El desenlace de uno de los femicidios más aberrantes en la provincia, la paliza a un periodista y actual legislador, y un doble crimen por envenenamiento marcarán la actividad judicial en abril.
La suerte de Gabriel “Chirete” Herrera está echada luego de que el doble femicida reconociera la semana pasada haber asesinado a su novia, Andrea Edith Neri, durante la visita íntima del 5 de enero de 2017, en el penal de Villa Las Rosas.
Uno de los juicios más esperados inició con un “Chirete” provocador que en el segundo día de audiencias prestó declaración y enmudeció a la Sala al confesar cómo asesinó a Neri. “Puse a mi hijito en la cama y la maté”, dijo. El padre de la víctima, Juan Pablo Neri, reaccionó e increpó al acusado diciéndole: “hasta el infierno te voy a ir a buscar, hijo de puta”.
Durante las audiencias, un testigo clave denunció intimidaciones por parte del personal de la cárcel de Villa Las Rosas y pidió seguridad. Juan Domingo Ortiz relató haber visto a Herrera forcejear a Neri y llevarla hasta un baño donde habría planeado atacarla. Puso en alerta al celador, Nelson Alexander Cardozo, y dijo que este “no hizo nada” al respecto.
“Estos días he tenido mucha presión Me preguntaron que iba a declarar. Quiero que se resguarde mi integridad física”, declaró un Ortiz acongojado. Al ser consultado por la Fiscalía sobre quienes fueron los autores de estas intimidaciones, Ortíz contestó: “no sé porque se asustan, yo voy a decir la verdad. Me dijeron que no vaya contra el Servicio Penitenciario o la Policía porque me iba a ir mal”. El fiscal Pablo Rivero ahondó en el tema y le consultó por nombres y apellidos de los que le habían dicho esto, a lo que el recluso se limitó a decir: “otros presos y personal del Servicio Penitenciario. Demasiados problemas ya tengo como para decir los nombres”.
Para esta semana se esperan los últimos testimonios y podría dictarse la condena en contra de Gabriel Roberto Herrera, acusado del femicidio de Andrea Neri; Juan Carlos Gutiérrez, José Luis Ávalos, Fernando Daniel Velásquez y Héctor Augusto Franco están imputados por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público. A ellos se suma Nelson Alexander Cardozo acusado del delito de abandono de persona seguido de muerte.
“Chirete” Herrera estaba privado de su libertad por una condena a prisión perpetua dictada por la Cámara Tercera en lo Criminal, el 22 de septiembre de 2006, por ser autor del delito de homicidio calificado por el vínculo y por la alevosía en perjuicio de Verónica Soledad Castro.
La paliza al periodista Martín Grande
La golpiza que recibió el periodista y actual diputado nacional, Martín Grande, será juzgada del 9 al 13 de abril.
Sergio “Chuchi” Ramos, hijo del ex diputado, está acusado de las serias lesiones que sufrió Grande el 6 de diciembre de 2016 cuando estaba detenido en un semáforo de barrio Tres Cerritos. Ese día el periodista circulaba en su camioneta por la avenida Bicentenario de la Batalla de Salta y fue interceptado por Ramos quien descendió desde un auto, lo amenazó y le habría dicho: “te voy a cagar a trompadas”. La situación tomó por sorpresa a Grande quien no reaccionó y recibió varios golpes en la cara que le costaron varios días de internación y una licencia prolongada en su actividad debido a las lesiones y problemas en la vista.
Desde un primer momento Grande identificó y señaló al “Cuchi” Ramos como el responsable de la agresión. La Policía montó un operativo cerrojo y detuvo a Ramos quien ese día dijo a LA GACETA no sentirse arrepentido de lo que había hecho.
Intervendrán el fiscal penal 2, Justo Alberto Vaca, y los querellantes Pedro Oscar García Castiella y Martín Grande. La defensa del acusado estará a cargo de Gustavo Krause y Juan Casabella Dávalos.
El caso de envenenamiento que conmocionó a Salta
El 5 de junio de 2017, Franco Rodrigo Gaspar Cinco fue a la casa de su novia, Alejandra Párraga, en la calle Gorriti al 800, y llevó adelante un plan macabro.
Según consta en la investigación judicial tenía planeado asesinar a Amir, el hijo de su novia. El niño de dos años estaba enfermo y Gaspar Cinco le dijo que se sanaría si tomaba el agua bendita que le había llevado. Pero el menor sentía rechazo por él, según contó la familia Párraga y, como era de esperar, no quiso beber.
Alejandra estaba a su lado y sin saberlo le insistió para que bebiera. Para inspirarle confianza, tomó ella primero el líquido y luego lo hizo Amir. Lo que no sabían es que era cianuro que Gaspar Cinco había comprado horas antes en un local comercial de venta de sustancias e instrumentos para laboratorios, de calle 12 de Octubre al 700 para “eliminar” al niño.
El primero en descompensarse fue Amir que murió en la ambulancia camino al hospital y su mamá a los pocos minutos. La investigación reveló que mientras sentían los primeros síntomas del veneno, Gaspar Cinco escondió la botella con cianuro en una de las habitaciones de la casa de los Párraga.
“El causante actuó con dolo directo al causar la muerte del niño Amir, y con dolo indirecto al provocar la muerte de su pareja, a quien deliberadamente colocó en situación de víctima adicional o secundaria, al dejar en contacto de la misma el material insidioso, a sabiendas de que ésta podía ingerir el mismo directamente (ya que desconocía la naturaleza mortífera del contenido)”, dijo el fiscal Ramiro Ramos Ossorio. Será la primera vez que en la provincia se juzgue un doble homicidio por envenenamiento.
La acusación contra Gaspar Cinco se agravó cuando los investigadores comprobaron los dichos de los Párraga. El hombre había intentado asesinar previamente a Amir al arrojarlo desde un barranco cercano al dique Cabra Corral cuando, junto a Alejandra, habían ido a Moldes a disfrutar el feriado por el 25 de mayo.