Con una oración por los caídos argentinos e ingleses en la guerra de Malvinas y un llamado a "trabajar por la cultura del encuentro sin divisiones ni odios ni guerras", concluyó esta mañana la ceremonia religiosa en el cementerio de Darwin de la que participó un contingente de 248 argentinos, la mayoría de ellos familiares de los 90 soldados identificados el año pasado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
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Los familiares siguieron la ceremonia sentados en sillas dispuestas frente a las tumbas de sus seres queridos y otros directamente sentados sobre las piedras de la sepultura.
A pocos días de cumplirse el 36 aniversario del inicio de la guerra, la ceremonia fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, y representantes católicos y protestantes, y en ella también se bendijo una imagen de la virgen de Luján que será traída al continente para recorrer los hogares de los familiares que no pudieron viajar hoy a las islas.
“Los familiares -madres y padres, hijos, hermanos y sobrinos- son acompañados en todo momento por médicos y psicólogos, debido al alto contenido emocional del viaje y porque gran parte de ellos son adultos mayores”, indicaron desde Télam.