Molesto por cómo se desarrolló la investigación, por las cosas que se dijeron y le acusan y por no poder defenderse como quisiera, el hombre que presuntamente iba a atacar al intendente capitalino, Gustavo Sáenz, rompió el silencio, dio la cara y contó su verdad al acercarse el momento culmine de la investigación
Gustavo Tolava está procesado por, según la imputación, integrar una asociación ilícita que amenazó al intendente y planeó un atentado en su contra, junto con Pablo Delaloye y Juan Urzagaste, dos hombres vinculados a un boliche del corredor Balcarce que, según la Fiscalía, querían amedrentar a Sáenz.
“No conozco ni tengo relación con ellos, conocí a Pablo Delaloye a través de María Emilia López Fadel quien me lo presentó por un evento en Rosario de Lerma”, contó Tolava a LA GACETA asegurando que fue contactado por ellos ya que habían averiguado que era barrabrava de un equipo de futbol salteño, que se rodeaba de gente “pesada” y que por eso lo habrían convocado para una reunión que se celebró en la confitería de la estación de servicio del Shopping.
“Ellos me dicen que tenían una situación con una persona y les dieron mi nombre como alguien que los podía ayudar a cambio de ayuda económica, el trabajo consistía en amedrentar a una persona, me iban a dar logística desde Tucumán, lo que consta en los audios que aporté como prueba”, relató Tolava hasta contar qué era lo que tenía que hacer: “no había que golpearlo ni amenazarlo, solo cruzarle el auto y efectuarle disparos, sin decirle nada e irme, sobre el final de la reunión me dicen que era contra Sáenz”, afirmó.
LA GACETA se comunicó con López Fadel para entrevistarla pero ella optó por no hacer declaraciones.
Tolava aseguró que inmediata y contundentemente se negó: “no soy tan tonto como para aceptar eso”, señaló mientras aclaró que Delaloye y Urzagaste no le manifestaron que el motivo del ataque era un enojo por el cierre de boliches en la Balcarce pero dijo que “lo daban a entender” y que no cree que existiese otra razón.
La Justicia investiga audios con amenazas contra el intendente Sáenz
La causa explotó mediáticamente cuando salió a la luz un audio en el que se escucha a Tolava contar acerca del ataque al intendente. El imputado explicó que se trató de una conversación que mantuvo con un abogado que trabaja en la Municipalidad con el fin de contar lo vivido para desvincularse de todo. Así surgió la posibilidad de contar todo en un audio para que lo escuche el propio intendente. “El audio está desgrabado y consta en el expediente”, sostuvo al decir que no esperaba que los hechos trasciendan en los medios de comunicación.
¿Una investigación direccionada?
Tolava indicó que el fiscal Horacio Córdoba tomó ese audio que circuló en los medios para iniciar de oficio una investigación y que por eso Sáenz se presentó a ampliar una denuncia que había radicado en 2016 por amenazas ante la clausura de boliches en la Balcarce.
Tolava, Urzagaste y Delaloye estuvieron 45 días detenidos mientras que otras dos personas involucradas en la causa no fueron ni imputadas.
“Me llama la atención que hice cuatro presentaciones contra el fiscal Córdoba por otros hechos diferentes, lo conozco de antes y tuve problemas por eso lo recusé aunque no se apartó como debía”, relató Tolava para justificar por qué cree que el fiscal tuvo animosidad en su contra y dirigió la investigación para sindicarlo a él como principal integrante de la organización que planeó el ataque contra el intendente.
Los delitos que se les imputan son los de coacción (amenaza) agravada, instigación a cometer delito y asociación ilícita pero el imputado insistió que nunca tuvieron contacto con el intendente para amenazarlo y que la abogada de sus consortes de causa, Luciana Andolfi, al pedir la libertad de sus clientes resaltó que él se desvinculó de forma inmediata de la propuesta.
El presunto atacante confía en que no hay prueba en su contra pese a que el fiscal –que ya dejó de intervenir en la causa- ordenó que los elementos secuestrados como celulares y computadoras estén a resguardo y sometidos a pericias por la Brigada de Investigaciones y no del CIF.
Tolava no declaró por consejo de su defensor oficial pese a que quiere hacerlo y hasta llegó a imprimirla para declarar por escrito. Contó que tampoco pudo participar de algunas pericias por lo que siente que su situación es más complicada porque no tiene una defensa técnica que esté avocada del todo con la causa. “Vengo a los medios por la mala intencionalidad con la que se efectuó la investigación”, sostuvo.
Reunión sí, oferta no
Andolfi, abogada de Delaloye y Urzagaste, confirmó que la reunión existió pero negó que fuera para contratar a Tolava para atacar al intendente, sino que se debió a un problema que habían tenido con anterioridad. Además afirmó que en la causa está probado que Tolava contactó a Delaloye y no al revés.
La abogada aseguró que sus clientes no están molestos con Sáenz y que incluso estaban en tratativas con la Municipalidad para readecuarse conforme a la ordenanza por lo que dijo creer que la causa estuvo armada y esbozó un potencial motivo: “tenemos teorías no comprobadas como ser el tema de reforzar la decisión del intendente en la Balcarce o que se trate de un loco”, indicó.
Sí coincidió con Tolava en que la investigación tiene defectos ya que imputa por asociación ilícita cuando nunca hubo oferta ni acuerdo de voluntades, tampoco coacción agravada porque no hubo ninguna amenaza.
“La defensa de Tolava no ofreció pruebas, solo nosotros ofrecimos, se hicieron pericias que no arrojaron demasiados resultados y ahora se están peritando el resto de los objetos secuestrados”, contó y consideró que la causa debería archivarse porque no hay delito ni pruebas.