Un informe del Ministerio de Salud confirmó que, este año, murieron dos personas en Salta a causa de una enfermedad provocada por la garrapata. En total, y en lo que va del 2018, se registraron siete casos de rickettsiosis, de los cuales dos terminaron en defunción.
“Las defunciones de este año fueron dos: una mujer adulta de 50 años domiciliada en El Galpón y un varón de 25 años, domiciliado en Las Lajitas”, detalló la directora de Epidemiología de la Provincia, Griselda Rangeón, en diálogo con a LA GACETA.
Asimismo aclaró: “en El Galpón tuvimos tres casos más, con evolución favorable; uno en Salta capital, en barrio Solidaridad, y otro caso en Pichanal. O sea, en lo que va la estadística del año 2018 tenemos siete casos, de los cuales dos son defunciones y cinco han tenido buena evolución clínica”.
Las muertes ocurrieron en enero (la señora) y en mayo, la del joven.
Según el informe presentado en la Legislatura y firmado por el ministro de Salud, Roque Mascarello, en febrero se realizó una investigación epidemiológica en El Galpón y luego, en octubre, se llevaron a cabo actividades educativas en la comunidad.
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No obstante, Rangeon consideró importante aclarar de qué se trata la rickettsiosis. “Es una enfermedad bacteriana que vive en el interior de las células, es decir, es una bacteria intracelular que puede generar diversos tipos de enfermedades: un grupo es del tipo tifus, que nosotros (en Salta) no tenemos afortunadamente, y el otro grupo de enfermedades es del tipo de las fiebres manchadas”, diferenció la funcionaria.
Del grupo de las fiebres manchadas, en la provincia la patología se llama rickettsia rickettsii que es trasmitida por un tipo de garrapata de zonas rurales o, eventualmente, por la garrapata del perro.
Cuando fueron infectados, “los pacientes tienen fiebre indefinida los primeros días y a posterioridad van a presentar exantemas, es decir, lesiones en piel, que algunas solo se tocan y otras se tocan y se ven”, dijo la directora de Epidemiología. Además “pueden presentar alteraciones como petequias (lesiones pequeñas de color rojo), o sea fallas al nivel de la circulación periférica en algunas zonas del cuerpo, como manos, dedos del pie, puntos de apoyo”, agregó.
Si estos síntomas no se los diferencian “de todas las otras enfermedades febriles y no se trata a tiempo, el paciente puede evolucionar hacia una forma grave y con una falla multiorgánica puede llegar a la defunción”, aseguró la funcionaria.
Igualmente, informó que esta bacteria es sensible a antibióticos específicos y disponibles en todos los centros de salud de la provincia, por eso es fundamental la consulta oportuna y un buen diagnóstico clínico.
“Es importante que el médico se base, no solamente en el interrogatorio, sino también en la clínica y una buena semiología, en esto hay que desnudar al paciente, porque muy posiblemente pueda llegar a tener alguna garrapata adherida en alguna parte del cuerpo que él no se la detectó, como en las zonas de pliegues”, apuntó.
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También aclaró que, para que se contraiga la enfermedad, la garrapata debe estar adherida al cuerpo, al menos, seis horas; ese es el tiempo necesario para transmitir la infección.
¿Cómo evitar la enfermedad de la garrapata?
Rangeón recomendó tomar las medidas de prevención necesarias para evitar contraer la rickettsiosis: “cuando van hacer actividades recreacionales, donde hay vegetación, animales domésticos, etcétera, porque vamos de pesca, de caza o de camping, hay que utilizar ropa adecuada: camisa mangas largas, pantalones largos, las medias por arriba del pantalón y usar repelente sobre la ropa”.
Luego, es preciso: “lavar la ropa con agua caliente y nosotros nos debemos examinar cuidadosamente todas las partes del cuerpo, buscando si pudiéramos haber estado en contacto con algunos de estos arácnidos”.
La garrapata trasmite la enfermedad en cualquiera de sus estadios, según explicó la funcionaria. “Como larva, ninfa o adulto –detalló-; en estos estadios tienen nombres vulgares, como usapuca, ladilla o polvorín también”.
Por último, la directora de Epidemiología aseguró que esta enfermedad “se cura con antibióticos, como cualquier enfermedad bacteriana que actúa dentro de las células”. Con comprimidos disponibles en el sistema de salud e indicados por el médico, el tratamiento dura 10 días y no deja secuelas en el paciente.