Desde el próximo 12 de marzo, Oscar Rolando Colque será juzgado por el femicidio de su esposa, Claudia Soledad Saracho, quien ya lo había denunciado por hechos de violencia.
El 11 de junio de 2017, Colque apuñaló a Saracho delante de los hijos que tenían en común y de vecinos. De hecho el relato de los testigos fue clave para inculpar al hombre que sufre una adicción al alcohol.
Durante la etapa de investigación una vecina recordó lo que Saracho le dijo una vez: “cuántas veces me hizo conversar con la muerte con cada piña que me da”. También precisó que Colque no tenía empleo fijo, que no ayudaba con el economía familiar y que cuando se reunía con sus amigos a beber volvía “envalentonado” a celar a su esposa que hacía de todo para criar a sus 10 hijos.
Saracho fue asesinada por Colque en la casa de barrio Los Olivos, sobre calle España, en General Güemes. Ese día, los vecinos escucharon los desesperados gritos de auxilio de la mujer y de una hija del matrimonio que también sufrió heridas de parte de su papá cuando intentaba defender a Claudia.
Cuando llegó la Policía, el hombre permanecía en la escena del crimen e inmediatamente fue detenido. Allí también encontraron el arma blanca que habría usado para asesinar a la mujer de 50 años.
Cinco policías fueron imputados durante la investigación porque debían proteger a la mujer que había denunciado a Colque por episodios de violencia. A partir del homicidio, la fiscal Gabriela Romero Nayar imputó al jefe de la Comisaría 11, comisario Rául Cardozo; a los oficiales de servicio Juan Velázquez y Gisela Portal; a la sumariante Carolina Pizarro y al actuario Ariel Cruz por incumplimiento de deberes de funcionario público.
La víctima tenía asignada una consigna policial fija porque había denunciado al femicida, pero los efectivos incumplieron la orden impartida por el fiscal de Violencia Familiar y de Género 2, Facundo Ruíz de los Llanos. El magistrado había ordenado una consigna por el término de 10 días a Claudia Saracho, excluyendo del hogar a su ex marido, Oscar Rolando Colque, imponiéndole prohibición de acercamiento y que se abstenga de ejercer hechos de violencia física y psicológica en su contra.