Trata de personas: "hay al menos 40 chicas más sometidas en ese lugar"

Según el abogado Daniel Luna, el violento asalto que sufrió F.A. en su casa no fue otra cosa que un apriete, una amenaza. Las atacantes querían que vuelva a incorporarse a la red de trata que desde 2011 –cuando tenía apenas 16 años- la viene explotando, tanto en Salta como en varias localidades del norte chileno.

“Tiene mucho miedo. Hace una semana que F.A. está encerrada, escondida: no come, vomita, fuma todo el día, está muy mal emocionalmente”, relató Luna en diálogo con LA GACETA. Por eso ya pidieron la asistencia de la Fundación María de los Ángeles, que preside Susana Trimarco, y a la ONG porteña La Alameda, ambas con vasta experiencia en la lucha contra la trata de personas.

El abogado querellante explicó que decidieron hacer público el caso para que la difusión mediática “sirva como un seguro de vida”. Además –agregó- “tanto ella (la víctima) como su familia decidieron ir a fondo con esto, llegar al final. Porque si no, va a vivir mal toda la vida, escondida”. Luna pidió la protección del Estado porque advierte que “el caso es muy grave y peligroso”. También quiere que el Ministerio de Derechos Humanos asista a la víctima. “La seguridad de F.A. y su hijo es algo que no lo estamos logrando”, se quejó el abogado.

Para graficar la magnitud de la red de trata, y en base a los testimonios de F.A., Luna narró que en el domicilio donde era alojada cuando viajaba a Chile aún permanecían sometidas al menos 40 mujeres; entre ellas una salteña: “el edificio está custodiado por seguridad privada, las chicas no pueden salir y están hacinadas”, describió.

Ayer el letrado presentó un escrito ante el Juzgado de Garantías a cargo de Germán Pastrana, solicitando que la causa –por la naturaleza de los hechos denunciados- pase a la Justicia Federal. Según adelantaron fuentes de Ciudad Judicial, el pedido del abogado se concretaría más temprano que tarde.

Una red internacional

De acuerdo con los testimonios aportados a la causa, las jóvenes salteñas que llevan a Calama serían “ofrecidas” en un local nocturno de esa localidad que cuenta con antecedentes en materia de explotación sexual.

En agosto del año pasado, cuando se desbarató una importante red de trata en Salta, se descubrió que estrechaba aceitados vínculos con los dueños del local chileno.

Por esa causa hay seis procesados cumpliendo prisión preventiva y un imputado libre: Carlos Villalba, quien por entonces era intendente de Salvador Mazza.

De acuerdo a la información que se maneja en Chile, en el boliche también son explotadas jóvenes de Bolivia y República Dominicana.

Cómo empezó el horror

F.A. tenía 16 años y atravesaba una situación complicada a nivel personal, “se encontraba vulnerable y necesitaba dinero”, contó el abogado, y agregó: “ahí es cuando aparece M.C. y le ofrece una ayuda económica desinteresada a la que ella (la víctima) accede. Al cabo de un tiempo se lo empezó a reclamar y ella no podía responder, entonces le pide que se prostituya para ella”.

La situación de vulnerabilidad que atravesaba F.A. con sus 16 años fue clave para que cediera ante las presiones. La proxeneta, a través de una aceitada operatoria en la noche salteña, empezó a explotarla.

En julio del 2011, la madre de F.A. realizó una denuncia por la desaparición de su hija de 16 años. Para salir de Salta, la menor le dijo que se iba a Jujuy, a pasar unos días con un grupo de amigos. Sin embargo, los días pasaban y no volvía. Rastrearon su celular y descubrieron que estaba en Chile.

De acuerdo con el relato del abogado Luna, para cruzar la frontera, la red de trata que explotaba a la menor había confeccionado un DNI falso. “Y no era la única. En el primer viaje que hicieron fueron varias menores”, agregó y argumentó que las pruebas de ese viaje pueden encontrarse hasta en el perfil de Facebook de la mujer sindicada como proxeneta.

Ante la amenaza de la investigación, la proxeneta salteña que la había llevado la trajo de nuevo a Salta, pero al cabo de unas semanas empezaría a presionarla para que vuelva a ser explotada en locales nocturnos de la ciudad chilena de Calama: “la amenazaban permanentemente, amenazaban con matar a sus padres o a su hijo de dos años”, relató el abogado Luna y agregó: “es fácil doblegar la voluntad de una menor con estas formas de coacción y es por ello que nunca pierde la calidad de víctima, aunque pase el tiempo".

Los viajes de F.A. a Chile se repitieron de manera intermitente, hasta hace dos semanas, cuando tomó coraje y se negó a volver. Días después sufrió el asalto de su casa y una golpiza por parte de la proxeneta, quien tomó esa decisión “ya que habría perdido poder y dinero dentro de la organización y necesitaba que F.A. vuelva a Chile para ser explotada”, explicó el abogado.