En la primera audiencia del juicio contra Gabriel “Chirete” Herrera por el homicidio de Andrea Neri en el penal de Villa Las Rosas, los únicos que declararon fueron los padres de la víctima: Juan Pablo Neri y Claudia Quiroga.
El primero en hacerlo fue el padre, quien contó que se enteró que su hija solía ir a la cárcel tiempo después ya que no vivía con ella y contaba con una orden de restricción de acercamiento. Dijo que cuando la cruzaba en la calle le decía que no vaya a ese lugar, que no era para ella.
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“Me arrepiento de no haber sacado a mi hija de las mechas de ese lugar, yo capaz estaría preso pero ella estaría viva”, se cuestionó mientras declaraba. El hombre cuestionó a su ex pareja y madre de la víctima por haberla llevado a la cárcel a visitar a los sobrinos de ella.
Juan Pablo Neri afirmó que su hija le negó que estaba embarazada pero que él se dio cuenta y que luego su hijo se lo confirmó. “Ella no me contaba nada, era muy callada”, describió el hombre quien igual supo que su hija mantenía una relación con Herrera y que su nieto es de él.
“Me arrepiento de no haber sacado a mi hija de las mechas de ese lugar, yo capaz estaría preso pero ella estaría viva”
Actualmente el niño, de poco más de un año, está a cargo de un hermano de Andrea con quien vive en la casa de Juan Pablo Neri.
La madre declaró entre lágrimas
Claudia Quiroga, madre de la víctima, también declaró y lo hizo con la voz entrecortada por el llanto. Contó que comenzó a llevar a la cárcel a su hija porque ella le había pedido visitar a sus primos –sobrinos de la declarante-; pero que cuando cumplió 18 años (a mediados de 2015) comenzó a ir sola.
Dijo que no sabe cómo conoció a Herrera pero que se enteró porque uno de sus sobrinos preso –Gonzalo Rivero- la llamó para contarle y advertirle, porque ya todos sabían que el acusad había matado a una pareja suya en otra cárcel.
“Mi hija decía que Chirete había cambiado, que no le iba a hacer nada”
La mujer afirmó que intentó convencer a su hija para que deje de verlo, pero Andrea no le hacía caso: “Mi hija decía que Chirete había cambiado, que no le iba a hacer nada”, relató al decir que la joven iba siempre a verlo los jueves y domingos.
La relación con Herrera había comenzado un año antes de aquél fatídico 5 de enero de 2017 y nunca dejó de verlo pese a las advertencias familiares y a que su primo preso, hizo un pedido expreso y formal en el Servicio Penitenciario para que le prohíban el ingreso, pero como Andrea ya era mayor de edad, fue en vano.
“Mil veces le dije que no vaya, pero ella me decía que estaba enamorada, hasta se lo pedí por el bebé”, agregó la mujer quien dijo que sabía que se comunicaban a través de Facebook y que hasta la escuchó hablar por teléfono con el acusado.