A fines del año pasado varias denuncias anónimas en la web de la Agencia Antidrogas alertaron a la Policía sobre una banda narco que operaba en diferentes barrios de Salta y administraba bocas de expendio.
Reunir las pruebas necesarias para que la Justicia ordene los allanamientos demandó varios meses de investigación para comprobar la veracidad de las denuncias, quiénes integraban la banda y qué roles cumplía cada uno de los acusados.
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La semana pasada se realizaron varios allanamientos simultáneos en los barrios Juan Pablo II, Castañares, Don Santiago, Los Pinares y en viviendas de la calle Zuviría al 2.100 y al 2.900. Seis personas fueron detenidas, entre ellas Félix Amín Tayagüi, señalado como el supuesto cabecilla. En su casa secuestraron más de un millón de pesos entre dólares, monedas nacionales y varias “pilas” de cocaína. Junto a él cayeron Pablo Ezequiel Rearte, Natalia Analía Chasarreta, Juan Gabriel Mariscal, Raúl Daniel Quipildor y Walter Gómez, detenidos la semana pasada. Sobre los dos últimos, el fiscal amplió la acusación al entender que Quipildor y Gómez se valieron de menores de edad para consumar, facilitar u ocultar las maniobras de venta de drogas, según indicaron desde el Ministerio Público.
El rompecabezas terminó de armarse
El fiscal Santiago López Soto, a cargo de la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad, aseguró que se trató de una investigación muy compleja “ya que los policías tuvieron que hacer varios seguimientos y otras pesquisas, las que derivaron en una gran ramificación de vendedores que condujeron a su principal proveedor”.
Las denuncias anónimas de vecinos se acumularon en la Agencia Antidrogas y resultaron estar vinculadas entre sí, cuestión que se reveló luego de desentrañar el modus operandi de la banda. Seguimientos y revisión de cámaras de seguridad fueron claves para apresar a los integrantes.
“Todas las personas que mencionaron en las distintas denuncias fueron detenidas y se comprobaron cada una de las informaciones que los denunciantes pusieron de manifiesto”, dijo el Fiscal.
La banda tenía sus cabecillas y operaba en diferentes barriadas de la Capital donde administraba bocas de expendio. “Se trata de una banda que más allá de manipular droga a escala mayor, su función principal era la de proveer a otras bocas de expendio, tanto en la zona norte como en otros barrios de la ciudad, como en el sudeste. Tenían una gran ramificación de clientes”, aseguró López Soto.
El cabecilla
Félix Amín Tayagüi está señalado como el cabecilla de la banda narco que fue desbaratada la semana pasada, luego de varios allanamientos simultáneos en la capital salteña.
Su casa de barrio Don Santiago secuestraron más de un millón de pesos, “pilas” de cocaína y seis celulares que habría usado para monitorear y aceitar el funcionamiento de la banda.
Acerca de su situación, el fiscal señaló que más allá de la prueba reunida en su contra durante la investigación, el dinero, la droga y otros elementos secuestrados, “sin dudas no hace más que confirmar su participación y vínculo con la comercialización de estupefacientes. No podía justificar el patrimonio que tenía, desde vehículos de alta gama, la casa, las mascotas, cada una de las cuales tenían una alta cotización y otros lujos que eran imposibles de explicar”, concluyó.