis padres. Es un homenaje a los artistas que dejaron su legado", dijo Emilio, antes de presentar "Luna de miel", de Virus.
Los Gauchos solos, en "Hipercandombe" de Charly, tuvieron también espacio para despegarse en potencia y decibeles, sin las mesuras a las que obliga el tejido sonoro entre eléctricos y acústicos.
Gacela fue el siguiente invitado del power trío salteño, que puso el canto en "Ciudad de pobres corazones" y la dedicó a la lucha contra los femicidios. "Matan a pobres corazones... madres, hijas, sobrinas, nenas de todas las edades. Basta!", dice el cantor.
Enseguida, "Alma de diamante" de Luis Alberto Spinetta y el lirismo cósmico suelto en el ambiente. "Jugo" de Illya Kuryaki, y casi al final "La bifurcada", con el último invitado de la noche, Leonardo Villada, despedido con ovación y el entusiasmo blusero contagiado también a los músicos de la orquesta.
El cierre fue con "Manuel Santillán, el león", de Los Fabulosos Cadillacs, bien arriba, ajustado y oportuno. "Ojalá se pueda repetir y hagamos más canciones", pidió Emilio y el público pidió más. El bis fue "Mil horas", para seguir esperando la vuelta.