Reynoso insistió en su inocencia: conocé los ejes de su estrategia

El ex juez federal de Orán declaró por más de cuatro horas con un minucioso relato de cada una de las acusaciones que enfrenta.

19 Sep 2017
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Sereno, acaparando todas las miradas y con un discurso estudiado al detalle, Raúl Reynoso se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados para enfrentar las graves acusaciones que pesan en su contra y que lo tienen detenido por, presuntamente, ser el líder de una asociación ilícita que pedía coimas para beneficiar a detenidos por narcotráfico con liberaciones u otros privilegios.

En la tercera audiencia se produjo el hecho más esperado: la declaración del principal acusado, que además fue el único de los ocho imputados que optó por declarar, ya que René Gómez, Arsenio Gaona, María Elena Esper, Armando Valor, Miguel Saavedra, César Aparicio y Rosalía Aparicio decidieron abstenerse de declarar, sin perjuicio de poder hacerlo en cualquier momento del juicio.

En una audiencia que comenzó con extrema puntualidad, Reynoso pidió declarar, se paró y con el chaleco del Servicio Penitenciario Federal a cuestas, se sentó frente al Tribunal Oral Federal integrado por los jueces Federico DíazGabriel Eduardo Casas y Carlos Enrique Jiménez Montilla para iniciar un pormenorizado relato que se extendió por alrededor de cuatro horas y media.

“Rechazo todas las imputaciones en mi contra”, fue la primera frase de un Reynoso que demostró que en el tiempo en el que lleva detenido (desde el 1 de mayo de 2016) estudió en detalle la causa que pesa sobre él, por lo que a lo largo de su exposición se refirió individualmente a casi todas las causas en las que intervino como juez y se sospecha de sus determinaciones.

Los cinco ejes de su estrategia defensiva

Para sostener su inocencia e intentar derribar las acusaciones por las que llegó a juicio, Reynoso apoyó su relato en cinco ejes que utilizó para justificar sus resoluciones en cada uno de los hechos que conforman la imputación de asociación ilícita, concusión y prevaricato que pesan en su contra.

1- El exceso de trabajo

Como lo hizo siempre, incluso antes de ser investigado y cuando era reconocido a nivel nacional por encabezar uno de los juzgados más calientes del país, Reynoso destacó la gran cantidad de trabajo que tuvo que llevar adelante en sus once años como juez Federal de Orán. Hizo hincapié en los más de 31.000 expedientes en los que intervino, las 3.000 sentencias que dictó y en los más de 300 detenidos simultáneos que llegó a manejar en una frontera atravesada por el narcotráfico, la violencia y un sinnúmero de delitos que se cometen.

"Yo rotaba a mis empleados para que sepan de todo (los distintos fueros como civil, penal, previsional), no para ocultar la corrupción”, aseveró Reynoso.

Desde 2005, Reynoso tuvo a su cargo más de 700 kilómetros de frontera internacional ya que no existe otro juez con jurisdicción en esa zona y con eso argumentó el exceso de trabajo que lo obligó a establecer un funcionamiento del Juzgado plagado de horas extras.

“Teníamos muchísimo trabajo y me cuestionan que me demoraba en resolver algunas causas y después en otras me cuestionan por haberlas resuelto rápido; yo le daba prioridad a las causas con detenidos como corresponde”, indicó.

2- El funcionamiento del Juzgado

Debido a la escasez de empleados capacitados para afrontar la enorme cantidad de causas, Reynoso declaró que durante el primer año al frente del Juzgado impuso a los empleados el deber de trabajar de lunes a lunes, incluso los domingos. Afirmó que a medida que fueron tomando experiencia los empleados, se dejó de trabajar los domingos pero que la carga horaria siempre fue muy superior a las ocho horas.

“Ni los tribunales orales federales, ni la Cámara Federal de Apelaciones me devolvieron las causas y siempre confirmaron mis excarcelaciones, yo presenté todo eso como prueba”.

Dos de los imputados (Saavedra y César Aparicio), eran empleados de Reynoso en el Juzgado de Orán y, según la imputación fiscal, eran de confianza del exjuez, sobre todo Saavedra a quien se sindica como quien resolvía las causas penales importantes y ser su mano derecha, aunque pasó a otra área cuando comenzaron las sospechas.

“Yo rotaba a mis empleados para que sepan de todo (los distintos fueros como civil, penal, previsional), no para ocultar la corrupción”, aseveró Reynoso al tiempo que negó haber tratado mal, presionar o amenazar a quienes trabajaban con él, como declararon algunos exempleados considerados testigos clave en la Instrucción.


Negó también haber brindado un trato preferencial a los abogados imputados junto a él, y sostuvo que siempre atendió por igual a todos los letrados que trabajaban en causas bajo su autoridad.     

