Del 1 al 18 de octubre juzgarán a los policías acusados del crimen de Nahuel Salvatierra, el joven que fue ultimado de un disparo que se efectuó con un arma reglamentaria, la noche del 3 de enero en barrio Solidaridad.

Están imputados el cabo de la Policía de la provincia, Juan Carlos Cardozo, por el delito de homicidio calificado, y el sargento Emiliano Gastón Aguilera Alanis, acusado del delito de incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento.

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El crimen que se les imputa ocurrió a principios de año en inmediaciones de las calles Martín Fierro y Fortín Las Juntas, en el barrio de la zona sudeste de la Capital, cerca del predio de la feria. Según consta en la investigación, esa noche se produjo un enfrentamiento entre dos bandas: "La Ranchada", a la cual pertenecía la víctima", y "Los Cirujas".

Todo ocurrió cerca de las 22 cuando "La Ranchada" estaba en la esquina de la feria y de pronto aparecieron "Los Cirujas" quienes, desde la vereda de enfrente, cruzaron insultos y silbidos provocando la reacción de sus "enemigos".

Fue en ese momento cuando aparecieron en escena el cabo Cardozo y el sargento Aguilera Alanis quienes se desplazaban en una moto de 110 cilindradas a prestar servicio. Los policías vestían sus uniformes y al circular por la calle Martín Fierro, de norte a sur, se toparon con el enfrentamiento de las bandas que comenzaron a arrojar elementos contra los efectivos.

Los policías continuaron su marcha hasta la esquina de Fortín Las Juntas, doblaron en "U", y quedaron de frente a tres jóvenes de "La Ranchada". Uno de ellos era Nahuel Salvatierra. Los uniformados les ordenaron que se replieguen pero se habrían topado con una escena desafiante de parte de los jóvenes quienes permanecieron en el lugar.

Cardozo y Alanis amenazaron con disparar el arma de fuego; Alanis descendió de la moto para tratar de intimidar a los jóvenes. En medio de ese cruce verbal, y en la antesala del asesinato, uno de ellos dijo: "tirá si te da la nafta". Cardozo tomó su arma reglamentaria, apuntó a Salvatierra y gatilló.

El impacto fue mortal: el joven de 17 años cayó desplomado al piso, en medio de corridas, insultos y la sorpresa de todos. Las calles de barrio Solidaridad se convirtieron en la escena de un crimen. Los policías no tuvieron los recaudos del caso. La situación de los policías se agravó porque, según consta en la investigación, ambos se presentaron a sus puestos de trabajo luego del crimen, hecho que además no reportaron.

Para el requerimiento a juicio de la causa se realizó una profunda investigación y la toma de testimonios a vecinos quines aportaron filmaciones realizadas con sus celulares, en los momentos previos y posteriores al ataque.

Con estas pruebas y con la declaración de los dos jóvenes que estaban con Salvatierra, las pericias técnicas y la declaración indagatoria de uno de los imputados, el fiscal Rodrigo González Miralpeix reconstruyó el crimen.