Especialistas aseguran que la guerra narco en Orán responde al "modelo mexicano"
Pequeñas bandas reemplazaron a las grandes familias delictivas. ¿Por qué hay preocupación en las fuerzas federales?
Alertados por la escalada de violencia en Orán, las autoridades nacionales decidieron fortalecer las medidas de seguridad en la ciudad norteña. Altos mandos de Gendarmería Nacional estarían llegando por estas horas con el objetivo de coordinar con las fuerzas locales nuevos operativos tendientes a prevenir hechos delictivos de gravedad como los que ocurrieron en las últimas semanas.
Las noticias sobre bandas de sicarios contratados en provincias vecinas puso en alerta a las fuerzas de seguridad nacionales y desde la fiscalía penal número 1 de Orán, a cargo de Daniela Murúa, aseguran que se están realizando por estos días distintas actuaciones, aunque no quisieron dar precisiones.
Según informaron a LA GACETA desde el área de prensa del Ministerio Público, las causas vinculadas con el intento de homicidio de Adrián Ricardo Gerónimo y la muerte de Raúl Fernando “Lalo” Martínez –ambas vinculadas con supuestos ajustes de cuentas- están con reservas de actuaciones decretadas por el juzgado de Garantías interviniente por un plazo de 10 días.
“El problema es que nadie sabe quién es quién”, aseguró una fuente de una fuerza federal que se encuentra en esa ciudad realizando tarea de inteligencia.
El especialista sostiene que Orán es un lugar donde se han roto todos los moldes sobre bandas dedicadas al narcotráfico. “No existen grandes grupos, sí pequeñas organizaciones dispersas por distintos sectores de esta localidad”, agregó.
El investigador, que pidió expresamente que su nombre se mantuviera en reserva, relata que hace no mucho tiempo atrás, el tráfico de drogas era manejado por grupos familiares de Orán, Tartagal y Salvador Mazza, fundamentalmente. Sin embargo, en los últimos tiempos esta estructura comenzó a desaparecer y fueron pequeñas células las que se adueñaron del negocio.
“El problema es que, al no haber un líder fuerte, cualquiera persona de la misma organización puede aspirar a quedarse con el mando. Además, como ocurre en otros lugares, no acuerdan los territorios y no sólo compiten entre ellos, sino que además se están mejicaneando”, indicó el especialista.
Fuentes de la Justicia Federal y de las fuerzas de seguridad confirmaron que el “modelo” narco está mutando. Consideran que las bandas cada vez se parecen a los grupos mexicanos y se alejan de los colombianos. “En el país cafetero existía una especie de organización patriarcal donde un grupo tenía empleados que estaban con ellos hasta la muerte. El mexicano, en cambio, se caracteriza por el permanente desmembramiento de las organizaciones, donde las traiciones y el uso de la violencia para imponer el poder son los recursos que más utilizan”, comentó.
La situación se está desbordando
Con una frontera permeable y escasos recursos para fortalecer la presencia de controles, Orán se convirtió en los últimos años en un campo fértil para la ilegalidad, por lo que no sorprende el permanente enfrentamiento entre los grupos que se dedican a cometer ilícitos vinculados al contrabando y el narcotráfico. Pero lo que llama la atención a las autoridades es que los que se manejan en ese marco de ilegalidad se mueven violando todo tipo de acuerdos y supuestos códigos que deberían existir entre ellos.
“Es una situación muy preocupante, se está desbordando. Todas las fuerzas están trabajando de manera conjunta para poner punto final a esta problemática que incluye hechos de sicariatos, mejicaneadas en la zona de la frontera y enfrentamientos diarios entre bagayeros”, explicó hace algunas semanas el comandante Ariel Ortiz, jefe del Escuadrón 20° de Gendarmería Nacional que, por pedido del gobierno salteño, se sumó a las tareas de prevención en las calles oranenses.
Jorge Ovejero, secretario de Seguridad de Salta, también se mostró preocupado por la escalada de violencia que se registró en Orán en los últimos tiempos. “Todas las provincias que tenemos límites con otros países planteamos la necesidad de la coordinación de fuerzas federales y locales. La Policía tiene mayor despliegue y las federales tienen su competencia de control y cuidado de las fronteras”, justificó a la hora de explicar por qué los gendarmes salieron a la calle.