La mediación es un método alternativo para la resolución de conflictos que favorece la instalación de un clima de negociación, descomprimiendo al sistema Judicial. En Salta, la Ley se generó en 2004. Con la creación del ministerio de Justicia en 2007 se reglamentó, primero, la mediación comunitaria en 2008 y, en 2009, la mediación extrajudicial o privada, como se la conoce actualmente.
Así, Salta encabezó una reforma que modificó el sistema judicial y, según los especialistas, trajo muchos beneficios a las partes litigantes.
“Las resoluciones de los conflictos en una mediación se realizan de manera pacífica, con dialogo, por lo general”, asegura Federico Carrizo, abogado del centro de mediación comunitario que funciona en el Concejo Deliberante y agrega: hay un cambio de cultura de las personas que no ven el conflicto como un litigio sino como una posibilidad de arreglar en esta instancia. Así, solucionan su problema de manera inmediata cuando una demanda demora uno o dos años, nosotros en 30, 35 días ya tenemos la solución al conflicto, y de manera gratuita”.
De una mediación, resulta un documento que firman las partes y es un compromiso de cumplimiento obligatorio. Si se incumple ese acuerdo, se homologa judicialmente y se puede ejecutar judicialmente, exigiendo el cumplimiento de eso.
En la oficina de Marisa Nogaledo, del centro de Mediación del poder judicial, reciben los casos que derivan los jueces, es decir, que no llegaron a un acuerdo en una primera mediación, iniciaron un juicio, y el juez determina que se puede volver a una instancia de diálogo. “En 15 o 20 días fijamos la primera audiencia. Ahí se llega a un acuerdo, se fijan las audiencias necesarias o bien, en el menor de los casos se resuelve volver al juicio”, indicó la abogada.
“Es más rápido, sencillo, el trámite es sin costo y las personas tienen la decisión en sus manos, tienen el poder de autodeterminación, hacen una sentencia a su medida. Los acuerdos que salen de acá tienen la misma fuerza que una sentencia, se ahorra mucho tiempo en costo, desgaste emocional y las decisiones que toman quienes participan son siempre de acuerdo a la posibilidad de cada uno”, indicó Nogaledo a LA GACETA.
Conocé en este link, quiénes son los mediadores habilitados.
Los temas que se resuelven
Desde ambos centros de mediación públicos, aseguran que la mayor cantidad de casos son relacionados al derecho de familia. También hay consultas sobre sucesiones (cuando una familia debe dividir una herencia), cuestiones de condominio, de cobro de pesos o accidentes de tránsito.
“El 90% de los casos tienen que ver con problemas familiares. Hay un porcentaje alto de resolución de estos casos en las mediaciones, un 60%”, explica Carrizo, abogado del centro comunitario de mediación del Concejo Deliberante.
El centro comunitario de mediación del Concejo Deliberante, se inauguró en setiembre de 2011 y depende del ministerio de Justicia. Desde allí, un equipo de abogados realiza, aproximadamente, diez mediaciones por día. “En este centro recibimos a cualquier vecino del ejido municipal. Por lo general, un 90% de los casos tienen que ver con problemas familiares: alimentos, regímenes de comunicación, cuidado personal, régimen de parentalidad. Estos casos se resuelven en un porcentaje alto en la mediación, un 60%. A medida que van pasando los años la gente tiene más cultura de la mediación y se reduce el porcentaje de personas que no vienen a comparecer. La gente viene con voluntad de arreglar la situación”, explicó el abogado Carrizo.
Por lo general, cuentan desde el centro comunitario de Mediación, lo ideal es que las personas lleguen luego de una consulta a un abogado o derivados de las defensorías civiles. En estas oficinas los turnos se piden de 8 a 13. Para ser atendido allí, hay que percibir menos de dos salarios mínimos, vital y móvil ($9.500 hasta julio) si se pasa ese monto, se debe realizar el trámite en un centro de mediación privado. Llamar al 42333680, 4235007, interno 145.