3- Confirmaciones y falta de apelaciones de sus resoluciones

Dado que se cuestionan los fundamentos jurídicos de resoluciones por las que excarceló o dictó faltas de mérito y sobreseimientos a personas fuertemente vinculadas al narcotráfico, Reynoso las defendió al sostener que la gran mayoría de ellas no fueron apeladas por el fiscal federal José Luis Bruno o que fueron confirmadas por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta y hasta incluso por la Cámara Federal de Casación Penal, como en la causa Marcos Mastaka.

Afirmó que, durante once años, jamás le declararon nulidades pero que “casualmente” en los tres o cuatro meses en los que se lo investigó cayeron nulidades “estrepitosamente”, lo suspendieron y lo llevaron a renunciar a su cargo. De esta forma no descartó ser víctima de un complot en su contra por parte de miembros de la Justicia Federal.

Cinco causas que complican la situación de Reynoso

“Ni los tribunales orales federales, ni la Cámara Federal de Apelaciones me devolvieron las causas y siempre confirmaron mis excarcelaciones, yo presenté todo eso como prueba”, alegó el ex magistrado al sostener que dictó muchas excarcelaciones de oficio por la gran cantidad de detenidos que tenía a su cargo o que devolvía elementos secuestrados porque cuando no lo hacía, la Cámara así se lo ordenaba.

Reynoso soslayó que muchas  de las cuestionadas determinaciones suyas no fueron apeladas por Bruno y que al fiscal no se le imputó ningún delito.

"No hay pruebas directas ni indirectas de los delitos que se me imputan ni de la conformación de una asociación ilícita", insistió.

Ante preguntas del fiscal Carlos Amad, Reynoso sostuvo que es normal y acorde a derecho modificar imputaciones y liberar a detenidos, pese a que el funcionario del Ministerio Público resaltó que en los casos cuestionados no había habido hechos o pruebas nuevas que justifiquen tales decisiones.

4- Falta de pruebas sobre dinero presuntamente cobrado

Otro aspecto en el que se detuvo fue en el hecho de que la investigación no logró encontrar el dinero que presuntamente cobró para dictar las resoluciones en aquellos casos en los que hay testigos que afirman que pagaron para lograr beneficios.

Así se defendió en el caso en el que se afirma que cobró 350.000 dólares para liberar a José Luis Sejas Rosales, presunto traficante de más de una tonelada de cocaína por medio de sus camiones.

También negó haber sido pagado con una camioneta por el detenido Marcelino Valdéz Cari o haber recibido una finca como parte de pago de una coima de Pablo Vera, desmintiendo las comunicaciones con el abogado René Gómez, con quien dijo que solo se comunicaba esporádicamente para jugar al tenis o porque el hijo de Gómez atendía como médico a sus hijos.

¿Quién es quién en el caso Reynoso?

El acusado negó poseer bienes inmuebles en Bolivia, Estados Unidos o España como afirmaron los fiscales Eduardo Villalba y Diego Iglesias durante la Instrucción. "No hay pruebas directas ni indirectas de los delitos que se me imputan ni de la conformación de una asociación ilícita", insistió.

5- Fuertes cuestionamientos a la Instrucción

En más de una oportunidad, Reynoso cuestionó con dureza el trabajo de los fiscales y del juez de Instrucción de la causa, Julio Leonardo Bavio, por cómo llevaron adelante la investigación alegando que rechazaron sin fundamento las pruebas que ofreció, que no les permitió ejercer su defensa como corresponde, por manipular la causa y por negarle el arresto domiciliario siendo que padece hipertensión y diabetes.


Criticó que la causa se haya comenzado bajo la imputación de cohecho y luego fuese caratulada como concusión ya que “los codelincuentes pasaron a ser víctimas en un sorpresivo giro de 180°”.

Enfatizó su crítica en la falta de citación a declarar de personas que supuestamente pagaron las coimas como la hermana de Iván Cabeza o la madre de Jaime Sarmiento, dos procesados por Reynoso que fueron liberados por el ex juez.

En la causa Cabeza, supuestamente fue Diego Aquino quien recogió el dinero y se lo entregó a Reynoso, por lo que el ex juez cuestionó que no esté esa persona imputada y que su causa haya sido separada, ya que sería un protagonista esencial de los hechos y que por eso solicitan la unificación de causas.

En ese sentido cuestionó también que la empleada María Lucinda Segovia, que fue imputada y detenida en un principio, haya sido finalmente liberada y sobreseída de la causa a diferencia de los ocho imputados. “¿A cambio de qué?”, se preguntó retóricamente.

El juicio continuará el lunes 25 con el tramo final de la declaración de Reynoso, ya que la audiencia de ayer finalizó sin que todavía hayan hecho preguntas algunos abogados defensores. También está prevista la declaración de cinco testigos de los más de 160 que pasarán durante el juicio. Una de las últimas frases de Reynoso fue que solo diez de ellos serán clave.


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