“Fue importante haber venido hasta aquí, todo toma otra dimensión”, dijo el juez Ángel Amadeo Longarte luego de haber inspeccionado un lugar cercano a las compuertas del dique Cabra Corral donde Franco Gaspar Cinco habría intentado deshacerse de Amir Párraga, diez días antes de morir envenenado con cianuro, junto a su mamá, Alejandra.

El lugar dista a unos 86 kilómetros de Salta, a 26 de Coronel Moldes y a unos 13 del puente donde se realizan deportes extremos. Es una construcción abandonada, que quedó en ruinas; el paso del tiempo se hace notar. El ingreso es un camino de tierra, casi arenoso. Algunos árboles parecieran ocultar el lugar y perderlo en la vegetación.

Unos 100 escalones se pueden contar desde el ingreso a la construcción hasta el espejo de agua. El camino atraviesa pendientes y descensos, bordeados por espinas, tuscas y yuyos que se entremezclan con algunos residuos.

Hasta allí fueron el juez Longarte; el fiscal, Ramiro Ramos Ossorio; los abogados querellantes, Rafael Benegas y Sebastián Schdmit; y el defensor de Gaspar Cinco, Luis María Agüero Molina. Es que uno de los últimos testimonios que se escucharon en el juicio fue clave para entender qué pasó el feriado del 25 de mayo de 2017 cuando el periodista fue hasta ese lugar junto a su novia y el hijo de ella.

La inspección: ¿accidente o ataque planificado?

La inspección estuvo orientada por el testigo Roberto Acosta, miembro del Servicio Penitenciario, que ese día había ido a pescar junto con su familia. Pero lo que nunca imaginó es que sería el héroe de Amir, que le salvaría la vida.

Con lujos de detalles recordó lo que vio hace menos de un año cuando los desgarradores gritos de Amir le llamaron la atención y fue a socorrer al niño de dos años que caía desde las alturas hacia el espejo de agua.

Según consta en la investigación, Gaspar Cinco planeó el viaje para deshacerse del pequeño que interfería su relación, al cual -declararon testigos en las audiencias- quería matar porque ya no lo soportaba, y porque su mamá no aceptaba que mantuviera una relación con una madre soltera.

Acosta arriesgó hasta su propia integridad para salvar al niño que había quedado enganchado de unas ramas y lloraba. Lo socorrió y el niño no paraba de llorar. En ese momento, mientras Gaspar aparentaba estar en shock, apareció Alejandra que se había quedado en el auto del imputado a preparar la mamadera. El pescador recordó que ella le recriminó al imputado lo que había pasado con el niño. El testigo intentó calmarlos pero luego se retiró pensando que eran problemas que debía resolver la pareja.

El lugar cercano a la zona de las compuertas del Dique fue el escenario del intento de homicidio de Gaspar Cinco a Amir Párraga. Lo que sucedió ese día marcó un antes y después en la pareja porque, según amigas de Alejandra que declararon en el juicio, la joven les contó por WhatsApp que le dio la sensación que su novio podría haber rescatado a su hijo, sin embargo cuando lo encontró el periodista se tomaba la cabeza y estaba en cuclillas.

El día clave: Gaspar Cinco rompe el silencio y declara por primera vez

Desde que fue detenido, hace 11 meses, el comunicador social solo le relató a un profesor de contabilidad del secundario y a la tarotista de identidad protegida su versión de qué pasó el 5 de junio de 2017. Nunca antes lo hizo ante el fiscal ni en las audiencias de juicio.

Franco Gaspar Cinco contará su verdad apoyado en los mensajes y audios de WhatsApp que mantenía con su novia Alejandra, sosteniendo que allí están sus pruebas. Según pudo conocer LA GACETA, el acusado intentará demostrar sus sentimientos de amor hacia la joven y que ella no habría atravesado una buena relación familiar, en los días previos a morir envenenada con cianuro junto a su hijo.

El acusado hablará del amor que sentía por Alejandra quién, según Cinco, habría intentado deshacerse de su propio hijo.

La audiencia iniciará a las 9 en la Sala de Grandes Juicios y será clave: el periodista romperá el silencio después de haber escuchado fuertes testimonios en su contra. Entre ellos, de la familia Párraga, de vecinos que socorrieron a Alejandra previo a morir y que indicaron que el acusado estaba distante, la tarotista que supo ser su confidente y que, sin embargo, declaró y aseguró que el acusado le confesó por teléfono que las víctimas tomaron el cianuro que él había comprado y volcado en la botella violeta que se encontró en la casa de la familia. También, los perfiles psicológicos y psiquiátricos que expusieron los profesionales que le realizaron las pericias y señalaron como una persona psicópata, de perfil narcisista, incapaz de mantener relaciones a largo plazo, de decidir sobre la vida del otro sin importar las consecuencias y de matar a quien no es de su simpatía. No habrá que olvidar los testimonios de dos ex compañeros de la escuela que aseguraron que el acusado los contactó por las redes sociales y les ofreció hasta $ 20.000 para hacer desaparecer a un niño que interfería en una relación. Por último, la comerciante que le vendió el cianuro y la nutricionista a quien consultó para saber cómo aplicar y disolver el veneno.

Por pedido expreso del imputado, su familia no participará de la audiencia. Expondrá durante varias horas para convencer al juez que es inocente del doble homicidio agravado de Alejandra y Amir Párraga por la relación de pareja y por el medio empleado, veneno.

Los alegatos serán se postergarán para el lunes 6 y ese día podría conocerse la sentencia.