Esto no es una reseña. En el título aparece la palabra “apuntes”, porque esta nota es un intento de compartir ideas fragmentarias y sensaciones de un libro, en este caso leído tres veces en las últimas dos semanas.
El libro en cuestión es “Apolo Cupisnique”, de Mario Montalbetti, editado por Añosluz. Algunos datos sobre el autor: nació en 1953, estudió literatura y lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú. En 1978 publicó su primer libro de poemas, Perro Negro. 31 poemas. Además de poeta es un reconocido lingüista.
Primera observación sobre el libro: es imposible alcanzar un todo. No solo el lenguaje tiene sus carencias, áreas donde no puede acceder, sino que los mismos cuerpos aparecen fragmentados, rotos. El primer poema del libro comienza con estos versos:
“No es lo mismo ahora
que no llevo una cabeza humana
sobre mis hombros
soy menos temible
Insisto en recorrer las habitaciones
pero soy menos temible
esta vez que no llevo
una cabeza humana
sobre mis hombres…
En otro poema se puede leer:
“un brazo, una muela, un tobillo
partes del cuerpo
y no llegas a ningún lado
afuera –dicen- hay un mundo
con flores rojas
¡qué es un mundo con flores rojas
y sale el sol?
el pulido, el azogue, el bisel
partes del espejo
Y eres otro”
Montalbetti pone en primer plano su desconfianza por el lenguaje. O, por lo menos, expone sus deficiencias. Las lectoras del sitio “Booklosophy”, lo explican mejor: “¿Cuál es la diferencia entre una vaca y el lenguaje?”, se pregunta en un poema. Montalbetti explora la relación sujeto-objeto de forma que permite encontrar una respuesta sobre quién define a quién. Y todo esto lo hace con una métrica tan precisa que vuelve al verso fluido y musical”.
Jorge Monteleone se pregunta, en este sentido: ¿Montalbetti se habrá hecho poeta para explicarnos exactamente lo que el lenguaje no hace?
Esto se percibe también en el poema “Traducción radical”:
“Enseñarle castellano a un perro
es la verdadera enseñanza.
“Nunca va a aprender”, dicen.
¡Por qué? ¿Acaso el castellano
es cuestión de inteligencia? Tal vez
Sería mejor aprender a ladrar entonces
¿por qué no lo podemos hacer?
Me gustaría decir “yo te quiero”
ladrando…”
Si los cuerpos están desmembrados y el mismo yo lírico desconfía del lenguaje, está claro que un fantasma que sobrevuela todo el libro es el de la identidad. Una identidad astillada, repleta de dudas. Por eso su poema Introducción a la metafísica arranca así:
“¿Por qué hay peruanos en lugar de no haber peruanos?
Tal vez sea una pregunta arbitraria. Tal vez no.
Pero ésa es la pregunta que los peruanos nos hacemos
a lo largo de nuestro pasaje histórico por el tiempo. “
Un mejor lector podría comparar la relación entre este poemario y los anteriores de Montalbetti. Sería importante hacer eso. Quien escribe esta nota no tiene esas lecturas hechas. Así que acá terminan estos apuntes. Son solo, una mirada posible sobre los textos. La recomendación es que cada uno se acerque y saque sus conclusiones. Solo una advertencia: Es un libro que leen, que volverán a leer, que van a seguir leyendo.