Gabriel Vallejos había dejado dos minutos antes la moto en el estacionamiento para poder retirar un trabajo en una tienda de fotografía, en la esquina de 9 de Julio y 24 de Septiembre, de San Miguel de Tuucmán. Por ello, tuvo que pasar caminando por el ex cine Parravicini. “Gracias a Dios no cayó encima de mí”, dijo el joven, de 35 años. “Muchas personas lograron escapar y esconderse en los locales. Estaban asustadas, alteradas. Había un chiquito que estaba muy preocupado. Una chica de unos 15 años estaba asustada”, contó. “Contaron que cayó la parte interior del edificio, y eso habría ejercido presión hacia fuera, a la calle”, contó. Los escombros cayeron hasta la mitad de la calle. “Vi una persona sin vida, en medio de los escombros. Fue una cosa horrible”, explicó aún conmovido por lo sucedido.
El Gobierno y la Justicia ordenaron cerrar la zona cercana al derrumbe
Guillermo Alarcón, de 31 años, trabaja desde hace alrededor de dos años en el estacionamiento privado que funciona a la par del edificio Parravicini. “En el momento en que estaba cobrando, sentí la vibración. Se sintió que habían caído ladrillos al techo de la casilla, donde estamos nosotros. El techo de loza, justamente, me salvó”, afirmó. La garita donde el joven trabaja está pegada a la pared de la estructura que cedió anoche. “Fue una desgracia con suerte para mí”, remarcó el joven. Alarcón salió corriendo.
“Puede ocurrir una catástrofe con el edificio de San Martín al 700”
“A todos les hice señas para que salgan corriendo hacia el fondo porque no entendíamos qué pasaba. No pudimos ver nada”, relató el muchacho, quien dos horas después seguía cubierto de tierra. En el momento de la tragedia, había ocho personas esperando para pagar por el estacionamiento. “Mucha gente circula o se para en ese costado, para enviar un mensaje con el celular”, añadió. Alarcón contó que el edificio estaba siendo refaccionado e hizo hincapié en que se trataba de una estructura vieja, con paredes altas a los costados. “Las paredes tenían debilidades; eran peligrosas. Tenían sus años y son paredes que tiene adobe, prácticamente barro. Ya se veían problemas, con ladrillos que se caían…”, destacó.
Una triple tragedia fue el epílogo de la obra del ex teatro Parravicini