Del Chapulín Colorado a Chaparrón Bonaparte

Además, del famoso "Chavo", Roberto Gómez Bolaños interpretó a muchos de los personajes centrales de sus series cómicas.

28 Nov 2014
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CANCÚN, México.- Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito", quien murió hoy a los 85 años, interpretó personalmente a muchos de los personajes centrales de sus series cómicas, además del famoso "Chavo del Ocho". 
Estos son algunos: 

CHAPULÍN COLORADO: Según el propio "Chespirito", ante la presencia de héroes como Superman o Batman, él buscó crear una especie de antihéroe latinoamericano. La palabra chapulín, de origen náhuatl, refiere a un saltamontes: de ahí sus antenas y la cola que parece la de un frac. Que sea colorado se debe, según su creador, a que otros colores no eran tan buenos para la pantalla y para los recursos técnicos del momento. Sus armas favoritas: chipote chillón, chicharra paralizadora, potentes antenitas de vinilo y pastillas de chiquitolina. Una frase: "íNo contaban con mi astucia!" 

DOCTOR CHAPATíN: De pelo y bigote canoso, es uno de los personajes de "Chespirito" que salían como entremés entre el "El Chavo del Ocho" y el "Chapulín Colorado". Se trata de un viejo médico que casi no escucha y tiene un carácter sumamente fuerte. Una bolsa de papel que lleva en la mano suele servirle para pegarles a todos aquellos que dudan de sus cualidades. Es hiperactivo y sus frases más características son "¿Insinúa que soy viejo?" y "íYa me dio cosa!" 

CHÓMPIRAS: Aquiles Esquivel Madrazo, alias el Chómpiras, es otra de las grandes creaciones de "Chespirito". Es el eterno compañero del Botija en robos que nunca salen bien, una especie de ladrón fracasado, que también representa al hombre que escapa a los golpes y los compromisos como lo indica su nombre leído de corrido: "Aquí-les-esquivé-el madrazo (golpe)". 

CHAPARRÓN BONAPARTE: Amigo inseparable de Lucas Tañeda, es una especie de homenaje a la locura. Lleva un bigote estilo Charles Chaplin, y se caracteriza por un lenguaje que en todo momento es desconcertante. El clásico "dicen que estamos locos, Lucas" acompañaba a una parodia muy significativa para el espíritu mexicano: la de los licenciados, que, más que ser un título universitario, es un sinónimo de saco, corbata y oficina. 
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