El centro de mediación comunitaria del Concejo Deliberante realizó, en lo que va de 2018, 370 mediaciones. “Generalmente pasamos las mil mediaciones al año”, aseguran.
Algunas experiencias en mediaciones:
Cliente vs empresa. Arnaldo López, periodista relató a LA GACETA su experiencia en una mediación contra la empresa de telefonía Personal. “Fue genial, la empresa me quería cobrar desde hacía siete años unos cargos por hacer la portabilidad a otra empresa, sumado a un descuento en un equipo que ellos me habían dado a cambio de una supuesta permanencia en un plan de abono fijo. No acepté tal deuda y me presenté en la secretaría de Defensa del Consumidor. Litigué contra una abogada muy grosa que representaba a la empresa. Fueron tres audiencias, bastante largas”, relató López. El resultado, marco precedente: “La secretaría de Defensa del Consumidor falló de oficio a mi favor. Me dijeron luego que fue el primer caso de resolución de oficio a favor del demandante. La resolución solicitaba a la empresa que se abstenga de cobrarme. No le impuso una multa. También me sugirieron ir a la Justicia por daños y perjuicios porque el hecho estaba vigente. Nunca lo hice”, recordó.
Arnaldo relató que la empresa continuó con los reclamos vía telefónica: “Cartas documentos truchas de estudios de abogados de Buenos Aires y llamadas a cualquier hora. A los llamados los esperaba y respondía muy amablemente: ´mirá fulano, comunicate con la secretaría de Defensa del Consumidor de Salta, teléfono tal-tal, y pedí el expediente equis-equis que te van a saber responder´, les decía yo. Por eso creo que mi mediación fue exitosa”, relata la anécdota Arnaldo y agrega: “lo gracioso fue que con el tiempo, la vida nos reunió a la abogada de la empresa que discutió conmigo fuertemente en esas audiencias y hoy somos grandes amigos. Nos acordamos de ese momento y reímos mucho”, concluyó.
Polémica en Cafayate por unas tierras del municipio. Por su parte, el abogado Sebastián Aguirre Astigueta relató un complejo caso de mediación que continúa abierta hasta la fecha.
“Sucedió con unas tierras de propiedad del municipio de Cafayate que tenían un cargo para una empresa privada en donde debían mantener una pista de avión en esta localidad. Con el tiempo se construyó una pista más moderna. Pasaron muchos gobiernos municipales que no reclamaron esta tierra hasta que, en 2012 el intendente dijo que había que recuperarla. Allí se inicia el conflicto entre la empresa y el municipio. En el medio, la familia Etchart reclama la propiedad de las tierras y el pueblo pide que esos terrenos se utilicen para viviendas sociales”, explicó el abogado en diálogo con LA GACETA.
Al profesional, lo contrata el municipio como asesor para que lleve adelante la negociación. “Este caso, como mediación, es extraño esto. Si bien hubo mediaciones en Colombia, por ejemplo, por el conflicto armado, esta mediación tuvo características especiales pero celebro que se haya elegido esta forma. La municipalidad de Salta tiene antecedentes en un tema similar, de un juicio que llevó cerca de 10 años. En ese momento, cuando me convocaron pensé que esto, si iba a juicio, llevaría entre 10 y 15 años y todos iban a perder algo”, reflexionó el profesional.
Según Aguirre Astigueta, la experiencia superó todas sus expectativas. “Comenzó como un trámite menor y terminó en todo lo contrario. En algunas cosas no se respetó a rajatabla las reglas de la mediación: como por ejemplo con la privacidad, debido a que el caso era de público conocimiento y entiendo que debía ser así por respeto a la comunidad o también con que las partes se siguieron reuniendo fuera del ámbito de la mediación, algo que también puede suceder”, aclaró.
Actualmente la mediación continúa y espera ser aprobada por el Concejo Deliberante de Cafayate para que el acuerdo de mediación sea homologado. “Es una mediación que le falta un pequeño paso para concluirla o darla por fracasada”, finalizó.